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Mientras que los rusos utilizaron, en principio, su habitual nivel operacional, los ucranianos, sin apenas preparación y medios, utilizaron un nivel táctico que les permitió, a lo largo del tiempo, llegar al nivel operacional, enfrentándose ahora, en la última fase que se estudia, a un procedimiento operativo ruso de defensa en profundidad.
De ahí el lento avance de las tropas ucranianas en esta última fase. Por eso, en Estados Unidos, la OTAN o la Unión Europea, se tiene el convencimiento de que la guerra se prolongará durante bastante tiempo. De modo que la incertidumbre continúa.
El germen de la invasión rusa de Ucrania está en el desmoronamiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991. La frustración entonces y después del nacionalismo ruso fue tremenda. Tanto entre los viejos camaradas del comunismo, como entre la juventud rusa más ilustrada.
La guerra real contra Ucrania comenzó en 2014, cuando la península ucraniana de Crimea fue invadida por las tropas rusas para hacerse con el control total del mar Negro.
A partir de aquella fecha, los simpatizantes e infiltrados rusos en la zona de Donbás (este de Ucrania), iniciaron una serie de ataques y hostigamiento continuado contra las pocas y mal pertrechadas unidades ucranianas establecidas allí. Utilizando como arma política la rusificación de la zona, la corrupción en el gobierno ucraniano, la práctica desmilitarización del país y la sorpresa, comenzó en el Donbás una guerra no declarada pero que hizo posible proclamar por Rusia la anexión de las provincias de Lugansk y Donestk como nuevas repúblicas que se incorporaban a la Federación Rusa. Esto posibilitó que Rusia declarara inmediatamente el Donbás como territorio propio. Otra de las excusas para anexionarse el Donbás por parte de Rusia, fue que había que “desnazificar” Ucrania.
Esta última excusa fue el motivo decisivo para invadir Ucrania, en contra de toda la legislación internacional, el día 24 de febrero de 2022, por el norte, este y sur del país. Hay que señalar que antes de esta fecha y una vez asumido el poder en Ucrania por el presidente Zelenski, los EEUU habían comenzado a enviar armas a este país para intentar recuperar los territorios ocupados por Rusia, a partir de los cuales se inició la invasión.
Presión rusa sobra Europa
Para tratar de entender lo que significa el Nivel Operacional que se ha seguido en esta guerra, vamos a indicar cómo está concebido en Occidente, en general, a través del correspondiente Planeamiento Operativo que comprende tres tipos de Planeamiento que se superponen entre sí. Son estos:
- El Planeamiento Estratégico, llevado a cabo a nivel estratégico.
- El Planeamiento Operacional, que asume las operaciones militares.
- El Planeamiento Táctico, a nivel táctico.
Cada uno de estos Planeamientos, en su correspondiente nivel, emite una serie de Directivas de Planeamiento que, como en cascada, van determinando las diferentes actuaciones militares que corresponden a cada uno de estos niveles operacionales. En este caso vamos a intentar aproximarnos al Planeamiento Operacional de ambos contendientes desde que comenzó la invasión en la fecha antes citada.
En primer lugar, hay que decir que la invasión rusa de Ucrania comenzó bajo una denominación que no tenía nada que ver con la realidad. Con objeto de evitar la palabra invasión o guerra, Rusia proclamó que iba a realizar una “operación militar especial” en Ucrania. Operación que, en realidad ocultaba la ocupación total de ese país y su anexión.
De acuerdo con la Doctrina rusa, su Planeamiento Operativo nada tiene que ver con el occidental. Su procedimiento operativo a Nivel Operacional es el de la Batalla en Profundidad, es decir, atacar hacia vanguardia con todo el apoyo artillero y misilístico que sea preciso para abrir paso a las tropas de Infantería (acorazados, mecanizados y motorizados) para alcanzar sus objetivos. Consiste, por tanto, en una planificación muy centralizada y controlada, en exceso rígida y poco flexible para adaptarse a los aspectos cambiantes de los combates que se producen en la guerra.
Pero a pesar de su Doctrina, los rusos no emplearon a fondo y a nivel Operacional su Batalla en Profundidad para invadir Ucrania. Sobre todo, por la limitación de Unidades de Infantería y la propia composición de las mismas, heterogénea y limitada en cuanto al número de combatientes en ellas.
Rusia, después del primer intento para tomar rápidamente Kiev, como vamos a ver, fue adecuando sus procedimientos operativos a la situación de cada momento. Así, la unidad División, a Nivel Operacional, creó grupos Tácticos a base de Infantería y otras armas (combinación de Unidades) para llevar a cabo sus operaciones.
