Cuando el invierno me revienta en el alma y siento frío, mucho frío, acudo, a veces, a un poético oasis llamado Ékole.
En el barrio romántico de León, desde bastante antes de que se convirtiera en el espacio urbano chic que es hoy, se encuentra el Café Ékole. Un café que guarda y mantiene ese inexplicable y misterioso ambiente que te hace sentir bien acogido, sin fingimiento, desde que pones los pies en él. Un lugar propicio a la amistosa conversación o a la soledad más productiva en intimidad lectora o escritora. Un lugar que llama a dejarse ser, que no precisa de conveniencia, que casi, se podría decir, exige naturalidad. Puede estar abarrotado y, sin embargo, siempre él te hace sentir solo, por no decir único y que se me malinterprete. Que tampoco es que me importe mucho, pero desviaría el foco. Y el foco, hoy, ha de centrarse única y exclusivamente en el Café Ékole (también coctelería) como uno de los epicentros del seísmo cultural que vive la ciudad al margen de la —salvo excepciones— sorda y ciega oficialidad.
Que así sea el Café, el lugar, que así lo sienta, no es cosa de animismo por más que alma tenga el Ékole. Pero es que es un alma con cara, con mirada que sonríe y habla y que mantiene silencios elocuentes, que goza de una fina ironía y mantiene siempre un agradable trato y que, además, claro, tiene nombre: Pepe (de deneí José Cruz García). Pepe que, tras la barra, con mirarte, ya te da la bienvenida y se pone a suponer, supongo, por dónde le voy o vas a salir tú con la comanda. Eso sí, perfecto no es Pepe, que algún defecto tenía que tener. Para combinaciones de golosos helados, que es a lo que me rindo a pequeña disculpa que tenga o cree, Pepe delega en Carmen, que me las prepara paradisíacas y casi, casi pecaminosas.
Y es en este café, que ya bien se podría calificar de “los de siempre”, en el que —tras visitarlo todos los días casi de forma ritual y en su altar, perdón, “mesa rota” celebra su habitual café— el poeta Eugenio Marcos Oteruelo —ocultando su ternura y sensibilidad bajo una aparente indiferencia que quisiera ser “bogartiana”—, en artística, poética conspiración con la escritora Nuria Viuda García —que con asiduidad regala a sus amigos delicada “crónica de los días que pasan”— preparan para cada mes, para su primer jueves, la gozosa y gozada invasión del café con su L’Ékole poetique, que acaba de celebrar, por cierto, como quien no quiere la cosa, la poesía o el arte visual, su décima segunda edición. Quede pues aquí, antes de que mi amnesia ejerza, mi gratitud a Nuria, a Pepe, a Eugenio y quien se esconde o desconozco tras la denominación comercial de El Escribano, que también humano es y apoya estos oasis culturales que son las ediciones de L’Ékole poetique.
Así, el Café que viera nacer al grupo, Club, Leteo, continúa acogiendo versos, poemas —también algún renglón corto que otro— y expresión artística (dibujo, fotografía, grabado, ilustración, pintura) de forma periódica y permanente —toma oxímoron— durante este último año. Pues si fueron Rafael Saravia junto a las “emociones ilustradas” de Nuria Antón quienes inauguraron L’Ékole poetique el uno de octubre de 2015 y Concha González y Antonio-Odón Alonso con su “ese amanecer tan lento” junto a las pintadas “geometrías del silencio” de Jorge Mato quienes completaron el año, el pasado día uno, muchas han sido las voces y creaciones poéticas y artísticas que han arribado al Café Ékole para degustación y disfrute de muchos más, tal y cómo reflejo en la adenda.
