Internacional

La trampa de los 15 años: Europa, convidado de piedra

Trump y Zelensky reunidos en Mar-a-Lago, Florida; (Foto: https://www.reforma.com/ AFP).

LA CRÍTICA, 29 DICIEMBRE 2025

Redacción | Lunes 29 de diciembre de 2025
La estampa de Mar-a-Lago no es solo el prólogo de un armisticio en el Este; es, ante todo, el certificado de defunción de la cacareada autonomía estratégica europea. Mientras Donald Trump y Volodímir Zelenski descorchan el optimismo sobre un plan de paz al 90%, el 10% restante —el de la letra pequeña— revela una realidad incómoda: el futuro de la seguridad europea se ha negociado entre una hamburguesa y un campo de golf, con Bruselas escuchando por manos libres. (...)

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La oferta de Trump de garantizar la seguridad de Ucrania durante 15 años es un dardo envenenado para la Unión Europea. Al proponer un marco temporal y no una integración plena en la OTAN, Washington establece un limbo de seguridad donde EE. UU. mantiene el mando a distancia. Para Europa, esto supone una condena a la servidumbre financiera. Trump ha sido claro: quiere que los países europeos tomen el relevo en el gasto, pero bajo las condiciones dictadas por su administración. Es la paradoja perfecta: Europa pagará la reconstrucción de una Ucrania que seguirá siendo un satélite estratégico de Washington.

No podemos ignorar el contexto de este "acuerdo magnífico". Mientras se discutían las garantías de seguridad en Florida, en los puertos europeos ya se siente el frío de los aranceles del 15% y 20% impuestos por la Casa Blanca. La estrategia de Trump es pura extorsión transaccional.

Seguridad a cambio de mercado: EE. UU. ofrece la "paz" en Ucrania para que Europa deje de quejarse por la guerra comercial.
Energía dirigida: El compromiso de la UE de comprar gas estadounidense por valor de 700 millones de euros en tres años es el peaje para que Trump no retire totalmente el paraguas militar.

Una tregua, no una paz

La prensa internacional se pregunta si 15 años son suficientes. Zelenski pide 50, consciente de que una década y media es apenas un suspiro en la escala temporal de las ambiciones de Putin. Al fijar una fecha de caducidad a la protección, Trump no está eliminando la amenaza rusa; está programando la próxima crisis para que le estalle a su sucesor, o quizás a una Europa que para entonces habrá olvidado cómo fabricar su propia defensa.

Lo más doloroso de la cumbre de Mar-a-Lago no ha sido la exclusión física de los líderes europeos —que se conformaron con una videoconferencia—, sino la irrelevancia de sus principios. La "defensa de los valores democráticos" ha sido sustituida por el pragmatismo del deal.

Europa se despierta este lunes descubriendo que ya no es el actor principal de su propia historia, sino el cajero automático de una paz que no ha diseñado y de una seguridad que tiene fecha de caducidad. El "sueño europeo" hoy tiene acento de Queens y se vende por plazos de quince años.

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