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El nuevo Gobierno del presidente Rajoy

Fotomontaje: www.elconfidencial.com

La Crítica / El Confidencial / 3 Noviembre 2016

Jueves 03 de noviembre de 2016
Conforme estaba previsto, Moncloa da a conocer la composición del Gobierno después de la entrevista del presidente Mariano Rajoy con el rey Felipe VI

REVISTA DE PRENSA

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En sustitución de García-Margallo llega el diplomático Alfonso Dastis. Rafael Catalá repite en Justicia; Dolores de Cospedal entra en Defensa en sustitución de Morenés y mantiene, de momento, la secretaría general del PP. Cristóbal Montororepite en el Ministerio de Hacienda y Función Pública, su nueva denominación. A Interior llega una de las grandes sorpresas, el exalcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido, en sustitución del defenestrado Fernández Díaz. Otro alcalde, el de Santander, Íñigo de la Serna, se convierte en el nuevo ministro de Fomentosustituyendo a Ana Pastor, ahora presidenta del Congreso. Fátima Báñez repite en el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, mientras que se crea el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital para Álvaro Nadal, otra sorpresa, puesto que el 'experto' en energías era su hermano Alberto. Isabel García Tejerina sigue en Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, mientras que Luis de Guindosse queda con Economía, Industria y Competitividad, asumiendo, como hacía interinamente, la cartera que desalojó Soria. Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recae, finalmente, en la catalana Dolors Montserrat.

Los ministros del anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy que han perdido su cartera. (EC)
Los ministros del anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy que han perdido su cartera. (EC)

Rajoy debía acometer las bajas obligadas de Ana Pastor —que dejó Fomento para presidir el Congreso de los Diputados—; Alfonso Alonso —arrojado a la debacle del PP vasco cuando era un valor en alza en el Ministerio de Sanidad—, y de José Manuel Soria, el ministro de Industria caído por sus falsas explicaciones tras desvelar El Confidencial sus empresas 'offshore' en los papeles de Panamá. Cuando el presidente del Gobierno fue investido el pasado sábado y anunció que se tomaba cinco días para anunciar su nuevo Gabinete, todo el mundo —y, sobre todo, en el propio PP— entendió que se avecinaba una reorganización de envergadura.

Sin embargo, a medida que iban pasando los días y se multiplicaban las quinielas, el sentir general giraba otra vez hacia lo que se pensó en un principio. Mariano Rajoy quiere esperar a ver cómo es su 'gobernanza' y su convivencia en el Congreso con el nuevo PSOE 'post Sánchez' y con Ciudadanos. Si los primeros meses se convierten en un infierno para el PP a la hora de sacar las grandes leyes adelante, Rajoy iba a guardarse en la manga la carta de la disolución a partir del 3 de mayo y jugárselo todo en unas nuevas elecciones. Para ese viaje, no hacían falta las alforjas de una gran remodelación de Gobierno y de funciones.

JOSÉ ANTONIO NAVAS

Si, por el contrario, Rajoy llega a una cierta 'convivencia' parlamentaria con el PSOE y Ciudadanos, incluso con guiños al PNV, entonces sí tendría sentido una gran reforma en profundidad pensando en una legislatura de mayor recorrido. Estas eran las disyuntivas en las que se manejaban los 'marianistas' —intérpretes del hermético pensamiento de Rajoy— y en ellas entraban desde el descabalgamiento de Luis de Guindos o el de Cristóbal Montoro, hasta la continuidad de ambos con Álvaro Nadal como pacificador en la Oficina Económica. Al final, esta fue la tesis que se impuso, pero con Nadal en el nuevo ministerio 'verde'.

Equilibrios entre Sáenz de Santamaría y Cospedal

Igualmente, los equilibrios para no enquistar más la relación entre Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal han llevado a pasar en las últimas quinielas de la defenestración de la vicepresidenta, restándole poder, a que la secretaria general se quedara fuera del Gobierno por su exigencia de mantener precisamente el cargo en Génova para no tener que quedar totalmente bajo el mando de aquella. Finalmente, Cospedal lograba su exigencia y una cartera ministerial, pero manteniendo su poder en Génova, y la vicepresidenta asume también la fundamental cartera de Administraciones Territoriales y cede la portavocía. Y en medio de todas estas disquisiciones, apenas unas certezas: que Fátima Bánez repite en el nuevo Gobierno por ser quien fraguó el pacto con Ciudadanos y la propia formación naranja habría estado 'encantada' con que ampliara poder en el Ejecutivo.


Esta que viene es una legislatura de pactos, con un Gobierno con una mayoría relativa de 137 escaños, que deberá mostrar mucha cintura política y atraer alianzas con lo que Podemos llama despectivamente "la triple Alianza": PP, PSOE y C's. El Grupo Popular tendrá que estar especialmente engrasado, y al frente de los ministerios, perfiles dialogantes, lo que explicaría la salida de algunos de los veteranos que estaban demasiado quemados. Principalmente, Jorge Fernández Díaz y José Manuel García-Margallo. Al primero, sus continuos errores le han acabado por pasar factura y no le ha salvado, como se manejó en las últimas horas, ni la amistad con Mariano Rajoy. La embajada en El Vaticano vuelve a sonar fuerte como exilio dorado, si las grabaciones catalanas dejan de perseguirle. En su lugar, el exalcalde de Sevilla Juan Ignacio Zoido.

Por su parte, Margallo, otro de los grandes amigos del presidente, también ha caído en un Gobierno presidido por el talante negociador y donde algunas estridencias del actual ministro de Exteriores no tenían cabida. A su cartera llega el diplomático Alfonso Dastis, hombre de 'la casa'. El tercer veterano que lo deja es Pedro Morenés, quien ya había comunicado en varias ocasiones su intención en volver al sector privado. Su cartera ha sido para Cospedal, aunque sin el CNI, que seguirá bajo el paraguas de la vicepresidenta.