Más allá de las especulaciones alimentadas, entre otros, por Justin Webster, director de ‘Muerte en León’, que apuntan a motivaciones políticas en el asesinato de la presidenta de la Diputación de León en mayo de 2014, y por el que fueron condenadas como autoras Monserrat González y su hija Triana Martínez, con la colaboración de la agente de policía local Raquel Gago, toman fuerza en ámbitos policiales y penitenciarios los rumores sobre un pacto de silencio entre esta última y "las autoridades" a cambio de beneficios económicos que no vamos a reproducir aquí por el momento.
Este es un extremo que, con independencia de su veracidad, debe ser abordado y por supuesto negado por dichas autoridades, sean quienes sean, máxime cuando la conducta de la citada Raquel Gago durante los últimos meses es por lo menos extraña y, a los ojos de los observadores, puede alimentar tal disparate.