... Este subgénero fílmico se basa en una ideología cerrada que inspira leyes, partidos políticos, medios de comunicación social y organismos internacionales como la ONU o UE y que llega a los ciudadanos de a pie sin conocer a fondo cuál es la ideología en la que se fundamenta este cine.
Es necesario remarcar que como toda ideología, la de género pretende explicar toda la realidad social a partir de la categoría abstracta. Exactamente lo que lo que pretende el marxismo con la lucha de clases, como motor de la historia, o en la que se basa el nazismo con su mito de la raza aria.
Para la ideología de género el motor de la historia sería la lucha que sostienen las mujeres (víctimas) y los hombres (explotadores-dominadores). Según este planteamiento la base de la opresión de la mujer, como defiende el feminismo radical, se encuentra en la vocación de esposa, madre y educadora de los hijos. Por eso se ataca al matrimonio y se aspira, como está ocurriendo en España desde el gobierno de Zapatero, a sustituirlo por la unión de cualquier adulto sea cual sea su orientación sexual.
Es en la educación de las jóvenes generaciones, niños y adolescentes, donde la ideología de género ha puesto su foco más potente: se pretende modelar la conciencia de los más vulnerables e indefensos, según las categorías propias de género, como son la orientación “afectivo-sexual” y “la salud reproductiva y sexual”.
Para los que defienden el feminismo de género no hay nada natural en la distinción entre hombre y mujer. La Ideología de Género ha declarado una guerra especial al llamado Pin Parental, que defiende que los últimos responsables de la educación moral y religiosa de los hijos, según el art. 27 de la Constitución, son los padres y no el Estado ni las Comunidades Autónomas, porque los hijos, por mucho que la señora Celaá se empeñe, son de los padres, siempre que éstos no sean indignos de ellos y los asesinen como venganza entre ambos, como por desgracia terrorífica está sucediendo en España.