... Y añadió que “estamos en un momento importante, trascendental, en el que estamos viendo que muchos impedimentos ajenos a nosotros y a Gibraltar, dificultan el camino”, refiriéndose al problema de la frontera entre las dos Irlandas y la pesca en el Canal de la Mancha. Y para rematar su idea del colaboracionismo dijo que “ninguna bandera nos da de comer, espero que no sea ese el problema con Gibraltar”. Con gente así no cabe duda que no hacen falta ni británicos ni gibraltareños. Unos pocos españoles son suficientes para tener al enemigo dentro de casa. ¿Cobrará este individuo por decir estas cosas?
Según Noticias Gibraltar de ese mismo día, “para la UE son inviables las líneas rojas que Londres quiere mantener” especialmente en lo que se refiere al espacio Schengen y a Frontex, después de cuatro rondas de negociaciones. De momento la situación en Gibraltar se está salvando gracias al buenismo español con las prórrogas de los memorandos de entendimiento. El alcalde Picardo advirtió en algunos de sus mensajes a la población de Gibraltar “abrocharse los cinturones porque no va a ser fácil”. Y su segundo de a bordo en el Ayuntamiento, José García, ha afirmado que sin un acuerdo “Gibraltar se hundirá”.
Pero ¿por qué? Porque Gibraltar depende esencialmente de España para que sus ratoncillos que allí viven puedan subsistir. Además, el acuerdo depende también de la inquietante situación en la frontera entre las dos Irlandas debido a la inflexible posición británica. Es la propia Comisión Europea la que está decidida a aumentar las medidas de seguridad de la zona Schengen y a que, si hay personal de Frontex, en el puerto y aeródromo de Gibraltar, dependa de España. Esto sería lo lógico.
¡Pues no! Allí tenemos a los colaboracionistas, buenistas y necios españoles poniéndose del lado británico para que la fluidez en la Verja sea como la de hoy y que lo de las aduanas en puerto y aeródromo dependa de Londres. Los hay cretinos ¿verdad? ¿Y el actual gobierno? Colaborando también. Para la Expo de Dubai, el gobierno de España, en nuestro pabellón, presenta una sala de juego en la que se lee “el ajedrez, legado para el mundo” como si ese juego fuese un invento de España. ¿Quién lo ha decorado? Han pagado más de 58.000€ a una sociedad con domicilio fiscal en Gibraltar llamada “Logical Thinking Limited”. En el otoño pasado se celebró allí un torneo digital de ajedrez, siendo en noviembre presencial la final. Pues bien, a este concurso se presentaron otras tres firmas. Fue la de Gibraltar la elegida. ¿Quién da más?
El día 18 el general de Infantería de Marina, Agustín Rosety, portavoz de VOX en materia de defensa, y diputado en el Congreso, explicó en El Debate las necesidades de defensa en materia presupuestaria. Señaló que entre la ex ministra González Laya y el ministro Albares, hay una total continuidad en la línea de actuación del Ministerio.
En relación con Gibraltar, aseguró que el gobierno de España le está dando toda clase de facilidades al gobierno británico (estoy de acuerdo) para que continúe la situación colonial en Gibraltar. “La prioridad del gobierno español tendría que ser recuperar la soberanía de Gibraltar… Hay un relato británico que hace que parezca que aporta prosperidad a la comarca, cuando realmente Gibraltar es una sanguijuela que está implantada en el costado de España” (seguimos coincidiendo). Según el diputado de VOX, su partido ya ha denunciado, alto y claro, que Gibraltar gana terreno al mar para proyectos urbanísticos. “Gibraltar es una base militar que está disfrutando GB al módico precio de 50/60 millones de libras; el resto lo paga España cuyo quebranto de Hacienda es de mil millones al año”.
Coincido con el general Rosety en lo que dice de Gibraltar. Seguro que para otros seremos los patriotas de siempre. Pues no. Lo que a los militares no nos gusta, a casi ninguno, es que a España y a su pueblo se le tome el pelo o nos tomen por tontos de baba. Ya sabemos que muchos están contentísimos de ser los tontos del pueblo. Pues allá ellos.
Por fin, el pasado 18 de enero, la comisión de la UE visitó la zona española de la Verja. Esa comisión se reunió con Juan Lozano, presidente de la Mancomunidad de Municipios. Prefiero no saber lo que este colaboracionista les pidió y les ofreció. Al día siguiente la visita se realizó en territorio gibraltareño afectando al puerto y aeródromo. No hubo de momento declaración alguna sobre la visita.
Lo que sí pudieron comprobar los miembros de la Comisión, fue la facilidad y fluidez de paso por la Verja para que los ratoncillos tengan asegurada la salida de la ratonera, sin apenas impedimentos, es decir, a manadas. Por su parte, alguna prensa de Gibraltar escribió que esa Verja tiene una “naturaleza única” entre ambas partes. ¡Claro que es de naturaleza única! A base de permisividad, casi total, por parte de España.
