Reuniones de tapadillo…

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A ver, ladronzuelos. España sólo cedió a GB en 1704 la ciudad y el puerto de Gibraltar. Ni un centímetro de agua alrededor del Peñón y, como es obvio, ni un metro de espacio aéreo sobre el suelo que entonces ni existía. A pesar de ello, un portavoz del Gobierno británico en Gibraltar, dijo que no tiene duda alguna sobre su soberanía sobre las aguas de Gibraltar y su espacio aéreo.

Como es costumbre en la actividad de la piratería, la Ley es el hecho consumado, el atraco, la invasión que conduce a quedarse con lo que no es suyo, etc. Bien, vamos a ver en qué queda este nuevo “incidente” y el valor que, seguro, derrochará el gobierno de Sánchez apoyado por todos los grupos que lo que desean es la desaparición de España como identidad nacional, frente a la altanería y chulería demostrada por estos elementos que no paran de decir que esto es mío porque lo digo yo, y se acabó.

La british, british, british Carmen Gómez, posible sucesora de Fabián Picardo al frente del ayuntamiento de Gibraltar, está dando una serie de clases de historia sobre el Peñón en los medios de la colonia que, se supone, el ministerio de Exteriores español debe conocer. Merece la pena leer sus sandeces, aunque no sea más que como diversión. Según esta dama, fue en 1946 cuando se crearon las Naciones Unidas y 76 años después cualquiera puede preguntarse “¿cuál es ahora la situación de Gibraltar?”, o bien, “¿ha modificado Gibraltar en estos últimos 76 años su posición (colonial)?”.

Es posible que el ministro de Exteriores, señor Albares, o alguno de sus múltiples asesores y colaboradores, se atrevan a llevar la contraria a esta ilustrada mujer que, por lo que demuestra, sabe bien poco lo que Gibraltar significa en el ámbito de las Naciones Unidas y, sobre todo, lo que debiera significar para todos los españoles (perdón, para los que de verdad se consideren españoles). No sólo desde hace 76 años, sino desde 1713, cuando la ciudad fue cedida a GB como consecuencia de un atraco a España.

En “Panorama” del 25 de agosto parecían preocupados y trataban de explicar el porqué de la permanente pérdida del bilingüismo en Gibraltar (inglés/español), especialmente entre los más jóvenes. Según este diario, era un orgullo para los gibraltareños ese bilingüismo. Pero las nuevas tecnologías –TV y redes sociales– han hecho que de los programas que se ven en el Peñón, predominen los de habla inglesa. Con ello, la identidad del pueblo gibraltareño, según “Panorama”, que era ese bilingüismo, puede perderse.

Pues no sigan por ese camino, en especial los jóvenes. Porque si lo hacen, cuando salen como locos al otro lado de la Verja a divertirse, no lo van a pasar tan bien como esperaban porque no les van a entender. En fin, que el orgullo de ser bilingüe en Gibraltar se puede perder poco a poco. Y los ratoncillos lo pueden pasar cada vez peor. Que miren a su alrededor y observen: quienes más desean que pierdan ese bilingüismo ha sido la potencia colonial que manda en Gibraltar. Sobre todo, desde la Segunda Guerra Mundial. Y el resultado es el que es. Que les pidan aclaraciones a los británicos.

En ese mismo diario del día 26, la posible futura alcaldesa del Peñón Carmen Gómez se quejaba de los terribles inconvenientes y enormes molestias que la policía española causa a los militares norteamericanos para cruzar la Verja. Para ello, mezclaba una serie de acontecimientos, anécdotas, historietas y otros temas que nada tienen que ver con lo que es el espacio Schengen en la UE. Pero no decía que han sido sus amos, los británicos, los que han elegido ese camino: el Brexit. Y los nacionales que no pertenezcan a la zona Schengen han de atenerse a las reglas que para ella se establecen. Incluidos los militares norteamericanos. Aunque parezca una exclusiva maldad de los españoles, como parece pensar ella.

El sábado, 27 de agosto, “Noticias Gibraltar” daba una primicia informativa exclusiva que llamó la atención: “Picardo regresa a Gibraltar después de una reunión desconocida en España”. El silencio y la opacidad de esta reunión contrastaron con el tratamiento con que fue recibido Picardo y sus acompañantes por las autoridades locales de Málaga cuando llegaron en el AVE procedentes de Córdoba, ciudad donde se celebró la reunión supersecreta.

Los acompañantes de Picardo eran su segundo, José García, el llamado Fiscal General del Peñón, Michael Llamas y el secretario de Picardo, Peter Canessa. Se supone que la reunión fue con funcionarios del ministerio de Exteriores español, aunque desde ese ministerio se guardó el más absoluto silencio. Sin embargo, los cuatro viajeros fueron agasajados en Málaga, desde donde se trasladaron en coche hasta Gibraltar.

Cuando las negociaciones entre la UE y GB están bloqueadas, como decía en mi carta anterior, resulta llamativa esta reunión bilateral en España. Y con este gobierno multitudinario español, cualquiera puede esperarse lo peor, en especial, por parte de su presidente. Como sucedió con el reconocimiento del antiguo Sahara español como autonomía marroquí, decisión sorprendente y unilateral del “doctor Sánchez”, supuesto presidente de la república española según dijeron en Colombia.