Por otra parte, mientras que los mandos superiores del ejército ucraniano habían sido formados militarmente “a la soviética” y estaban infiltrados casi todos por los rusos, los mandos de las pequeñas unidades estaban más concienciados de la defensa a toda costa de la integridad territorial de su Patria. Debido a ello, al principio de la invasión, la defensa ucraniana estaba totalmente descoordinada. Y aquellos mandos superiores fueron siendo rápidamente destituidos.
Inicialmente, el esfuerzo principal en la invasión se centró en la toma de Kiev, la capital de Ucrania. Si caía la capital, el resto del país asumiría con rapidez la derrota. Fue cerca de Kiev, en Hostomel, donde se produjo la primera batalla del 24 al 28 de febrero. Al norte de Kiev, de seis mil a siete mil paracaidistas rusos tenían como objetivo tomar la ciudad. Pero serían rechazados por unos pocos Batallones de Artillería que, prácticamente, los aniquilaron disparando contra ellos sin tregua.
Tras el fracaso de Hostomel, el ejército ruso puso en marcha su ofensiva desde la región del Donbás. Utilizaron tres ejes de ataque: el primero para tomar Kiev una vez ocupado Jarkov por el norte; el segundo, desde el Donbás para dominar la región central; el tercero, desde la provincia de Donestk, para ocupar un corredor paralelo al mar de Azov y enlazar el Donbás con Crimea. Fue un Planeamiento Estratégico equivocado al dividir el esfuerzo en un frente muy amplio.
Hostomel y tres ejes de ataque
A partir de aquí pueden establecerse cuatro fases en la guerra de Ucrania desde el comienzo de la invasión en febrero de 2022:
- La primera, desde febrero del 22 a julio de ese año, caracterizada por la ofensiva rusa a través de los tres ejes citados.
- La segunda, de agosto del 22 a octubre de ese año, cuando se produjo la primera contraofensiva ucraniana.
- La tercera, nueva ofensiva rusa de diciembre del 22 a junio del 23.
- La cuarta se está produciendo actualmente, de forma muy lenta, llevada a cabo por las fuerzas ucranianas.
Durante la primera fase, los rusos obtuvieron notables victorias en un avance del este hacia el oeste. Pero las fuerzas ucranianas, desorganizadas, pero con una elevada moral, fueron agrupándose en Batallones y después en Brigadas en una organización militar que se iba estructurando de abajo hacia arriba, con jefes militares que acreditaban su deseo de defender la Patria. Así fue como las fuerzas ucranianas comenzaron a utilizar el Planeamiento Táctico, asesorados por militares norteamericanos y británicos, antes de llegar al Nivel Operacional.
Primera fase
Era evidente que Ucrania no podía defender su país sin la ayuda de Occidente. En esta primera fase, el ejército ucraniano había destruido cerca de mil carros de combate rusos y había capturado otros 600. Pero no tenía munición para poder utilizarlos. Gracias a los proyectiles guiados de precisión Excalibur enviados por EEUU antes de iniciarse la invasión, cada disparo era un golpe certero contra objetivos rusos. Gran Bretaña también había enviado materiales al ejército ucraniano. El resto de países de la OTAN lo hacían con cuentagotas.
En la segunda fase, utilizando procedimientos operativos mucho más flexibles que los utilizados por los rusos, el ejército ucraniano tuvo la oportunidad de poder haber expulsado de su territorio al ejército ruso. Esa oportunidad se perdió debido a que la ayuda de material militar de los países de la OTAN se demoró y fue escaso. No obstante, lograron frenar a los rusos en un frente de más de 1.200 km.
En el otoño de 2022, Moscú intentó movilizar a unos 300.000 soldados distribuidos por todos los rincones de Rusia. La inmensa mayoría de ellos poco o nada motivados para ir a la guerra. Muchos desertaron o ni siquiera se presentaron en las oficinas de movilización cuando huyeron de Rusia a países extranjeros. Por cierto, el gobierno ruso ha anunciado para diciembre de este año (2023) una nueva movilización de otros 400.000 soldados, muy difícil de conseguir. Entre otras cosas, porque su encuadramiento es muy complicado al carecer el ejército ruso de suboficiales. Así, la instrucción del soldado ruso es muy deficiente.