Y mientras se llevaba a cabo esta visita de la Comisión enviada por la UE, en las calles de Gibraltar se realizaba un ejercicio militar, en las que, por alguna de ellas, soldados británicos, con uniforme, aunque sin armamento real y otros de paisano, paseaban. Según las FAS británicas era “un ejercicio de entrenamiento” en el que los soldados transitaban por determinadas zonas de la ciudad. De modo que los miembros de aquella comisión, no tendrán ninguna duda que aquello es una base militar británica ante todo y sobre todo. Con 30.000 ratoncillos dentro expuestos a quedarse sin acuerdo y sin salida de la jaula dada la intransigencia británica. Para una España democrática (no partitocrática), con gobiernos con sentido de Estado, con unidad política para defender sus intereses nacionales, con la unidad y firmeza necesaria para alcanzar sus objetivos, sería lo mejor que pudiera ocurrir: el no acuerdo. Por Gibraltar y sus alrededores también se habla del “partygate” de Boris Johnson, esto es, de las fiestas organizadas en Downing Street en la primavera de 2021, cuando los británicos aguantaban todo tipo de restricciones por la maldita peste china.
La petición de dimisión de algunos diputados conservadores por estos hechos, hace que la posición política del Primer Ministro se tambalee. En el supuesto de producirse su cese, este podía tener consecuencias inesperadas en las negociaciones sobre Gibraltar. Esto dicen algunos. Porque un relevo de Boris Johnson podía suponer que un nuevo equipo de gobierno afrontara las negociaciones de forma diferente. Para mí, esta hipótesis es muy endeble habida cuenta de que GB mantiene sobre Gibraltar desde decenas y decenas de años, una política de Estado invariable. Con Boris o sin Boris.
Mientras, la empresa Wisekey se aliaba con la empresa rusa Universa Blockchain para potenciar su centro en La Línea. Ambas empresas pretenden desarrollar actividades relacionadas con la “Cuarta Revolución Industrial”. ¿Que es esto? Una forma de romper los límites entre el mundo físico y el digital. Es una fusión de avances en inteligencia artificial (IA), blockchain, robótica, internet de las cosas, ingeniería genética, computación cuántica y otras tecnologías.
Al parecer, en la semana del 10 al 15 de enero, Wisekey comenzó sus operaciones con el lanzamiento del satélite WiseSat GFossa Systems que debiera ser operado desde la antena instalada en el tejado del ayuntamiento de La Línea. No es broma. Lo interesante de este asunto es la unión de Wikesey con la empresa rusa tras la firma de dos “Memorandos de Entendimiento” con Picardo, el alcalde de Gibraltar y el de La Línea Juan Franco. Así pues, ya tenemos a los rusos en el Campo de Gibraltar junto a los británicos. Mejor imposible.
El día 21, en el ministerio de Asuntos Exteriores, el señor Albares declaró que desea un acuerdo entre la UE y GB para finales de marzo. “Buena parte del acuerdo ya está pactada… y la Comisión Europea mantiene un contacto constante con España”. Añadió que “en esta negociación lo que me guía de verdad son los 270.000 españoles del Campo de Gibraltar… (pues) he tenido un encuentro con los alcaldes de la zona y los he escuchado sobre qué necesitan y qué es lo que quieren”. Porque, según Albares, “lo que buscamos es una zona de prosperidad común para todo el Campo de Gibraltar”. ¡Qué bonito! ¡Qué bien suenan los mitos y el cuento de la lechera!
Los temas más complejos son Schengen y Frontex. Pero Gibraltar espera un acuerdo “a medida”. Es decir, una excepción a la política y reglamentos de la UE. Y ahí parece que Bruselas no está por la labor. Pero este gobierno de España SÍ. No tenemos remedio con los políticos que elegimos cuando votamos. Nos encanta, al parecer, que por ahí fuera, nos tomen el pelo o nos tomen por tontos; nos encanta que nos frían a impuestos; nos encanta ver cómo los políticos y amigos se enriquecen a costa de nuestros impuestos; nos encanta comprobar que fuera nuestro país no pinte nada; en definitiva, nos encanta aquello de ¡vivan las caenas!, mucho más que el ¡viva España! No tenemos remedio, en especial a la hora de votar.
Claro. Schengen y Frontex son los temas más complejos para la UE ¿Y para España? ¿Pensará el ministro masón señor Albares en los intereses de España? Por ejemplo:
- Las entradas y salidas de submarinos nucleares sin control en la colonia militar.
- El uso del aeródromo de Gibraltar y los pasillos aéreos en espacio y sobre territorio español.
- La expansión territorial del Peñón a costa de aguas territoriales españolas.
- El derribo o no de la Verja para el control de personas y mercancías.
- El fin del colonialismo gibraltareño sobre la comarca que lo rodea.
- Exigir permanentemente ante los organismos internacionales la descolonización de la colonia militar.
Parece ser que no. Aquí lo que prima es el abandono por parte de los gobiernos de España de los 270.000 habitantes de esa comarca. ¿Por qué? Solo se me ocurren dos razones: sumisión y cobardía. Y por supuesto colaboracionismo a espuertas. Por ejemplo, el del viejo socialista gaditano Rafael Román que en 1999 fue el primer presidente de la Diputación de Cádiz que visitó oficialmente el Peñón cuando era alcalde Peter Caruana. En Cádiz se asegura que Román cobra alguna asignación económica de Gibraltar, que es asesor de Fabián Picardo. Lleva viviendo de la política 35 años y es fiel servidor de Pedro Sánchez.
Es una triste y tremenda realidad. El enemigo lo tenemos en casa.
Un abrazo a todos.