Manuel Pastor Martínez

MARÍA ASTORGA Y OTRAS MUJERES ILUSTRES DE SU LINAJE

María Astorga
Manuel Pastor Martínez | Martes 03 de mayo de 2016
María del Perpetuo Socorro Osorio de Moscoso y Reynoso (Madrid 1899-Ávila 1980), Marquesa de Astorga, o sencillamente “María Astorga”, fue una mujer extraordinaria que llevó con honor en su título, con Grandeza de España, el nombre de nuestra vieja (“noble, leal y benemérita”) ciudad leonesa.

El Marquesado de Astorga, concedido a los Osorio por merced real de Enrique IV de Castilla y León, en la ciudad de Toro el 16 de Julio de 1465, remonta su linaje a tres mujeres vinculadas al Reino de León y a la ciudad de Astorga: Jimena Muñiz, primera mujer en ostentar el título de Condesa de Astorga (y primera mujer condesa en todos los territorios históricos de la Península Ibérica), madre de la Infanta Teresa de León, Condesa y de facto primera Reina de Portugal, hermana ésta de la Infanta Elvira, Condesa sucesivamente de Tolosa y de Carrión, cuya hija Teresa Fernández esposaría con Osorio Martínez (matrimonio que también probablemente ostentó los títulos de Condes de León y Astorga).

El hijo de ambos, Gonzalo Osorio, primer Señor de Villalobos, consolida el linaje con el apellido familiar que conduce a sus descendientes, en el siglo XV, Pedro Álvarez Osorio, Conde de Villalobos y primer Conde de Trastámara, y a su hijo Álvaro Osorio y de Rojas Manrique, I Marqués de Astorga.

Si Elvira Alfonsez y Teresa Fernández (respectivamente, hija y nieta del Rey Alfonso VI y de la Condesa Jimena de Astorga) vinculaban familiarmente a los Osorio con los Reyes medievales de León, Castilla y Portugal a partir del siglo XII, en los albores de la Edad Moderna el primer Marqués de Astorga contraerá matrimonio con Leonor Enríquez y Quiñones, tía carnal del Rey de España Don Fernando el Católico.

Pedro Osorio y Enríquez, II Marqués de Astorga, a su vez se casará con otra dama de Casa ilustre, Beatriz Quiñones y Enríquez, hija de los Condes de Luna. Un siglo más tarde, Álvaro Pérez Osorio, V Marqués de Astorga, se casará con Beatriz Álvarez de Toledo, hija de los Duques de Alba.

En 1659, muere sin descendencia el IX Marqués de Astorga, y será una mujer de la familia, Constanza Osorio y Manrique, quien asegura la continuidad en su hijo, Antonio-Pedro Dávila Toledo Álvarez Osorio, X Marqués de Astorga, quien también morirá sin descendencia en 1689.

En la transición del siglo XVII al XVIII encontramos a dos mujeres con la titularidad del Marquesado: Ana Dávila Osorio, XI Marquesa de Astorga, fallecida en 1692, y Ana-Nicolasa de Guzmán Osorio y Fernández de Córdoba, XIII Marquesa de Astorga, fallecida en 1725.

Antes de referirme a María Astorga mencionaré, finalmente, dos ilustres damas esposadas con sendos Marqueses. La primera, María Ignacia Álvarez de Toledo y Gonzaga, hija de los Duques de Medina Sidonia, esposa de Vicente-Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, XVI Marqués de Astorga, que fue Presidente de la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino entre 1808-1809, sucediendo al Conde de Floridablanca como Jefe de Estado en España en ausencia del Rey durante la Guerra de Independencia. La segunda, S. A. R. la Infanta de España Luisa-Teresa de Borbón y Borbón Dos Sicilias (1824-1900), nieta del Rey Carlos IV y hermana política de la Reina Isabel II, esposa de José-María Osorio de Moscoso y Carvajal, XIX Marqués de Astorga. Con este matrimonio entra el apellido Borbón de la dinastía reinante española en el linaje de los Osorio.

María Astorga, XXIII Marquesa de Astorga, fue también Condesa de Trastámara, de Cabra, de Altamira, de Priego, de Lodosa, de Fuenclara, y de Nieva. Duquesa de Maqueda, de Sessa, de Santángelo, y de Atrisco. Marquesa de Leganés, de Elche, de la Villa de San Román, de Ayamonte, y del Águila. Vizcondesa de Iznájar, etc., varias veces Grande de España.

María heredó los derechos de primogenitura al morir sus hermanos Gerardo, Conde de Altamira, Javier, Conde de Trastámara, y Ramón, Conde de Cabra, fusilados en Paracuellos del Jarama el 28 de Noviembre de 1936. Pocos días antes habían sido detenidos al salir de la iglesia y retenidos en la cheka madrileña de San Antón. Al parecer, su único delito fue el haber asistido a Misa y tener el noble apellido Osorio.

María, que asumió la titularidad de la Casa tras la muerte de su padre, Francisco Osorio de Moscoso y Jordán de Urríes, XXII Marqués de Astorga, al quedar viuda de Leopoldo Barón de Torres ingresó en el convento de carmelitas descalzas de La Encarnación en Ávila. Hasta su muerte el 20 de Octubre de 1980 conservó por Bula Papal el título de XXIII Marquesa de Astorga.

Ostenta hoy el título otra ilustre mujer, nieta y ahijada de María Astorga, Pilar-Paloma de Casanova y Barón, de Ferrer y Osorio de Moscoso, casada con Francisco-José López de Becerra de Solé y Martín de Vargas. Padres ambos de Soledad (Marquesa de la Vega de la Sagra), Álvaro (Conde de Cabra y Marqués de Belfuerte), y Mencía (Marquesa de Cenete). Pilar-Paloma es también descendiente directa de Rafael Casanova, el héroe catalán de la Guerra de Sucesión y defensor de la integridad nacional de España, cuya personalidad histórica ha sido falsificada por los partidarios de la Secesión. Además de Marquesa de Astorga es Duquesa de Maqueda, Marquesa de Ayamonte, y de la Villa de San Román, Condesa de Monteagudo, de Mendoza, y de Vallehermoso, Baronesa de Liñola, Grande de España. Familia aristocrática ejemplar en la defensa de los valores católicos y nacionales tradicionales en el linaje de los Osorio.

La vocación religiosa personal de María Astorga (para la Iglesia, “Hermana María de la Clemencia de la Transverberación”) debe comprenderse desde la perspectiva de un linaje familiar que ha dado, al menos, dos santos a la Iglesia: su antepasado el “Conde Santo” Osorio Gutiérrez, fundador en el siglo X del monasterio benedictino de Lorenzana en Galicia, y el coetáneo de María, su sobrino y confidente San Rafael Arnáiz Barón (por parte de la familia de su esposo).

Asimismo, en 1622 otro antepasado suyo, Pedro Manrique de Zúñiga, tío-abuelo de la XI Marquesa de Astorga Ana Dávila Osorio, murió martirizado en Nagasaki (Japón), y sería beatificado por Pío Nono en el siglo XIX.

Por otra parte, no hay que olvidar que dadas las circunstancias del asesinato en 1936 de sus hermanos Gerardo, Javier y Ramón Osorio de Moscoso y Reynoso, no sería extraño que en un futuro no lejano también fuesen beatificados como mártires de la fe católica.