Viendo las reiteradas negativas y la tozudez de Sánchez, no ya a reunirse con Rajoy, sino a ni tan siquiera hablar con el PP y C’s, uno no tiene más remedio que recordar el cuentecillo que, por no llegar ni a fábula, podríamos catalogar como simple chiste y que me contaron hace tiempo.
Es el del pajarito y el conejito que algunos colocan en la categoría de color que en el arco iris va entre el amarillo y el azul y que yo con mi daltonismo en lo que a chistes se refiere lo dejo en un blanco sucio.
Cuentan que en un bosque vivían un pajarito y un conejito que siempre se habían llevado bien salvo alguna disputa por la comida que ambos robaban al resto de animales. Pero un día comenzó a llover y el pajarito, que se había procurado una especie de madriguera en la base de un árbol y que con anterioridad había sido ocupada por el conejito, se plantó en la entrada impidiendo el paso del pobre conejito que quería guarecerse y empezaba a mojarse.
-Anda pajarito vamos a llegar a un acuerdo, ya te lo compensaré, pero déjame entrar que me estoy mojando.
-No. Ahora la madriguera es mía y hago con ella lo que quiero.
-Vamos, por favor, recuerda que era mía, que empieza a arreciar y estoy cada vez más mojado –insistía el conejito.
-No y no -volvió a responder el pajarito-. Además si nos ven juntos en la cueva ¿que pueden pensar los otros animales a los que les hemos quitado comida? Pensarán que nos estamos poniendo de acuerdo de nuevo para seguir robándoles.
-Venga, por favor, por favor, déjame cobijarme que ya estoy empapado y si seguimos en la entrada haciendo ruido puede venir la garduña quedarse con la madriguera y echarnos a los dos fuera para siempre.
-No, no, no y rotundamente NO -volvió a decir el pajarito dando la espalda.
Algo parecido está pasando ahora. Sánchez con un partido salpicado de corrupción, se muestra cada vez más tozudo para dialogar con otro que, en lo que a corrupción se refiere, las salpicaduras lo han empapado tanto que va necesitar un programa de centrifugado enérgico para secarse.
¿Cambiamos el final del cuento rematando que al final vino la garduña, que el conejito cogió una pulmonía y el pajarito débil por tanta tozudez no resistió la siguiente tormenta? No debemos hacerlo pues el cuento o chiste original termina tal cual: sin final. Tiene parodiando a las fábulas clásicas una picante moraleja:
-¿Cuál es?, ¿cuál es? -Pregunté yo cuando me lo contaron…
-“CUANTO MÁS MOJADO ESTÁ EL CONEJITO, MÁS DURO SE PONE EL PAJARITO”.
Epi