El pasado 9 de septiembre de 2024 el historiador e hispanista estadounidense Stanley G. Payne cumplió 90 años. Por tanto hasta que cumpla 100, según el diccionario de la RAE, es un nonagenario. Es una lástima que por circunstancias especiales no podamos contar con su presencia en España para rendirle el homenaje nacional que merece.
Conocí al profesor Payne en 1971, siendo yo un recién licenciado en Ciencias Políticas, y asistiendo a una conferencia del ya entonces prestigioso historiador en la Biblioteca Washington Irving de Madrid. Por sugerencia suya solicité y obtuve una beca de investigación para mi tesis doctoral que me permitió disfrutar una estancia de año y medio (desde el otoño de 1972 hasta el invierno de 1974) en el campus de la Universidad de Wisconsin en Madison, bajo la tutela del gran hispanista. (...)
...
En varias ocasiones he reconocido la gran influencia que ejerció –aparte de mis estudios e investigaciones sobre el Fascismo– en mis percepciones históricas e historiológicas y en mi vida política, alejándome del marxismo y del socialismo. En concreto, durante los veranos de los primeros 1980s en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo en Santander (donde yo trabajaba como Secretario General adjunto), la visita de Payne junto a las de otros dos grandes intelectuales (Octavio Paz y J. F. Revel) fueron determinantes en mi evolución política hacia el liberalismo conservador.
Recordaré la anécdota de su visita en el verano de 1980, coincidente con la de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, y mi papel como “maestro de ceremonias” de presentarlo al entonces Jefe del Estado, quien reconoció ser un fiel lector del ilustre profesor.
No voy a glosar ahora su fantástico curriculum como historiador e hispanista (Véase:
https://history.wisc.edu/people/payne-stanley/
También: https://en.wikipedia.org/wiki/Stanley_G._Payne).
El profesor Payne solía visitar España todos los años como una especie de rito intelectual y sentimental pero tuvo que interrumpirlo hace un lustro por prescripción médica debido a sus problemas de hipertensión con los viajes en avión. La penúltima vez que vino en 2018 le acompañé en su visita a Astorga (previa parada en León), donde fue debidamente homenajeado y condecorado, por iniciativa de los editores de La Crítica y de un servidor, en una ceremonia del Ayuntamiento y en un acto público en el Teatro/Centro cultural Manuel Gullón.
Pocos días más tarde, antes de que regresara a los EEUU, asistí a una conferencia suya en Madrid, seguida de una cena a la que asistieron también algunos altos dirigentes de Vox (Payne dijo en una entrevista que Vox era un partido español respetuoso con la Historia). Estuve asimismo presente –junto a mis estimados amigos los Marqueses de Astorga– en un coloquio crítico sobre la “Memoria Histórica” en Madrid, en el que participó con otros historiadores, en su última visita a España en 2019.
Durante mis estancias periódicas en Minnesota, Estado americano cercano a Wisconsin, he visitado con mi familia al viejo profesor. Hemos intercambiado frecuentemente mensajes por correo electrónico, y he recibido uno de sus últimos libros con una dedicatoria para mis hijos.
Leo siempre sus entrevistas, llenas de inteligencia y gran sentido común. Destaco ahora, por ejemplo, solo algunas de sus opiniones recientes (y en ciertos casos recurrentes):
Manuel Pastor Martínez
Conozca a Manuel Pastor Martínez