No puede uno acudir o estar en todo —sería cansada virtud divina que agotaría a este humano ya deteriorado— pero sí guarda uno en su memoria los buenos momentos atesorados mientras escuchó versos y poemas en voces como las de Asunción Carracedo, el juego de la fuerza o la fuerza del juego con las palabras; como la de Marta Muñiz Rueda o el entusiasmo, la vida, el amor en cada verso aun sea dolorido; como la de Alicia López Martínez o la mar o la luna yendo y viniendo, siempre, hacia sí misma, buscando incansable su plenitud; como la de Mar Mirantes y sus doloridas “razones para vivir”, para conquistar sus sueños; o, cómo no, como la de Felipe Piñeiro, con su robarse el alma y quemar silencios para regalarnos buenos instantes escritos y, por suerte, también vividos, compartidos; o como la de Antonio Manilla, con su alargarnos la vida aun cuando diga que “la noche/ emborrona las letras/ y la página/ ya no tiene sentido” y va, y quizá sin él saberlo, me ha encendido una esperanzadora y certera luz. Y así, unas y otros haciéndose memoriosa y memorable compañía para esos momentos en que el invierno revienta en el alma y se siente frío, mucho frío y los recuerdas y los buscan y los lees y todo, todo, se entibia y se fuma uno sus cuitas hasta el amanecer, de forma tal que, a las pocas horas, ya de nuevo se encapricha uno de un goloso helado y poesía… en el Ékole con, si tiempo y espacio se avienen, su L’Ékole poetique.
Juanmaría G. Campal
Alicia López Martínez y Felipe J. Piñeiro (por Alejandro Nemonio)
Participantes VIII edición (por Alejandro Nemonio)
General (por Alejandro Nemonio)
Las XII ediciones de L’Ékole Poetique:
I.- 1 de Octubre 2015
Poeta invitado:
Rafael Saravia.
Exposición:
Dibujo, Nuaria Antón.
II.- 5 de noviembre de 2015
Poeta invitado:
Luis Artigue.
Exposición:
Trabajos colectivo Alzheimer AFADEVA.
III.- 3 de diciembre de 2015
Poetas invitadas:
Manuela Bodas y Mercedes González Rojo.
Exposición:
Fotografía, Robert Legray
IV.- 7 de Enero 2016
Poetas invitados:
Mar Mirantes y Marcelo Barrientos Tettamanti.
Exposición:
Dibujo, LOLO.
V.- 4 de Febrero 2016
Poetas invitados:
Luis P. Carnicero y Julia Conejo.
Exposición:
Ilustraciones de Andrea Villafañe Palencia.
VI.- 3 de Marzo 2016
Poetas invitados:
Nuria Antón e Ignacio Fernández Herrero.
Exposición:
Fotografía, Chayo Roig Sauri.
VII.- 7 de Abril de 2016
Poetas invitados:
Alicia López Martínez y Felipe Piñeiro.
Exposición:
Pintura, Ana Cristina Pastrana, “Doce vidas en un hilo”.
VIII.- 5 Mayo de 2016
Poetas invitados:
Marta Muñiz Rueda y Antonio Manilla.
Exposición:
Grabado, Carmen Lera.
Violín:
Silvia del Árbol Alonso.
IX.- 2 Junio de 2016
Poetas invitados:
Maria Angustias Díaz Gómez y Vicente Muñoz.
Exposición:
Pintura, Norbi Cruz Robledo, “Pulsaciones interiores
X.- 7 Julio de 2016
Poetas invitados:
Asunción Cariacedo y José Manuel Donis.
Exposición:
Pintura, Isabel Arroyo, “Viajando”.
XI.- 4 Agosto de 2016
Poetas invitados:
Itha K, Felipe Zapico, Gsús Bonilla y Toño Morala.
Exposición:
Pintura, Nuria del Blanco Campelo, “Tú en mi pleamar”.
XII.- 1 Septiembre de 2016
Poetas invitados: Concha González y Antonio-Odón Alonso, “Ese amanecer tan lento”, canciones y poemas.
Exposición:
Pintura, Jorge Mato, “Geometrías del silencio”.