En esta primera contraofensiva ucraniana, a pesar de las carencias que padecían, en especial de armamento pesado, las tropas ucranianas lograron expulsar a los rusos de la ciudad de Jarkov, logrando ocupar en esa zona más de 3.000 km cuadrados, más territorio que el que habían logrado ocupar los rusos desde su invasión en febrero.
Dos meses y medio después de iniciada esta contraofensiva, en noviembre de 2022, las tropas rusas también se retiraban de la ciudad de Jerson, en el eje sur de los primeros ataques rusos y primera ciudad importante que capturaron desde el comienzo de la guerra el 1 de marzo anterior. Situada a sólo 90 km de la península de Crimea.
Liberadas Jarkov y Jerson por las tropas ucranianas, el ejército de este país comenzó a utilizar el Planeamiento Operacional basado en el utilizado por gran parte de los países de Occidente. Pero con dos carencias esenciales para la puesta a punto de ese procedimiento operativo: la falta de carros de combate y de una aviación que pueda proteger los ataques de las fuerzas acorazadas.
La tercera fase de la guerra comenzó en diciembre/enero de 2023 por medio de las operaciones ofensivas hacia el oeste de Ucrania por parte de las tropas rusas. Utilizando misiles, cohetes de largo alcance, drones, artillería pesada, el fuego de los carros de combate como base de fuegos para proteger el avance de la Infantería, guerra electrónica y una aviación prácticamente intacta, el procedimiento operativo ruso no varió desde que comenzó la invasión. Su Planeamiento Operacional es, en realidad, una derivada de su Batalla en Profundidad – descrita anteriormente – con infinidad de variantes.
Esas variantes vienen determinadas, esencialmente, por las tropas que deben ocupar el terreno, es decir, por las escasas y deficientemente instruidas tropas de Infantería. Esa Infantería puede clasificarse de la siguiente forma:
- Infantería Fungible, es decir, soldados cuya función esencial es la de aproximación para descubrir posiciones enemigas. Compuesta, en general, por reclutas y presidiarios y susceptible de ser fácilmente aniquilada por las fuerzas ucranianas.
- Infantería Regular, de baja calidad, con poca experiencia de combate, utilizada para ocupar posiciones defensivas.
- Infantería de Asalto, procedente de la Infantería Regular, mejor preparada, con experiencia de combate, para poder integrarse en unidades paracaidistas, infantería de marina, tropas de asalto, etc.
- Infantería de Especialistas, personal veterano, más técnico, donde se incluyen los designadores de blancos, zapadores de asalto, operaciones especiales, etc.
Pero esta Infantería fue complementada por el llamado Grupo Wagner, un ejército de mercenarios que luchó junto al ejército regular ruso desde el comienzo de la invasión, con unos 50.000 combatientes. Su líder era Yevgeny Prigozhin, un antiguo cocinero del Kremlin y sumiso servidor de Putin. Mantuvo siempre el control de sus mercenarios a base de una disciplina basada en el terror. Fue él quien, en realidad, impulsó el comienzo de la tercera fase de la guerra a partir de enero de este año frente a la pasividad que demostraba el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú.
Sin un Planeamiento Estratégico claro y bien definido, las fuerzas rusas no consiguieron en esta contraofensiva éxitos tan notables como los que lograron en la primera fase. Entre otras razones, porque las tropas ucranianas estaban ya mejor preparadas y adiestradas y recibían mayor cantidad de material defensivo desde las naciones aliadas. Por su parte, las fuerzas del Grupo Wagner se empeñaron en una batalla política y de prestigio sin ningún objetivo estratégico que la justificara.
Fue la batalla de Bajmut, localidad al sureste de Ucrania, donde llegan cuatro líneas de ferrocarril procedentes de la zona rusa y solo una desde territorio ucraniano. Los ucranianos defendieron la ciudad casa por casa, sin que los mercenarios del Grupo Wagner lograran tomarla por completo. Se calcula que allí pudieron morir unos 20.000 de ellos.
Balmuj
El apoyo militar de las naciones de la OTAN y otros aliados a Ucrania, se concretó por fin el 25 de enero de 2023, cuando Alemania permitió que se enviaran a las tropas ucranianas los deseados carros de combate Leopard. Por su parte EEUU enviaría carros Abrams y los británicos Chieftain, lo que supone, por la variedad de modelos, un problema logístico de envergadura. Ello dio pie para que el presidente Zelenski solicitara a sus aliados de Occidente el envío inmediato de aviones de combate, asunto que aún no ha sido resuelto.
