LA CRÍTICA, 3 AGOSTO 2025
03/08/2025@10:58:45
Poco más de un mes después de que se firmara el armisticio de la Primera Guerra Mundial (IGM), el 13 de diciembre de 1918, el presidente estadounidense Woodrow Wilson, puso rumbo a la costa europea en el vapor George Washington. Millones de personas le esperaban con gran ilusión y esperanza en Europa donde durante cuatro (4) años las potencias europeas se habían devastado unas a otras. La mayoría de la sociedad internacional era consciente de que la humanidad había retrocedido a los terribles siglos de barbarie.
Como apunta Stefan Zweig, en su obra Momentos estelares de la humanidad, desde América, se exigía “nunca más una guerra”, nunca más la discordia sino un nuevo orden del mundo, uno mejor, basado en el dominio de la ley fundada en el consentimiento de los gobernantes y apoyada por la opinión pública organizada de la humanidad. Sorprendentemente, esta propuesta de futuro se comprendió inmediatamente en todos los países y en todas las lenguas. (...)