A primeros del año 2017 se firmó un memorándum de entendimiento entre los Ministros de Defensa de España y Paraguay para establecer las condiciones generales para la participación conjunta en operaciones internacionales de seguridad. Esta colaboración se había realizado anteriormente con otros ejércitos Iberoamericanos para operaciones internacionales en Iraq, Afganistán y Kosovo.
La firma de este memorándum pone de manifiesto, una vez más, el prestigio de las Fuerzas Armadas españolas como referente y pieza clave de la acción exterior del Estado y de su diplomacia de defensa. En efecto, según estudios del CIS sobre las Fuerzas Armadas y la Sociedad, se confirma que su actuación internacional contribuye en gran medida al prestigio internacional de España y al impulso de la “Marca España”. Por otro lado, en el mismo estudio se recoge que alrededor de un 80% de la población española aprueba la participación de las FAS en el exterior y esta cifra permanece casi invariable año tras año.
Las FAS refuerzan substancialmente la imagen España en un escenario mediático internacional donde actualmente se proyectan, principalmente, imágenes negativas por las actuaciones judiciales contra la corrupción o la violencia doméstica. Es justo reconocer cómo la acción de las FAS, dentro y fuera de nuestras fronteras, proyecta una imagen que aporta rigor, honradez, seriedad, fiabilidad, garantía, modernidad y compromiso con la comunidad internacional y las sociedades donde ejerce su misión. Las Fuerzas Armadas es la institución en España en la que se han producido más cambios en los últimos 30 años y que mejor ha sabido adaptarse a las circunstancias, modificando sus estructuras y adaptándose con imaginación a pesar de los reducidos escenarios presupuestarios.
La operatividad mostrada y el prestigio derivado de la participación militar española en misiones internacionales comenzaron en 1989. La actuación en el Kurdistán Iraquí, primer despliegue internacional, fue modélica desde el punto de vista operativo. Desde entonces más de 135.000 soldados españoles han sido desplegados en el exterior con un balance de 167 muertos (36 por acción hostil y 131 por accidentes o enfermedad).
El prestigio de las FAS españolas en sus misiones internacionales empezó a labrarse muy pronto. En 1989 y 1990 se dudada en la ONU de que la misión ONUCA fuera capaz de poner fin a un largo conflicto que había provocado más de 100.000 muertos y desestabilizado todo Centroamérica. La duda surgía, en particular, porque estaba dirigida política y militarmente por un general del Ejército de Tierra de un país con nula experiencia en este tipo de operaciones y que además aportaba el mayor contingente de la misma. Hasta entonces España solo había enviado a algunos observadores aislados en misiones de la ONU y de la OSCE, además del mencionado apoyo y protección a los Kurdos iraquíes.
El secretario general de la ONU dejó escrito en el informe final de la misión: “.. el éxito total de la operación, conseguido en condiciones muy difíciles, requirió ingenio e improvisación además de un gran esfuerzo y profesionalidad en condiciones muy difíciles. La contribución de las FAS españolas a la total restauración de la paz en América Central constituye un gran mérito para España y un reconocimiento internacional a sus Fuerzas Armadas..”
Por primera vez en la Historia de la ONU, un general español mandaba una misión compuesta principalmente por españoles, con el español como el idioma de la misión y donde se obtenía un éxito rotundo finalizando la misma con entera satisfacción. Desde entonces, ninguna otra misión de la ONU ha finalizado aún en ningún continente.
La participación de nuestras FAS en misiones internacionales está intrínsecamente vinculada con la política exterior de nuestro país. El instrumento militar es uno más en la mano del Gobierno para actuar solo o en conjunción de nuestros aliados y amigos para mantener la seguridad y estabilidad internacional. En estas misiones España viene demostrando que es un socio fiable, responsable y comprometido con la seguridad internacional allá donde ha sido precisa su participación.
Hacer balance de esa participación española en el exterior supone poner de manifiesto el excelente papel desempeñado y reconocido internacionalmente por nuestros militares. Qué mejor ejemplo que el renombramiento de la Plaza Hit como Plaza de España en Mostar en reconocimiento de la labor realizado por las tropas españolas en la misión de Bosnia-Herzegovina. Según palabras de la ex embajadora Bosnia el día de la inauguración la justificación del nuevo nombre de la Plaza se debe a que “La población de Mostar aprecia el sacrifico, esfuerzo y respeto que los soldados españoles demostraron durante la dura época que vivimos. Es la plaza más bonita y la plaza mayor de Mostar. Esto siempre unirá a los ciudadanos de Mostar, España y Bosnia Herzegovina”. La especial empatía y la facilidad de integración con la población es la principal virtud de los militares españoles, según la ex embajadora de Bosnia en España.
