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Los socialistas de todos los partidos

Manuel García Pelayo (1909-1991). Primer presidente del Tribunal Constitucional de España. (Foto: https://www.scoopnest.com/es/ Alfredo García Francés).
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Manuel García Pelayo (1909-1991). Primer presidente del Tribunal Constitucional de España. (Foto: https://www.scoopnest.com/es/ Alfredo García Francés).

LA CRÍTICA, 30 OCTUBRE 2022

Por Manuel Pastor Martínez
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Como es sabido fue Friedrich A. Hayek quien en su famoso y seminal libro The Road to Serfdom (London, 1944) escribió una dedicatoria genial e impactante: “A los socialistas de todos los partidos”. (…)

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El colectivismo frente al individualismo, que está en la base de todo socialismo, tiene su primera manifestación política en el microcosmos del partido político y el ascenso de la partitocracia. Estamos en el universo y cultura del “Estado de partidos” (en expresión desde los años 1920s, entre otros, de los teóricos alemanes R. Thoma, H. Kelsen, G. Randbruch, H. Triepel, etc., así como –muy posteriormente– en los españoles Manuel García-Pelayo o Gonzalo Fernández de la Mora), y donde cristaliza tal expresión y se impone la partitocracia no es posible o resulta seriamente dañada y fallida la democracia. De todos los mencionados solo el último utilizará críticamente el término “partitocracia” (G. Fernández de la Mora, La Partitocracia, IEP, Madrid, 1977).

Mi admirado don Gonzalo no conocía bien la cultura política de los EEUU, donde su tesis que relacionaba la partitocracia con la democracia liberal no podía realizarse, ya que el sistema de partidos americano –al menos antes de la presidencia de Obama– era incompatible –gracias a la práctica de auténticas “elecciones primarias”– con las estructuras partitocráticas europeas, características de los regímenes parlamentarios (con fusión de los poderes legislativo y ejecutivo en un “Estado de partidos”) dentro de las democracias liberales.

La degeneración del socialismo europeo viene de lejos (Hayek limitó su época histórica entre 1840s y 1940s). La del partido Demócrata de EEUU se acelera desde los años 1960s y culmina con la administración Obama (según D. Horowitz, H. Mansfield, D. D’Souza, etc.), al convertirse en un partido socialdemócrata al estilo europeo.

Los socialistas de todos los partidos (no solo en las izquierdas, también en las derechas democristianas, liberales y estatistas) han declarado la guerra a los políticos liberal-conservadores anti-Establishment (Trump, Meloni, Bolsonaro, Orban, Morawiecki, Abascal, Díaz Ayuso… Marine Le Pen necesita desprenderse de las fuertes tradiciones jacobinas y estatistas francesas). El reciente y descarado episodio golpista de los propios Tories contra la “tatcherista” Liz Truss en el Reino Unido, inspirado e impulsado por los socialdemócratas y burócratas de la Unión Europea (invocando el mantra de la culpa del “Brexit”) es significativo.

Pero sin duda el mayor ejemplo del golpismo socialista en tiempos recientes es el planificado y ejecutado en diferentes episodios desde 2016 contra Donald Trump: como candidato, como presidente electo, como presidente en el cargo, y como presidente-candidato en 2020.

Las elecciones Midterm en EEUU el próximo 8 de Noviembre son un test definitivo para lo que Hayek en otra memorable dedicatoria hizo “A la desconocida civilización que está creciendo en América” (F. A. Hayek, The Constitution of Liberty, Chicago, 1960). En otras palabras, la auténtica democracia liberal mundial en un futuro inmediato (las elecciones en Brasil pocos días antes, por desgracia, a mi juicio no son fiables en el contexto actual de la política populista-social-comunista iberoamericana).

El Trumpismo ha demostrado su popularidad con el triunfo de sus candidatos en las primarias (que nada tienen que ver con las primarias como se practican en Europa), pese al neurótico síndrome de los “NeverTrump”, pese a la práctica totalidad mundial de los medios de comunicación anti-Trump, y pese a las continuas provocaciones de Antifa, BLM (y del payaso Kanye West y su inoportuno lema WLM), o de delincuentes como el reciente agresor del esposo de Nancy Pelosi. La única duda es el grado de limpieza de la votación, y si es posible evitar el gran fraude de 2020.

Manuel Pastor Martínez


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Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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