En vísperas de las elecciones legislativas, el Parlamento turco ha dado su aprobación para que Finlandia, hasta hace poco neutral y socialista, se haga conservadora y dé un paso adelante para unirse a los treinta países de la Defensa Occidental (OTAN), dejando pendiente a Suecia que también había solicitado el ingreso, pero que no tiene el permiso de Turquía, que alega que los “terroristas” kurdos se han refugiado en este país también nórdico. (...)
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Veamos algunos datos de la situación finesa, que por cierto parece que es el polo opuesto de nuestra península ibérica situada en el suroeste mediterráneo, mientras que Finlandia se sitúa en el noroeste báltico europeo. En lo que sí se diferencia es en que tiene 1.300 km. de frontera con Rusia, con una extensión parecida a la de España, pero con una exigua población de solo 5.500 millones, mientras que nosotros somos casi diez veces más. Por eso Finlandia tiene un factor de debilidad estratégica grande, con una larga costa al mar Báltico. Así, no es de extrañar que este país fuera considerado como pacífico y feliz neutral, a pesar de ser vecino de la gran potencia rusa con la que se llevaba bastante bien.
Ahora, después de la invasión de Ucrania, les ha faltado tiempo para solicitar la unión con la defensa occidental (OTAN). Así casi han cerrado la enorme frontera con Rusia, aislando a los que siempre habían disfrutado de esta comunicación, si bien comparten otra frontera marítima con Rusia y con Estonia en el amplio golfo marítimo de Botnia que da salida al mar Báltico y comunica el comercio marítimo de los tres países. Ahora Suecia es el único país de aquella región que no pertenece a la OTAN.