COLABORACIONES VERANIEGAS

El cambio climático en el Ártico y su influencia en las operaciones navales

Submarino nuclear ruso en el Ártico.

LA CRÍTICA, 15 AGOSTO 2023

Aurelio Fernández Diz | Martes 15 de agosto de 2023
La geografía del Ártico es muy variada e interesante. El Ártico es una región en el extremo norte del planeta, que incluye el océano Ártico y los mares que lo rodean y las extremidades septentrionales de varios países, entre ellos Rusia, Alaska y Canadá. Es un gran océano cubierto de hielo que está rodeado de tierras también heladas y sin árboles. (...)

Introducción


El Ártico está prácticamente helado la mayor parte del año. Su tránsito por él debería de estar directamente relacionado con las reglas incluidas en la Convención del Mar (CONVEMAR) de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar (1982) que regula y reparte el derecho de las naciones sobre su mar territorial, zona económica exclusiva (ZEE) y plataforma continental, principalmente. Pero hay naciones costeras que, estimuladas por las riquezas de todo tipo que alberga el Ártico, pretenden, como pretende Rusia, tener un derecho preferente sobre las aguas de un océano cerrado que consideran patrimonio propio y, por tanto, susceptible de limitaciones al libre tránsito y explotación económica por parte de terceros países.


Debemos de recordar que la CONVEMAR es una buena y eficaz iniciativa de las NNUU pare regular las aspiraciones de los países del mundo entero en el ámbito marítimo. Pero es una realidad también que las aspiraciones internacionales de muchos piases están en relación directa con su poder político y militar. Y es esta condición de confrontación de intereses la causa de la mayor parte de los conflictos que enfrentan entre si a las naciones más poderosas. De este modo el Ártico se está convirtiendo en una zona de confrontación y disputas de todo tipo porque la CONVEMAR no pudo preverlo todo. Y es precisamente en esta situación cuando entran en juego los poderes marítimos y navales especialmente de las grandes potencias: los EEUU, China y Rusia.



Consideraciones geográficas del Ártico


El océano Ártico es el más pequeño de los océanos del planeta. Ocupa una extensión de unos 14.100.000 km² y las profundidades de este océano oscilan entre los 2.000 m. y 4.000 m. en la región central, y los 100 m. en la plataforma continental. Con estas profundidades son posibles las operaciones submarinas y antisubmarinas aun en el supuesto de que el llamado cambio climático no llegue a transformar al Ártico en un océano completamente abierto a la navegación, algo que, según últimos informes, aún no va a suceder este año.


El océano Ártico se comunica con el océano Pacífico a través del estrecho de Bering, que separa Alaska de Rusia, y con el océano Atlántico a través del mar de Groenlandia y el mar de Labrador. El océano Ártico también incluye varios mares y bahías, como el mar de Barents, el mar de Beaufort, el mar de Siberia Oriental, el mar de Groenlandia, la bahía de Hudson, el mar Blanco y otros, cada uno de ellos con su propia importancia estratégica.


Los países con costa en el Ártico son seis: Estados Unidos (solo Alaska), Canadá, Groenlandia (que pertenece a Dinamarca), Islandia, Noruega y Rusia. Estos países tienen una línea costera de más de 45 mil kilómetros en total. Algunos otros países, como Suecia y Finlandia, están dentro del círculo polar ártico, pero no tienen costas directamente en el océano Ártico. China tampoco las tiene, pero quiere participar de las ventajas de todo tipo que el Ártico ofrece alegando la proximidad de su costa al codiciado océano.


