Jesús Argumosa Pila

Cumbre de la OCS: Eurasia desafía a Occidente

Foto de familia de la Cumbre OCS 2025. (https://www.france24.com/es/)

LA CRÍTICA, 2 SEPTIEMBRE 2025

Jesús Argumosa Pila | Martes 02 de septiembre de 2025
El pasado fin de semana y ayer lunes se ha celebrado en la ciudad portuaria china de Tianjin, al sureste de Pekín, la 25ª cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), a la que han asistido sus 10 miembros permanentes -China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán, Irán y Bielorrusia- y otros 16 países o socios de diálogo, como Arabia Saudí, Myanmar, Turquía o Egipto. Conforman el 42% de la población mundial, el 25% del PIB y suponen el 80% de la extensión de Eurasia. (...)

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También han acudido a la citada Cumbre, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y el de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Kao Kim Hourn. El presidente chino, XI Jinping, ha instado a la OCS a defender un sistema de gobernanza global más justo y razonable y un sistema multilateral de comercio con la OMC como “eje central”. Asimismo, ha afirmado que la organización debe abogar por un orden mundial “equitativo y ordenado”.

La OCS constituye una organización intergubernamental fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán con el objetivo de combatir el terrorismo y promover la seguridad fronteriza. La OCS pretende presentarse como la voz del Sur Global, una plataforma que une a potencias emergentes bajo el principio de soberanía nacional frente a lo que consideran “injerencias” occidentales.

La actual situación geopolítica internacional, es completamente distinta de la existente hace apenas una década, cuando Estados Unidos era la superpotencia y modelo del mundo occidental y democrático caracterizada por el establecimiento de alianzas y tratados en los campos de la política, de la economía y de la seguridad, especialmente en escenarios multinacionales y multilaterales. En estos momentos, a raíz de la llegada de Donald Trump a la presidencia, Estados Unidos está actuando unilateralmente, con una política exterior agresiva de aranceles que está perjudicando más a sus socios y aliados que a sus rivales.

Mientras tanto, la política exterior china está posicionándose como una superpotencia que promueve organizaciones y convenios internacionales como la Asociación Económica Regional (RCEP), la OCS o los BRICS, poniéndose siempre bajo la tutela de la ONU, además de establecer negociaciones y acuerdos con una gran cantidad de países -su apuesta estratégica Belt and Road Initiative ha establecido negociaciones con algo más de 150 países-, planteando una visión alternativa del orden internacional.

Zbigniew Brzezinski en su libro titulado El gran tablero mundial (1998) señalaba que «el objetivo último de la política estadounidense debería ser benéfico y visionario: dar forma a una comunidad global verdaderamente cooperativa, de acuerdo con unas orientaciones de largo alcance y con los intereses fundamentales de la humanidad. Mientras tanto, empero, es esencial que no se produzca el surgimiento de ningún aspirante al poder euroasiático capaz de dominar Eurasia y, por lo tanto, también de desafiar a los Estados Unidos».

No parece haber duda de que se está gestando un poder terrestre euroasiático con capacidad para hacer frente a Estados Unidos como potencia marítima. Aunque inicialmente este poder terrestre estaba materializado por la asociación estratégica chino-rusa como cabeza del bloque de países euroasiáticas, después de esta Cumbre de la OCS en Tianjin, todos los indicios apuntan a que India se va a sumar a ese liderazgo de poder terrestre. Supone la preponderancia del poder del Mundo Isla de Mackinder frente al mundo marítimo. Constituye la alianza más peligrosa para Estados Unidos y para Occidente.

En la Declaración de Tianjin, firmada por todos los líderes de los países miembros de la OCS, destaca la aspiración a un orden mundial multipolar basado en el derecho internacional, así como el papel central de Naciones Unidas, además de expresar preocupación por los conflictos internacionales actuales y hacer un llamamiento a su solución pacífica. Por otro lado, se ha condenado la crisis humanitaria en la guerra en Gaza, así como la política arancelaria de Trump aunque no se hace ninguna referencia a la guerra en Ucrania a pesar de que se ha hecho mención a ella en varias ocasiones durante la Cumbre.

También sobresalen en dicha Declaración, el compromiso con la formación de un orden mundial más representativo, democrático, justo y multipolar basado en los principios del derecho internacional y en el papel central de coordinación de las Naciones Unidas. Asimismo, la necesidad de adaptar la ONU a las realidades modernas mediante reformas para garantizar la representación de los países en desarrollo.

En el encuentro bilateral entre Antonio Guterres y Xi Jinping, el presidente chino señaló que la historia nos enseña que el multilateralismo, la solidaridad y la cooperación constituyen la forma correcta de abordar los retos mundiales. A mayor abundamiento, el dirigente chino añadió que la creación de la ONU hace 80 años fue la decisión más importante tomada por la comunidad internacional al final de la Segunda Guerra Mundial.

Lo más significativo de esta Cumbre, a nivel geoestratégico, ha sido el cambio de posición de India, mostrando su compromiso para fortalecer los lazos con China sobre la base de la confianza mutua, la dignidad y la sensibilidad, en palabras del primer ministro indio, Narendra Modi. De hecho, supone la confirmación del establecimiento de relaciones normales entre ambos países después del enfrentamiento fronterizo de 2020 que acabó con víctimas mortales.

Mucha culpa de este cambio de posición de India se halla en la agresiva política exterior de Trump, especialmente en sus medidas arancelarias en donde a India le ha impuesto el 50% de sus importaciones a Estados Unidos, el mayor del mundo junto con Brasil, en represalia por la compra de crudo ruso del gigante asiático. En tanto que la política de Xi Jinping es estable, pragmática y buscando aliados más que rivales, pidiendo a los miembros de la OCS derribar muros y no construirlos.

El presidente ruso, Vladimir Putin, también tuvo su momento de gloria en la Cumbre, cuando agradeció los esfuerzos que tanto China como India han realizado por acabar con la guerra en Ucrania, destacando una vez más que el conflicto tuvo como detonante los intentos de Occidente de incorporar Ucrania a la OTAN.

Es preciso destacar el papel fundamental de la OCS en el nuevo tablero geopolítico, apelando y aceptando el rol de NNUU, en donde se muestra a Eurasia unida frente a un Occidente fragmentado debido, en gran parte, a la errática política de Trump, aunque es cierto que en esta organización regional existen intereses encontrados entre alguno de sus miembros ya sea entre India y Pakistán, entre China y Rusia o entre China e India.

En definitiva, la Cumbre de Tianjin ha supuesto un gran éxito para Xi Jinping en su enfrentamiento geopolítico con Estados Unidos. La imagen de los lideres de los tres grandes países asiáticos reunidos, fieles defensores de un orden multipolar, y mostrando una estrecha unión y complicidad, alumbra el comienzo de un nuevo equilibrio geopolítico donde la OCS, que también pretende presentarse como la voz del Sur Global, concentra el poder en el que Eurasia desafía la hegemonía de Occidente.

GD (R) Jesús Argumosa Pila

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