... Sinceramente y en virtud del despropósito de ese acuerdo-marco, me temo lo peor. Y son varias las razones para pensar así.
La primera, que “sin renunciar” a la soberanía sobre el Peñón, España ha preferido quedarse con un plato de lentejas y el buen rollito con GB para lograr la famosa “prosperidad compartida” en todo el Campo de Gibraltar, incluida la colonia. Ya he dicho en más de una ocasión que el colonialismo gibraltareño se va a extender aún más sobre ese Campo en perjuicio de los intereses de España.
Un bonito ejemplo: el pasado 24 de febrero la llamada Asociación Transfronteriza, Educativa, Deportiva y Social (ATEDES), que preside Fran López y que agrupa a padres españoles con hijos que estudian en Gibraltar (15/16 años) vieron cómo sus compañeros gibraltareños eran vacunados contra la peste china pero no los españoles, ¿Colaboración compartida para lograr la “prosperidad compartida”?
Segundo, la fiscalidad en España y Gibraltar es completamente diferente. El Tratado Fiscal suscrito entre España y GB se basa, en términos generales, en los acuerdos internacionales sobre esta materia. El nuevo Tratado Fiscal entre UE y GB, que no está en vigor, ¿resolverá las diferencias fiscales entre lo que asume España y lo que le interesa a Gibraltar?
Tercero, el acuerdo al que se llegó en Irlanda del Norte entre UE y GB fue el de permitir el paso de personas y mercancías entre ambas Irlandas. Ya están comenzando a surgir problemas entre Londres, Bruselas y el nacionalismo irlandés, porque no todos los productos tienen el mismo tratamiento.
El acuerdo-marco entre España y GB se inspiró en la solución irlandesa de “prosperidad compartida”. De modo que ese acuerdo fue, en realidad, una solución de “ingeniería diplomática” –según el embajador español José Ramón Remacha- aceptado por la ministra González Laya, para lograr una supuesta zona de “prosperidad compartida” que nunca será compartida.
Cuarto, el periodista gibraltareño Robert Vasquez reconoce que el Acuerdo entre UE y GB sobre Gibraltar es crucial: “Si no se formaliza en un Tratado, el resultado será que el grifo (en la economía de Gibraltar), que es la frontera con libre circulación, se cegaría o, en el mejor de los casos, se reduciría su flujo”. Es decir, el “grifo” de la supervivencia gibraltareña es la libre circulación, pero sólo la que admita Gibraltar. De modo que el cierre de la Verja es el cierre del “grifo” para Gibraltar. Pero el cierre no se producirá. Ya lo ha dicho ese señor que vive en la Moncloa: España no desea ninguna confrontación con GB sobre Gibraltar. “El futuro de Gibraltar no tiene que ser un factor irritante en nuestras relaciones bilaterales… porque hay muchas áreas de interés mutuo”. En defensa, seguridad, educción, economía, servicios financieros, etc. En definitiva, colaboracionismo puro y duro, sumisión a otra nación y muchas personas compradas para que el actual statu quo no varíe.
Quinto, el catedrático Alberto Pérez de Vargas ante la Comisión Mixta (Congreso/Senado) que trata sobre los asuntos del Brexit para la UE, el pasado 3 de marzo no se mordió la lengua: “Es imposible equilibrar una situación en la que una de las partes (Gibraltar) sobrevive gracias al desequilibrio que implementa en su entorno… El estatus colonial de Gibraltar y la subordinación de la población civil a la base militar del Peñón, imponen unos efectos nocivos para la comarca…Gibraltar no puede sobrevivir sin la mano de obra española… Tengo la impresión de que el acuerdo-marco es fruto de la improvisación… Las soluciones pasan porque el gobierno de España preste atención a la comarca en vez de hacerlo a la colonia”. Dijo también: “No debiera negociarse con GB nada que no ponga sobre el tapete la recuperación para España del territorio”. Totalmente de acuerdo. Pero se ha actuado exactamente al revés. Además, Gibraltar no parece ya ser un asunto de Estado para España. Si nunca fue miembro de la Commonwealth ni territorio Schengen, ahora está a punto de conseguirlo.
