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El Pez Cornudo en Manhattan… y en Cataluña

Foto: http://davidkarvala.blogspot.com/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html
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Foto: http://davidkarvala.blogspot.com/2012/08/la-larga-sombra-del-estalinismo.html

LA CRÍTICA, 19 OCTUBRE 2019

Por Manuel Pastor Martínez
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(...) El Pez Cornudo era un chiste, una broma entre iniciados, con que los “marxistas críticos” se referían a la degeneración monstruosa del sistema comunista bajo Stalin. Aunque reconocían que, por supuesto, frente al capitalismo y la democracia burguesa era mejor un Pez Cornudo que un pez sin cuernos …

El pasado 8 de Octubre, en la sede de la New School for Social Research en Manhattan (New York City), tuvo lugar un acto, consistente en charla y coloquio, del ex director del FBI, sucesor del infame James Comey, Andrew McCabe (otro corrupto también, destituido por el presidente Trump) con el apoyo del periodista Carl Bernstein, en lo que resultó una especie de aquelarre anti-Trump del Deep State y la izquierda americana, muy apropiadamente celebrado en la sede intelectual del “marxismo crítico” de la famosa Escuela de Frankfurt durante su exilio neoyorquino.

El Pez Cornudo era un chiste, una broma entre iniciados, con que los “marxistas críticos” se referían a la degeneración monstruosa del sistema comunista bajo Stalin. Aunque reconocían que, por supuesto, frente al capitalismo y la democracia burguesa era mejor un Pez Cornudo que un pez sin cuernos…

El Pez Cornudo puede ser hoy una metáfora apropiada de la tentación golpista “posmoderna” del progresismo en las democracias liberales (los partidos de izquierdas en Europa y el partido Demócrata en EEUU). Este golpismo es tributario del estalinista “derecho de autodeterminación” (como se invoca por las izquierdas españolas en Cataluña), o de su versión posmoderna, el “derecho a la diversidad” o “multiculturalismo” (como postulan los progresistas y el partido Demócrata en EEUU), que legalmente quiebran la uniformidad constitucional y el principio de Igualdad ante la Ley. En sendos casos lo que se pretende es destruir el orden constitucional existente mediante un uso fraudulento de la legalidad: las “leyes de desconexión” separatista en Cataluña; el “impeachment” presidencial en EEUU. En realidad, en ambos casos, se trata de golpes de Estado camuflados.

Durante los últimos años he dedicado varios ensayos en La Crítica a describir este nuevo fenómeno del golpismo “posmoderno” como se evidencia hoy en EEUU y Cataluña (el último: “Golpistas posmodernos”, La Crítica, 5 de Junio, 2019).

El conocido periodista izquierdista Carl Bernstein, antes mencionado, fue coautor con Bob Woodward de un famoso best-seller sobre el intento de “impeachment” del presidente Nixon, obra que en realidad serviría de cobertura periodística, desinformadora y propagandística, a favor de un auténtico Golpe de Estado (así lo han analizado ejemplarmente L. Colodny y R. Gettlin en Silent Coup, 1991, y R. Locker en Haig´s Coup, 2019).

Por otra parte, muy recientemente el presidente Trump ha manifestado: “Según aprendo más y más cada día, estoy llegando a la conclusión de que lo que está teniendo lugar no es un impeachment, es un Golpe, intentando negar el Poder del Pueblo, sus votos, sus libertades, su Segunda Enmienda, religión, ejército, muro fronterizo, y sus derechos concedidos por Dios como ciudadanos de los Estados Unidos de América” (Tweet, 2 de Octubre, 2019).

Asimismo Newt Gingrich, ex presidente (Speaker) de la Cámara de Representantes en el Congreso: “Lo que estamos viendo es una guerra de tres años, que en realidad es un Golpe contra la Constitución por los Demócratas en la Cámara de Representantes” (Fox News, 9 de Octubre, 2019).

Respecto a Cataluña, la percepción generalizada entre los constitucionalistas españoles (independientes, de centro-derecha y centro-izquierda) es que lo de Cataluña es un intento continuo de golpe de Estado, aunque es cierto que en España les resulta difícil a estos mismos constitucionalistas conservadores, liberales, “centristas”, democristianos y socialdemócratas –como diría Hayek, socialistas de todos los partidos- condenar al partido Demócrata americano. La obsesión histérica anti-Trump sigue siendo la norma de la mayoría. Un ejemplo significativo: el reputado analista político liberal Federico Jiménez Losantos en unos pocos minutos de su programa radiofónico el pasado día 11 de Octubre, calificó al presidente americano de “zumbao”, “hortera”, “zanahorio”, “de frenopático”, y otras lindezas; calificaciones parecidas que le ha venido prodigando decenas de veces desde la elección de Trump en 2016, como han hecho también muchos del Partido Popular o de Ciudadanos, no digamos ya del PSOE.

Nos encontramos ante una nefasta interiorización y normalización del golpismo en España, es decir, verlo como algo normal de la vida política (la sentencia blanda del Tribunal Supremo sobre el golpismo catalán ha contribuido a ello), y asimismo una ignorancia profunda de la política en EEUU por parte de los periodistas y de los políticos españoles (una especie de nuevo y patético antiamericanismo lite “anti-Calibán”, como el fatuo “arielismo” en 1898).

He venido sosteniendo desde hace muchos años, casi en solitario, que todo esto configura una cultura política no democrática sino partitocrática -cultura excesivamente politizada, sin una estricta o razonable separación de poderes- y demuestra que la democracia española es una democracia no consolidada, por tanto fallida o de muy baja calidad. EEUU, a diferencia de España (con la excepción solitaria del Rey), al menos goza de una democracia plenamente consolidada y un plus con un Presidente enérgico como defensor político y un Poder Judicial efectivo como defensor jurídico de la Constitución.

El propio Marx, parafraseando a Hegel, escribió que la historia siempre se repite: una vez como tragedia y otra como farsa. El golpismo revolucionario marxista-leninista de 1917 y de la Komintern (1919-1943) ha degenerado hoy en el circo mediático de un golpismo “posmoderno”, pero todavía con una impronta típica estalinista, de la progresía en todo el ámbito occidental… el Pez Cornudo.

Manuel Pastor Martínez

Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid

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