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Los pilares de la prosperidad y el progreso

(Foto: https://www.derechoconstitucional.es/).
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(Foto: https://www.derechoconstitucional.es/).

LA CRÍTICA, 1 JUNIO 2021

Por Luis Feliú Bernárdez
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Como es sabido, la prosperidad y el progreso de una sociedad depende hoy en día principalmente de dos factores: El nivel de formación de la población y el marco de libertades, tanto individuales como económicas, es decir de la libertad individual y de la economía libre de mercado, o la economía “social” de mercado, en término acuñado en Alemania con el nuevo liberalismo.

Una fuerza laboral poco formada, (...)

... pero muy firme en sus únicas convicciones ideológicas, sociales y económicas, nos lleva a un escenario que conforman tres problemas: Menor productividad, menores salarios y menores inversiones extranjeras debido precisamente a la falta de confianza en esa fuerza laboral adoctrinada.

Veamos brevemente de dónde venimos en cuestión de derechos y libertades. El ser humano desde sus orígenes busca proteger tres derechos básicos: Libertad, Seguridad y Propiedad. Estos tres derechos, junto con el derecho a la Vida, se han mantenido en todas las declaraciones sobre los derechos humanos y nacen en el seno de la sociedad o instituciones que se los reconoce.

Muy pronto, en las sociedades aparece el derecho a la reparación ante la ofensa o daño recibido y el castigo por conductas impropias, improcedentes y que perturban la tranquilidad de la sociedad o que dañan los derechos básicos. Ese derecho es el de la Justicia.

Vida, Libertad, Seguridad, Justicia y Propiedad son los cinco derechos básicos desde que el hombre se organiza en sociedades y muy anteriores a los otros derechos que luego han ido surgiendo en sociedades mucho más complejas. La lógica evolución hacia estas sociedades han hecho aparecer esos otros derechos a los que se denomina fundamentales.

En la lista de los 30 derechos fundamentales de la ONU se encuentra lógicamente el derecho a la vida, al que se une el de la Integridad física y moral. El derecho más extendido, la libertad, se adjetiva con la libertad ideológica, religiosa, de residencia, de circulación, de expresión, de reunión, de asociación…., y algunos más.

El más popular posiblemente sea el derecho a la no discriminación e igualdad de trato, o dicho de otro modo de igualdad ante la ley, de igualdad de oportunidades, de igualdad de derechos y libertades. Este derecho no debe llevar al concepto de igualdad derivado de el de «dar a todos por igual» sin valorar el mérito, la voluntad y el esfuerzo que desaparecen y con ellos la Justicia y la Igualdad de oportunidades, apareciendo la Injusticia y el Igualitarismo base de todas las desigualdades.

Como decía al principio el nivel de formación es fundamental para el desarrollo de las sociedades. Pero hay dos vías básicas para desarrollarlo: Educar para «pensar libremente y por uno mismo, es decir enseñar a pensar con espíritu crítico» o educar para «pensar de una forma determinada, de una forma concreta, es decir ideologizar sin preguntarse ni cuestionarse lo que le imponen a uno». Las sociedades más avanzadas se distinguen especialmente por la “libertad de educación”, esas sociedades van más allá del derecho de educación entrando en otro más amplio el de la «libertad de educación».

No quisiera terminar sin mencionar que para ser sujeto de derechos hay que poder reconocerlos como tales. Es decir, el paisaje, las montañas, los ríos, o los animales, difícilmente pueden entender o reivindicar ningún derecho. Este sin sentido no hace sino devaluar los derechos y confundir a las sociedades.

Me refería antes a la Economía Social de Mercado, evolución de la economía libre de mercado donde el Liberalismo muestra su compromiso con la sociedad del siglo XXI y pone a la demagogia inútil de algunas políticas fuera de la realidad, la prosperidad y el progreso.

Termino, sin un adecuado nivel de formación basado en la libertad de educación, sin un adecuado y tutelado marco de libertades, sin seguridad jurídica ni derecho a la propiedad, sin una economía social de mercado, en definitiva, sin libertad individual y económica, y sin una justicia independiente que las proteja, los pilares de la prosperidad y el progreso se derrumban.

Luis Feliu Bernárdez

Academia de las Ciencias y las Artes Militares
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