Manuel Pastor Martínez

Antifascismo, nueva forma del fascismo

El socialista Julián Besteiro advirtió que el peligro de fascismo en España lo representaba mejor Largo Caballero y sus seguidores en el partido (PSOE) y en el sindicato (UGT) que la propia CEDA. (Foto: Julián Besteiro en 1933 | Joaquín Rivera Chamorro).

LA CRÍTICA, 14 SEPTIEMBRE 2025

Manuel Pastor Martínez | Domingo 14 de septiembre de 2025
Se le atribuye a Huey Long, un demócrata populista de Luisiana en los años 1930s, la observación o previsión de que el fascismo del futuro, especialmente en América, aparecería disfrazado como “Antifascismo”. Si no es cierta la autoría de Long merecería serla, y en cualquier caso es un aserto apodíctico, una verdad absoluta confirmada. (...)

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Sin duda hubo un Antifascismo sincero y heroico que se opuso al fascismo real, pero el comunismo bajo Stalin, Mao, discípulos e imitadores se lo cargaron, con la activa colaboración de la Komintern (desde 1919) y sobre todo de la Kominform (desde 1947), como aparatos agit-prop de la desinformación político-ideológica del totalitarismo.

A Huey Long como populista crítico anti-elitista del Establishment en el seno del Partido Demócrata durante la era FDR, se le acusó injustamente de fascista, y antes de ser asesinado reaccionó con la presunta intuición de que los fascistas eran precisamente sus críticos, los “antifascistas”, que pretendían apagar las justas voces de protesta (el historiador del Liberalismo americano Alan Brinkley tituló precisamente un libro suyo sobre Long y el padre Coughlin Protest Voices en 1982).

Al populista Donald Trump, al que se ha intentado asesinar repetidas veces, aparte de los intentos de golpes de Estado y repetidos impeachments en su contra, también se le ha acusado injustamente de fascista o nazi por organizaciones como Antifa y similares (y por algunos idiotas liberales o liberalios). Trump ha reaccionado justamente calificando a sus detractores de “lunáticos de la izquierda radical” (merecedores ya de un nombre codificado con las siglas LIR), los “lires antifascistas” que en realidad son la nueva expresión del fascismo en nuestras tristes, decadentes o fallidas democracias occidentales.

Charlie Kirk ha sido menos afortunado que Trump. El Antifascismo (de Antifa y similares) también le acusó injustamente de fascista y le han hecho pagar por ello con su vida.

En la misma época que Long, los años 1930s, un honesto antifascista español, el socialista Julián Besteiro, advirtió que el peligro de fascismo en España lo representaba mejor Largo Caballero y sus seguidores en el partido (PSOE) y en el sindicato (UGT) que la propia CEDA (con anterioridad Unamuno había afirmado: “Si hay fascismo en España ha de ser nutrido por masas socialistas, que tienen el mismo concepto fascista de Estado”, según el precedente del socialista/fascista Mussolini en Italia).

La cita anterior sobre Besteiro la he encontrado en el historiador y gran especialista en fascismo, el maestro Stanley G. Payne (La Europa Revolucionaria, Madrid, 2011, página 221). Exceptuando a liberales honestos como Julián Marías y mi paisano astorgano Ricardo Gullón (autor éste del artículo “La distinción de un profesor. Julián Besteiro, cincuenta años”, ABC, Madrid, 27 de septiembre de 1990) que han escrito justas alabanzas de Besteiro, todavía predominan los lunáticos LIR que lo acusan de franquista por sus esfuerzos en conseguir la paz durante la Guerra Civil.

En una entrevista reciente el profesor Payne sostenía que la amenaza histérica hoy de fascismo (referida a la derecha o “extrema derecha”) es un invento de la izquierda. “El verdadero peligro para la democracia -concluía el maestro- por ejemplo en España, es el autoritarismo socialista de Pedro Sánchez.”

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