Fue Mankell el que abrió las compuertas que desbordaron la lectura masiva de la novela negra en España, al punto de que se habla de una “burbuja” en las publicaciones de este género. Pero, Bruno Nievas, el autor de un libro en formato digital que más descargas ha conseguido en España, afirma que este “boom” es "una de las pocas cosas buenas que nos han sucedido recientemente. La literatura negra florece aquí, porque España es gris, casi negra. Somos un país que aspira siempre a todo pero que, en demasiadas ocasiones, se queda en el camino. No conozco nada más negro que eso, de modo que el género gusta tanto porque simplemente refleja lo que somos". Más aún, la Serie Negra de la editorial RBA que fue, quizá, la que primero se interesó por este género y que desde su creación ha vendido más de un millón de ejemplares, fue precisamente durante la crisis económica, de la que al parecer estamos saliendo, cuando vendió más ejemplares de esta colección, especialmente el peor año, el 2009, “lo que parece demostrar que no hay nada mejor que un crimen bien contado para aparcar una realidad adversa.” (http://www.20minutos.es/noticia/2068567/0/novela/negra/espanola/).
Conviene distinguir la novela policiaca de la novela negra. En la primera lo importante es descubrir quién es el asesino, cómo consiguió cometer el crimen y el motivo del mismo; además el detective siempre es bueno, sin tacha ni defecto moral alguno.
En la novela negra lo importante son los personajes en la que el protagonista es un hombre o mujer, con frecuencia de pasado obscuro, que moralmente no se diferencia gran cosa del delincuente, sino es por un sentido moral del deber; así como la ambientación, tan realista, que se conoce a veces, más la sociedad sueca, noruega o barcelonesa leyendo al citado Mankell, Anne Holt o Ledesma, que en un libro sociológico sobre estas sociedades.
Se considera que los padres de la novela negra son Dashiell Hammet y Raymond Chandler, cuyas novelas y sus detectives principales, Sam Spade y Philip Marlowe, han sido llevados al cine con gran éxito. Pero si los padres de la novela negra fueron Hammett y Chandler, la madre es Patricia Highsmith, con Mr. Ripley, su amoral estafador, capaz de llegar al asesinato.
En España, afortunadamente, tenemos un puñado de magníficos escritores de novela negra: el recientemente fallecido, Francisco González Ledesma, quizá el padre, junto a Mario Lacruz, García Pavón, Vázquez Montalbán y la serie radiofónica, “El criminal nunca gana”, de este género de novela; Alicia Giménez Bartlett, tal vez, la madre española de estas novelas, con su inspectora de policía Petra Delicado; Lorenzo Silva, del que Bruno Nievas ha dicho : "Es curioso cómo sus obras terminan siendo proféticas al hablar de corrupción política, de estafas bancarias o de enormes desigualdades sociales aunque hayan sido escritas hace años"; y tantos otros autores españoles de novela negra de verdadera categoría que me duele no citar y me duele mucho, porque he pasado tantas horas disfrutando con la lectura de sus novelas, que resulta propio de un desagradecido no nombrarlos; pero estas líneas, escritas “a vuela pluma”, han sido para felicitar a La Crítica, por la creación del Premio de Novela Negra Akrón. El momento y el motivo no han podido ser más oportunos. Enhorabuena.