El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vila, ha anunciado en el evento Fintech Money 20/20 Europe, celebrado en Copenhague (Dinamarca), que la entidad estudia cerrar 2.800 oficinas de las 3.800 existentes en España, en un proceso escalonado pero inexorable. “Qué sentido tiene mantener 3.800 sucursales”, afirmó el número dos de la entidad. La noticia se produce apenas cuatro días después de que el 1 de abril el Banco Santander, presidido por Ana Botín, diese el pistoletazo de salida del proceso de fusiones de la Banca española al informar del cierre este año de 450 sucursales; las más pequeñas con un máximo de tres empleados.
El BBVA reconoce que se ha producido una revolución sin precedentes: los clientes prefieren relacionarse con los bancos a través del móvilBanca digital
Torres Vila advirtió en Copenhague que en menos de tres años se ha producido una revolución sin precedentes de los clientes, que prefieren relacionarse con los bancos a través del móvil. El BBVA es una de las primeras entidades españolas que apostó por la Banca digital, denominada por su presidente Francisco González la Cuarta Revolución. En Money 20/20 Europe banqueros de todo el mundo han analizado el impacto en el sistema financiero de las tecnologías digitales que suponen un aumento del valor de los servicios bancarios con menores costes operativos.
Tres megabancos
Mil 21 adelantó el pasado mes de octubre que la Banca prepara un plan de fusionescon el fin de ganar competitividad en el mercado español y ante las próximas megafusiones europeas. Los seis grandes bancos quedarían reducidos a tres: Santander-Popular, BBVA-Bankia, y Caixabank-Sabadell. Mariano Rajoy pactó con los banqueros retrasar el anuncio de las fusiones hasta después de las elecciones del 20 de diciembre para no perjudicar los resultados económicos del Gobierno. El PP hizo de la recuperación económica y la creación de empleo su bandera para volver a ganar las elecciones. La Banca aceptó, en la creencia de que tendría nuevos interlocutores políticos, fuese cual fuese el resultado electoral, a finales de enero.
El proceso de fusiones implicará unos 35.000 despidos, prejubilaciones y el cierre de, al menos, dos tercios de las 31.000 actuales oficinas. Concluido el primer trimestre del año sin la formación de Gobierno, Santander y BBVA son los primeros en anunciar la reducción de su red de sucursales.