El amplio reconocimiento internacional y local de las poblaciones a las que los contingentes españoles han ayudado se puso de manifiesto también en Afganistán, donde es un motivo de orgullo y prestigio internacional la labor realizada en la provincia de Badghis donde se registró el mayor número de reinserciones de insurgentes y entrega de armas de todo Afganistán, se realizó el traspaso de la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas, después de finalizar su adecuada instrucción y adiestramiento, y se cumplieron los objetivos de reconstrucción. La relación con las autoridades locales y el trato con la población civil permitieron además completar la parte española de la ruta Lithium, (Ring Road) de 107 Km y de alto valor estratégico, uniendo Qala-i-Naw con Bala Murghab considerada como uno de los principales reductos de insurgentes. El tramo fue ejecutado por el equipo español de reconstrucción provincial (PRT) con un coste de 3 millones de euros financiados por la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) y en condiciones de hostigamiento y seguridad extremas.
Podíamos citar varios ejemplos de misiones que constituyen una clara muestra del reconocimiento internacional a la operatividad demostrada de nuestras Fuerzas Armadas y de su claro papel como embajadoras de la Marca España, pero el espacio concedido lo impide. No obstante, es preciso decir que la huella de la participación de las FAS está marcada por el compromiso, la profesionalidad, la fiabilidad y la capacidad de entendimiento y de empatía con la población, que además suele ser el centro de gravedad de las operaciones. Ganarse a la población civil es uno de los principales objetivos de todas las operaciones internacionales, y en su cumplimiento las FAS españolas destacan extraordinariamente, además de la eficacia en el cumplimiento de las misiones operativas.
Permítanme citar una muestra reciente del nivel de operatividad de las FAS. España decidió asumir la responsabilidad de preparar el componente terrestre de la primera Fuerza Operativa de Muy Alta Disponibilidad (VJTF) de la OTAN en el año 2016, reto importante no solo por ser la primera en realizarlo sino por las dificultades inherentes al desarrollo de la Fuerza “Reforzada” de Reacción de la OTAN (e-NRF) en centro Europa. Finalizados los ejercicios de certificación de la Fuerza, los Mandos militares de la Alianza y de algunos países, como Gran Bretaña que nos relevó en la VJTF en 2017, mostraron su admiración por el excelente nivel de preparación del personal, la calidad y modernidad del material y equipo y la magnífica preparación, apoyo logístico y dirección de los Ejercicios realizados después de una perfecta proyección de fuerzas a Polonia. Del escepticismo inicial de algunos sobre el éxito de la misión, se pasó a un total reconocimiento del éxito conseguido. Las FAS españolas suelen tener que luchar en el exterior, primero, contra los “estereotipos” que algunos asignan a los españoles, que aún se mantiene en quien no las conoce y luego con las dificultades inherentes al desarrollo de nuevas iniciativas. La creatividad, capacidad de adaptación, flexibilidad e ingenio de los militares españoles demostraron una vez más su capacidad operativa.
Antes de finalizar no me resisto a comentar que cuando en 2013 se crearon los nuevos Cuarteles Generales de las Fuerzas de Alta Disponibilidad (CG HRF) de la Estructura de Fuerzas OTAN (NFS), llamados ahora NATO Rapid Deployable Corps (NRDC), España ofreció el CGTAD de Valencia, el Reino Unido el famoso Cuerpo de Reacción Rápida de la OTAN (ARRC), Francia/Alemania junto con España el EUROCUERPO, Francia e Italia nuevos CGs de Reacción Rápida y todos ellos tuvieron que pasar las exigentes pruebas estáticas y dinámicas para su “certificación operativa plena” por la OTAN. Pues bien, el CG de Valencia obtuvo, para sorpresa de algunos, la certificación operativa (Full Operational Capabilities) más alta de la OTAN.
En definitiva, las FAS españolas se han situado, no solo como referencia en el marco internacional, sino como una referencia también en el marco institucional. La profesionalidad, la honradez, la austeridad en tiempo de crisis, el compromiso, la lealtad institucional, la eficacia en el cumplimiento de las misiones, la discreción y la proyección exterior en los últimos 30 años, junto con el reconocimiento y prestigio internacional que han recogido, son los motivos principales para su prestigio tanto dentro como fuera de España, reforzando con ello la acción exterior del Estado y la Marca España.
Luis Feliu Bernárdez, General de Brigada (Reserva)
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