El acceso al Ártico puede realizarse desde el océano Pacífico por el estrecho de Bering –que separa Alaska de Rusia–, por el mar de Noruega –entre Islandia y la península escandinava– o por la bahía de Baffin –entre Groenlandia y Canadá–. Las rutas marítimas que se prevé que surjan como consecuencia de la contracción del hielo son principalmente tres:


a) el Paso del Noroeste (Northwest Passage), que discurre por aguas interiores canadienses;


b) la Ruta del Mar del Norte (Northen Sea Route) la que tiene mayor potencial económico y que transita por aguas territoriales y de la ZEE de Rusia;


c) la Ruta Transpolar, aún cerrada por la presencia permanente de hielo, que será la más corta de las tres al unir el Pacífico y el Atlántico por el círculo máximo (y aguas internacionales). Esta ruta no figura en el gráfico adjunto.

Rutas marítimas del Ártico (Susie Harder, Departamento de Comercio de los Estados Unidos, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica)


Consecuencias del posible cambio climático


El anunciado cambio climático puede tener un impacto significativo en las operaciones navales en el Ártico. A medida que la región experimenta un rápido deshielo, debido al calentamiento global, que no pocos cuestionan, se abren nuevas oportunidades y desafíos para la navegación y la presencia militar en el área.


Las consecuencias que el cambio climático plantea son, principalmente:


-Nuevas capacidades: El cambio climático está alterando el entorno operativo, lo que requiere que las operaciones navales tengan que adaptarse a nuevas capacidades y estrategias como la necesidad de rompehielos y embarcaciones especializadas.


-Disputas por los recursos naturales: El deshielo en el Ártico está facilitando el acceso a sus recursos naturales, como son los yacimientos de petróleo, gas y minerales, que están llevando a disputas territoriales y a un consiguiente aumento de las operaciones navales.


-Seguridad: Todo ello plantea en el Ártico desafíos a la seguridad y a la estabilidad en la región. A medida que más países envían buques de guerra y submarinos a la zona en disputa, aumenta el riesgo de incidentes y conflictos.



La guerra submarina


Los submarinos desempeñan y desempeñarán un papel crucial en las operaciones navales y de defensa en el Ártico debido a su capacidad de operar y de realizar patrullas submarinas, hoy a gran profundidad, de manera discreta.


Varios países, incluyendo principalmente a Rusia, Estados Unidos, Canadá y Noruega, están aumentado su presencia en la región. El despliegue de submarinos nucleares rusos genera una gran preocupación en el resto de los países debido a las implicaciones para la seguridad en la zona que ello conlleva.


La guerra submarina en el Ártico es muy posible, aunque tenga que llevarse a cabo por debajo de una gruesa capa de hielo. Por esta razón, los submarinos nucleares tienen una importancia primordial en esta guerra. Las mejoras en la tecnología submarina y especialmente la referida a nuevas capacidades de detección y tratamiento acústico de la información está propiciando un cambio en la forma en la que se pueden llevar a cabo las operaciones submarinas en la región. Es bien conocido que, en cualquier enfrentamiento entre submarinos, el ganador será el que detecte primero a su adversario. Y en esto es muy posible que sean los EEUU los que lleven ventaja.



Submarino nuclear ruso clase Yasen, dotado de misiles crucero, en el Ártico.



La OTAN


La OTAN ha incrementado su presencia submarina en el Ártico para garantizar la seguridad y la defensa de sus miembros en la región, aunque Canadá parece no ver con buenos ojos esta iniciativa.


La visión de la OTAN sobre el Ártico, y la prevista incorporación a la alianza de Finlandia y Suecia, tras la invasión rusa de Ucrania, justifican sus preocupaciones árticas que se traducen en un incremento de sus maniobras y ejercicios. Noruega, por su parte, reclama más atención e implicación de la OTAN en el Ártico al presenciar con recelo los movimientos de Rusia en la región.



Rusia


Su interés por el Ártico no es nuevo. Permaneció latente durante la desaparición de la URSS hasta que Putin llegó al poder en 1999 y poco a poco fue ganando relevancia dentro de la política del Kremlin plasmada en la publicación en 2008 de “Los principios básicos de la Federación de Rusia en el Ártico, hasta el año 2020”. Según estos principios, la política rusa en la región descansara en los siguientes pilares:


a) el Ártico como fuente de recursos.


b) el uso de la Ruta del Mar del Norte como vía marítima principal de Rusia.


c) la creación en 2013 de la Autoridad de la Ruta del Mar del Norte que regulará su uso, imponiendo el embarque de prácticos y la utilización de remolcadores para el tránsito.