Sexto, se está construyendo una nueva Verja con fondos europeos. Nadie sabe aún a quiénes va a afectar, de qué manera, en qué sentido de paso, por cuánto tiempo, etc. Es muy triste observar cómo a la gran mayoría de los españoles no le afecta este tema en lo más mínimo, ni siquiera piensen en la obligación que tienen todos de recuperar nuestra integridad territorial. La indiferencia sobre el tema de Gibraltar, de la última colonia en la UE entre los españoles, es realmente calamitosa.
Séptimo, el 14 de marzo pasado el BOE publicó el Acuerdo Fiscal sobre Gibraltar entre España y GB (entró en vigor el 4 de marzo). De entrada, España ha admitido que no implica ninguna modificación a las posiciones jurídicas de uno y otro país respecto de la soberanía y jurisdicción sobre Gibraltar, así como que GB es el país responsable de las relaciones exteriores de Gibraltar. Para González Laya es un Acuerdo “para luchar contra la evasión fiscal y fomentar la transparencia (?)”, para que el Peñón no sea un paraíso fiscal, cuando España lo tenía reconocido así desde 1991. ¿Una bajada más de pantalones?
Y mientras, el gobierno británico ha emitido su Estrategia Global en el mundo y el desarrollo de su Política Exterior el pasado 16 de marzo. Principal objetivo: su rearme nuclear. GB dispone de un arsenal con 195 ingenios nucleares. Pretende aumentarlos hasta los 260. En esa Estrategia se refiere a la defensa de GB y de sus posesiones ultramarinas. Por ejemplo, la defensa de “las aguas territoriales de Gibraltar (página 71 del documento), así como de las infraestructuras en Gibraltar (base naval y aeródromo)”. ¿Es esta política del buen rollito la que debe mantenerse con estos hijos de la… GB?
Mira por dónde la UE ha llevado a GB al Tribunal de la Unión el 19 de marzo (S. José) para que le sean devueltos 100 millones de libras que facilitó en ayudas fiscales ilegales a Gibraltar con concesiones de crédito a multinacionales con sede en el Peñón. En 2018 se comprobó que las exenciones concedidas por Gibraltar a esas empresas se demostraron ilegales. Es evidente que la UE no actúa como España aunque formemos parte de ella. Los intereses de la UE están por encima del buen rollito. Y en nuestro caso no se trata sólo de intereses económicos, sino de integridad territorial y soberanía.
Se debe señalar también que el 21 de marzo el economista, profesor y premio Príncipe de Asturias, don Juan Velarde Fuertes, publicó en “La Razón” un artículo revelador. Asegura que, de 1808 a 1953, la economía española sufrió una decadencia brutal, similar a la que padecemos desde el año 2008.
Cita los factores que amenazan nuestra economía: la enorme deuda pública (debido al exceso de gasto en las múltiples Administraciones); la altísima fiscalidad comparada con el resto de países de la OCDE; la brutal tasa de desempleo (sobre todo en los jóvenes).
Añade, por otro lado, que España tiene una posición geoestratégica en el mundo “admirable”. Sin embargo, “he aquí que como consecuencia del mantenimiento en Gibraltar de la base militar de un país con armamento nuclear, la inversión huye para que pudiera proyectarse de modo gigantesco en la bahía de Algeciras”. Además, la creciente alianza entre Rabat y Washington crea complicaciones crecientes para España a favor de Marruecos, incapaz nuestra política exterior de revertir esta situación. Y añade una serie de hechos que complican enormemente nuestra estabilidad política y nuestro peso específico como nación.
En resumen, ni la UE ni GB han determinado aún el marco en el que se elaborará el Acuerdo sobre Gibraltar. Son numerosas voces cualificadas en España las que denuncian la posición adoptada por nuestro país en esta excepcional coyuntura del Brexit.
Pero el daño ya está hecho. España ha claudicado con un acuerdo-marco en el que, muy secundariamente, se recuerda la soberanía sobre el Peñón. Cuando debiera haber sido, de entrada, la base de ese acuerdo.
Y desde 1982 no hemos visto a quienes sí nos afecta la humillante situación que padecemos con la colonia británica, que nadie se haya plantado para exigir la devolución de lo que es nuestro. A nadie. Una triste y dolorosa vergüenza.
Enrique Domínguez Martínez Campos
Coronel de Infantería DEM (R)