El poemario constituye una amarga denuncia del pasado, pero alberga una gran esperanza en el futuro, y donde el término España domina sus interrogantes retóricos. Su poesía, que incluye ‘Cantos al destino’, ‘Pueblo cautivo’, ‘Amor prometido’, ‘Contemplación del tiempo o Siempre’, fue definida por Dámaso Alonsocomo “poesía desarraigada”.
Eugenio García de Nora, conocido como Eugenio de Nora, nació en Zacos, León en 1923, ganó el premio Juan Boscán de poesía en 1953, certamen entonces de un gran prestigio.
Doctor en Filología románica, fundó en 1944, junto con González de Lama y Victoriano Crémer la revista de poesía comprometida Espadaña.
Publicó además en otras revistas literarias de la posguerra española, como Cisneros o Corcel dedicadas a la poesía.
En 1953 ganó el Premio Boscán de poesía por “España, pasión de vida”. Pero en la década de los sesenta se trasladó a Suiza donde fueprofesor de Literatura española en la Universidad de Berna.
Su producción poética abarca títulos como ‘Cantos al destino’ (1945), ‘Pueblo cautivo’ (1945-46) una inteligente crítica del régimen franquista, ‘Amor prometido’ (1946), ‘Contemplación del tiempo’ (1948), ‘Siempre’ (1953) y ‘España, pasión de vida’ (1953).
Tras unos largos años sin publicar a mediados de los setenta aparece una extensa antología de su obra poética titulada ‘Poesía’ (1939-1964).
Publicó además un extenso ensayo sobre la novela española de posguerra ‘La novela española contemporánea’ (1958-62), con el realismo social como base.
El estilo De Nora evoluciona desde una poesía comprometida social y políticamente, que Dámaso Alonso llamó “poesía desarraigada”, con “España, pasión de vida” (1953), como máximo exponente, a otros temas o inquietudes existenciales como el amor, amor, muerte, y el afán por la trascendencia del ser humano con componentes regeneracionistas propios del 98.
De Nora se manejó entre lo propio de su momento -la poesía de compromiso social-, y por la poesía más personal, individual del hombre, existencial, que estaría representada por obras como ‘Contemplación del tiempo’, si bien este libro está lleno de referencias a la Guerra civil y el trauma de postguerra. Con‘Pueblo cautivo’ (1945-46) inaugura la poesía testimonial y de denuncia que caracterizará, cercano a Celaya y a Blas de Otero.
En una de sus últimas entrevistas concedidas a EFE, en 2009, cuando todavía los síntomas del Alzhehimer que padeció no eran muy fuertes, salvo paralización en las piernas, manifestó tener la intención de publicar sus obras completas, con carácter antológico. «Estoy bastante bien; intelectualmente me encuentro bien, -dijo- pero sigo con un problema para moverme, arrastrando los pies demasiado, y no acabo de recuperar la capacidad de andar».
El poeta comentó con el buen humor que le caracterizaba: «Tengo la referencia de mis padres, que ambos alcanzaron los 95 años, por lo que aún me veo con un margen de diez añitos para aprovecharlo».