Para alcanzar estos objetivos los buques de guerra antisubmarina de la Flota del Norte de Rusia han estado practicando la detección y destrucción de posibles submarinos hostiles. Es muy probable que Rusia mantenga en el Ártico la misma actitud agresiva demostrada en el mar Negro, ante buques y aeronaves de la OTAN.



China


La presencia de China en estas aguas ya es una realidad en forma de expediciones científicas y transporte de mercancías, pero no parece probable una presencia militar unilateral del gigante asiático cuando los esfuerzos chinos se centran en reafirmar su autoridad en los disputados archipiélagos del mar de la China Meridional.


A pesar de no ser un país ribereño y, consecuentemente, sin capacidad para influir directamente en la región, China está limitando sus esfuerzos en la investigación y en las relaciones bilaterales con países árticos (Rusia e Islandia) autodenominándose Near-Arctic State.


Si se negasen a China sus actividades árticas y al mismo tiempo no pudiese hacer completamente suyo el Mar de la China Meridional, como pretende, podrá considerar completamente amenazadas sus posibilidades pesqueras y su comercio internacional, lo que podrá ser un motivo de grave inestabilidad internacional.



Estados Unidos


El submarino nuclear USS Connecticut durante unas maniobras en el mar de Beaufort (Foto National Geografic)

Los EEUU tienen el estatus de país ártico gracias al estado de Alaska, territorio adquirido al Imperio ruso en 1867. Sin embargo, su tardío interés por esta región ha venido motivado principalmente por un intento de contrarrestar la pretendida hegemonía rusa. Este abandono o falta de visión estratégica en el Ártico ha colocado a los EEUU en desventaja frente a sus competidores, salvo el dominio de las profundidades árticas que sus submarinos nucleares le pueden proporcionar.


La presencia naval de los Estados Unidos en el Ártico se apoya también la Base Aérea de Thule, en Groenlandia.



Canadá


Por aguas canadienses discurre una de las principales rutas marítimas, el Paso del Noroeste. El enfoque canadiense en el Ártico busca integrar aspectos tan dispares como la población indígena, el cambio climático, la seguridad y la prosperidad económica. Mediante su Plan de Protección de los Océanos, Canadá busca reafirmar su autoridad en las aguas del Paso del Noroeste, mediante su capacidad de salvamento y rescate, y su capacidad de respuesta ante incidentes medioambientales.



Conclusiones


El clima del Ártico parece estar cambiando de forma definitiva lo que dará lugar a situaciones de tensión y crisis que implicarán primordialmente a las fuerzas navales de los países con ambiciones estratégicas en la zona.


Según evolucione el cambio todas las previsiones indican que se producirá un considerable aumento del tráfico mercante a través del Ártico sobre el que Rusia pretenderá ser la potencia hegemónica. Si esta gran nación siguiese los pasos de Ucrania y se integrase definitivamente en la Europa a la que pertenece, gran parte de la seguridad mundial podría estar garantizada.



Madrid 30 de julio 2023

Aurelio Fernández Diz




BIBLIOGRAFÍA


GARCIA ESTRADA, Angel. “El Ártico como teatro de operaciones”. Revista General de Marina. Enero- Febrero 2023.


BAQUÉS QUESADA J., Y ARRIETA RUIZ, A. “La estrategia rusa en el Ártico”. Revista General de Marina. Noviembre 2019.


C.RASMUSSEN, Robert. “Una estrategia emergente: deshielo de los cuellos de botella(chokepoints) y litorales en el Ártico”.


BIRDWELL, Ian. “Desarrollo de la seguridad en un mundo de aguas embravecidas: preparación para el Ártico”.


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