El fantasma de Quim Torra desafía a España y a su Gobierno con claridad meridiana en un mensaje al mundo ignorando sus consecuencias.
Mientras el Gobierno de España y una buena parte de las fuerzas políticas que le apoyan en el Congreso de los Diputados miran para otro lado, las fuerzas catalanas independentistas, inmersas en una estrategia claramente fascista, avanzan sin encontrar resistencia.
Son muchos, quizá más de los que la sociología política indica, los españoles y catalanes que ven en esta deriva un camino sin más salida que el enfrentamiento, más a corto que a largo plazo, ¿Entre quiénes? Eso está por ver, aunque el tubo de ensayo en el que han conseguido meter a la sociedad catalana habla por sí solo.