... La Madre Teresa de Jesús dijo de Fray Juan ser «un hombre celestial y divino», y el mayor hispanista, don Marcelino Menéndez y Pelayo lo calificó como angelical. Son muchos los que se acercan a San Juan de la Cruz seducidos por sus versos, buscando el no sé que queda balbuciendo, desde posturas incrédulas e incluso ateas. A todos San Juan de la Cruz comunica una emoción contenida y a veces desconcertante.
San Juan de la Cruz no alcanza el vértice poético solo en sus grandes poemas, Noche Oscura o Llama de amor viva. También en sus romances, como el del Nacimiento, breve pero profundo, logra gran perfección con simbolismo-alegórico esponsal, que no es simple recurso retórico vacío de contenido, sino que expresa lo inefable de la NAVIDAD, hoy sometida a persecución intelectual y abominación artística, promovida incluso por instituciones públicas.
Tomando como elemento la alegoría del desposorio de Cristo con la Naturaleza humana, Juan de la Cruz nos ofrece estos sencillos y maravillosos versos octosílabos en romance castellano.
Ya que era llegado el tiempo/ en que de nacer había/
así como desposado/ de su tálamo salía/
abrazado con su esposa/ que en sus brazos la traía/
a la cual la gracioso Madre/ en un pesebre ponía/
entre unos animales/ que a la sazón allí había/
los hombres decían cantares/ los ángeles melodía/
festejando el desposorio/ que entre tales dos había/
pero Dios en el pesebre/ allí lloraba y gemía/
que eran joyas que la esposa/
al desposorio traía/ la Madre está en pasmo/
de que tal truque veía/ el llanto del hombre en Dios/
y en el hombre la alegría/ lo cual del uno y del otro/
tan ajeno ser solía
El mayor poeta del modernismo, Rubén Darío, sintetizó en verso encendido:
La virtud está en ser tranquilo y fuerte
el fuego interior todo la abrasa
se triunfa del rencor y de la muerte
y hacia Belén… ¡la caravana pasa!
Fidel Garcia Martínez
Catedrático Lengua y Literatura/ Tesis doctoral (San Jun de la Cruz)