Vaya usted a saber qué se traen entre manos los representantes de una nación como España y los de la colonia militar de Gibraltar en la reunión celebrada en Córdoba el viernes 26. Repito, es para echarse a temblar, sobre todo, si el PSOE de Sánchez puede dar otra sorpresa a España de carácter propagandístico para que sus vasallos sigan vitoreándolo y él pueda seguir durmiendo en la Moncloa, cueste lo que cueste a España.

La reunión se celebró casi a escondidas por parte española. Ni GB ni España la han confirmado y no han declarado nada al respecto. Pero sí lo han hecho los jefazos gibraltareños mediante un comunicado. En él decían que “no hay nada remotamente secreto o no revelado en el hecho de que estas reuniones se hayan celebrado y sigan celebrándose… Hemos declarado en repetidas ocasiones que nos reunimos constantemente con colegas del Reino Unido, de la UE y de España”. ¿Colegas? ¿De GB, de España y de la UE? Pues a qué bajo nivel han caído estos “colegas” codeándose a igual nivel que los “colegas” del ayuntamiento de Gibraltar.

Añadió Picardo: “Estoy muy orgulloso de dirigir las negociaciones sobre Gibraltar junto a José García. El trabajo es constante y continuo y se realiza a diario por teléfono, correo electrónico, videoconferencias y reuniones en persona. No ha disminuido durante los meses de verano, ya que deseamos finalizar los asuntos lo antes posible… Ayer nos reunimos en Córdoba con funcionarios para revisar los avances y el trabajo que queda por hacer. Fuimos fotografiados (en el AVE) a hurtadillas por un pasajero del tren que, evidentemente, no era amigo de Gibraltar y ha pasado una copia de la fotografía a una web española”.

Bien, pues ya sabemos quién manda, según Picardo, en las negociaciones entre la UE y GB y que, si los gobiernos de España hubieran tenido lo que se debe tener, debieran haber liderado España y GB exclusivamente. Pero no. Para desgracia de los españoles tenemos gobiernos incapaces, por sí mismos y mediante su política de Estado, de liderar el ultraje y la burla de Gibraltar. Porque como pollos sin cabeza acuden a terceros para que nos saquen las castañas del fuego y, además, para compartir con el colonialismo británico lo que éste tenga a bien mandar.

Un nuevo accidente marítimo de los que con alguna frecuencia se producen en las aguas de la bahía de Algeciras (aguas jurisdiccionales españolas), debido al colapso del puerto de Gibraltar y al abarrotamiento de buques en dicha bahía, se produjo el día 29 de agosto cuando colisionaron dos barcos al sur de la bocana del puerto gibraltareño. Se trataba del buque granelero “OS35” cargado con barras de acero y el metanero “Adam LNG” con gas licuado. El primero recibió la orden del puerto de Gibraltar de varar a unos 200 metros de la costa gibraltareña, frente a “Catalán Bay”. Se temió que sus 183 toneladas de fueloil, otras 250 de gasóleo y 27 de aceite lubricante, pudieran derramarse en aquellas aguas. Su proa se encontraba semihundida.

El “Adam LNG” fue golpeado por el granelero. Sufrió daños en la proa, pero no rotura del casco o entrada de agua. Para evitar que el “OS35” se hundiera con el consiguiente riesgo de contaminación, se comenzaron a desplegar barreras para evitar la posible fuga de combustible del barco. Las autoridades del puerto de Gibraltar ordenaron una zona de exclusión de 200 metros alrededor del buque para que nadie entrara en ella salvo a quien autoricen. ¡En aguas españolas!

En la tarde del 31 de agosto el casco del “OS35” se partió, aunque, al parecer, las dos secciones en que se dividió el barco no se habían separado del todo. Y la extracción del combustible aún no había empezado. Unidades de Salvamento Marítimo de España fueron alertadas para tratar de evitar el derramamiento del combustible, ya que Gibraltar no dispone de medios suficientes para hacer frente al posible derrame de las 400 toneladas de gasoil y aceites del “OS35”. Según el ayuntamiento de Gibraltar no había sido posible hacerlo después de estar el buque varado 36 horas. Pero, según ellos, estaban trabajando para conseguirlo.

El 1 de septiembre explicaron que el alcalde Picardo pidió al capitán del buque “OS35” que parara, que no saliera del puerto gibraltareño, pero “no paró”, no siguió las instrucciones y además dijo que “no tenía ningún daño”. Al parecer, según Picardo, el buque salió hacia el Estrecho, pero la entrada de agua en el mismo fue tal, que tuvo que volver siguiendo las instrucciones de la Capitanía de Gibraltar. Y lo dirigieron hacia donde podía salvarse la tripulación, a 200 metros de la costa Este del Peñón, en aguas españolas mientras no se diga lo contrario por alguien que no sea GB.

Hasta entonces ¿cuál fue el papel jugado por las autoridades españolas? Ceder a todo cuanto se les pida desde Gibraltar, pero, por supuesto, sin acercarse al buque siniestrado ni a la costa de Gibraltar. Por ejemplo, el Capitán del puerto gibraltareño aceptó la ayuda que le ofreció la Capitanía del puerto de Algeciras, Y así, el helicóptero de este puerto sobrevoló el buque siniestrado para determinar los vertidos y situación del buque. También, un barco de Salvamento Marítimo está próximo a la zona del buque desde que se tuvo noticia de la situación del “OS35”. Por último, Gibraltar ha indicado que aceptará los recursos que le pueda proporcionar España y de los que el Peñón no disponga.

Nada. A mandar chicos, que para eso estamos.

Un abrazo a todos.