Actualmente nos encontramos en la cuarta fase de la guerra, al menos de forma teórica, habida cuenta de la lentitud de la contraofensiva ucraniana. Últimamente han sucedido tres episodios en la guerra que han centrado la atención de los expertos militares y que pueden haber contribuido a ese retraso en el contraataque ucraniano:
- La voladura premeditada de la presa Nova Karovka en el río Dnieper, cerca de Jerson. Ha inundado una amplísima zona de más de 600 km cuadrados que la ha inutilizado para operar en ella militarmente.
- El peligro que esto supone para la central nuclear de Zaporiya, la mayor del mundo, que limita la refrigeración de sus reactores. Además de que los rusos han minado todos sus alrededores y se sospecha que también el interior de la misma.
- Por último, la rebelión de Yergeny Prigozhin, líder del Grupo Wagner, contra el gobierno ruso y la disolución del Grupo en Ucrania.
Frente de guerra al 15 de julo de 2023
Estos hechos, junto con los permanentes ataques rusos con misiles contra ciudades ucranianas –haciendo evidente la falta de medios de defensa aérea para cubrir Ucrania–, cuyas principales víctimas son civiles, ponen de manifiesto que la industria de guerra rusa se ha rehecho con cierta rapidez.
Otro hecho a considerar: los rusos defendían un frente de unos 1200 kms, a razón de unos 300 soldados por km, una línea defensiva frágil y sin profundidad. Se esperaba que Rusia invadiera Ucrania como si fuera una “segunda Tormenta del Desierto”. No ha sido así.
La contraofensiva ucraniana empezó el día 4 de junio atacando los alrededores de Bajmut y en la provincia de Zaporiya. Pero sus brigadas se paralizaron por los campos de minas rusos y ataques de su artillería, misiles, cohetes, helicópteros, etc. La guerra se atascó.
Ucrania decidió fragmentar su ofensiva a base de pequeñas unidades tipo Sección (de 30/40 hombres). Pero los rusos habían establecido ya una defensa en profundidad de 25 a 30 kms. con tres líneas de defensa sucesivas, con campos de minas, alambradas, zanjas contracarro, etc, realizando también contrataques rápidos.
Tras la cumbre de la OTAN los días 11 y 12 de julio en Vilnius(Lituania), todos los países de la Organización se comprometieron a seguir ayudando a Ucrania.
Después de ocho semanas de avances muy lentos, a partir del 26 de julio la contraofensiva ucraniana se aceleró, utilizando las fuerzas de reserva en su ataque hacia el sur. Atacaron en dirección a Melitopol, ciudad que domina el puente que llega a Crimea, así como hacia Bardyansk, puerto en el mar de Azov.
Frente de guerra septiembre 2023
Han sido tres meses de ataques y avances ucranianos “dolorosamente lentos”. El 10º Cuerpo asumió a partir del 1º de agosto la mayor responsabilidad en el ataque, tras romper en la zona de la aldea de Robotyne la primera de las tres líneas de defensa rusas.
A finales de ese mes, las fuerzas del 10º Cuerpo intentaban romper la segunda línea de defensa rusa en la zona de Robotyne. El 80% del esfuerzo militar ruso se dedicó desde la primavera pasada a establecer las dos primeras líneas de defensa. A Ucrania le quedan solo seis o siete semanas para culminar la contraofensiva.
Según la Agencia de Inteligencia de Defensa de EE.UU (DIA), existe entre un 40 y un 50% de posibilidad de que los ucranianos puedan romper las líneas de defensa rusas a finales de este año. Su escasez de municiones y el clima limitan las posibilidades al porcentaje indicado.
En ambos bandos hay agotamiento. Según los cálculos más fiables, los rusos han tenido 295.000 bajas desde que empezó la guerra (de ellos 120.000 muertos). Por su parte los ucranianos han tenido 180.000 bajas, con 70.000 muertos.
Frente a la cantidad de soldados que pueda aportar Rusia, así como su tecnología misilistica y de guerra electrónica, Ucrania se enfrenta a ello por medio de la mejor calidad de los materiales que reciba de Occidente y, sobre todo, por su más alta moral.
La guerra para Rusia se ha convertido en una guerra de trincheras. Los procedimientos operativos que utiliza Ucrania frente a esa defensiva serán decisivos para que el próximo año sus ataques puedan liberar su territorio. Es una hipótesis y, por tanto, la incertidumbre sobre el final de la guerra continua,
Enrique Domínguez Martínez-Campos
Academia de las Ciencias y las Artes Militares