El primer indicio de esta resistencia ha sido el apoyo del jefe del Estado Mayor argelino y viceministro de Defensa, general Ahmed Gaid Salah, al primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Abdelkader Taleb Omar, a quien ha recibido en Argel con gran despliegue mediático. El encuentro se produce tras dispararse los rumores sobre el delicado estado de salud del Presidente saharaui, Mohamed Abdelaziz.
La reunión del máximo jefe militar argelino con una delegación saharaui encabezada por Taleb Omar, es interpretada como un respaldo público del Ejército argelino a la RASD y a su brazo político-militar, el Frente Polisario, con el fin de entorpecer el acuerdo impulsado por Putin, Mohamed VI y las autoridades de Argel para dar una salida al conflicto del Sahara Occidental que dura ya 40 años.
El titular de Defensa argelino recibe al primer ministro saharaui, en lo que se interpreta un respaldo al Polisario para entorpecer el acuerdo Putin-Mohamed VI
El primer ministro saharaui estuvo acompañado en la reunión por los titulares de Defensa y de Asuntos Exteriores de la RASD, Abdellahi Lahbib y Mohamed Salem Uld Saleck, respectivamente, así como por dirigentes del Polisario. El encuentro se produce tras dispararse los rumores sobre el delicado estado de salud del Presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz, lo que abriría la puerta a un cambio en el liderazgo saharaui en unos momentos cruciales.
Lucha entre facciones
El poderoso ENP ha controlado férreamente la política argelina desde la independencia del país en 1962, si bien en los últimos años ha ido perdiendo poder paulatinamente con la llegada de una nueva generación de políticos jóvenes. Sin embargo, el mayor temor de los generales se centra en el cambio en la cúpula del poder una vez fallezca el anciano y enfermo presidente Abdelaziz Buteflika. De ahí que, en el capítulo concreto del Sáhara, se esté produciendo una lucha interna entre las facciones más duras, partidarias de mantener el actual “status quo” -autodeterminación del Sáhara Occidental ocupado por Marruecos desde 1975-, y los sectores más aperturistas dispuestos a llegar un acuerdo con Rabat ante el hecho consumado de la marroquinidad de la antigua colonia española; y ahora con mayor motivo tras el pacto Putin-Mohamed VI.
Como ha informado en exclusiva mil21.es el presidente ruso impulsa un acuerdo a tres bandas Marruecos-Argelia-Polisario, tras firmar un acuerdo estratégico con Mohamed VI por el que el reino alauí se convierte en el principal socio de Rusia en el Magreb junto a Argelia, tradicional aliado de Moscú en el norte de África. Se da la circunstancia de que Rusia es el principal suministrador de armamento del Ejército Nacional Popular de Argelia, por lo que los servicios de inteligencia magrebíes señalan que la “resistencia” de los generales al plan de Putin tiene un corto recorrido al depender de Moscú el suministro de los repuestos necesarios para sostener el arsenal argelino.
De frustrarse la negociación impulsada por Putin, miles de jóvenes saharauis engrosarían las filas yihadistas
La reunión del jefe del Estado Mayor argelino y viceministro de Defensa, general Ahmed Gaid Salah, con la delegación de la RASD se produce en un momento crítico para los miles de refugiados saharauis en los campamentos del Tinduf que ven en la negociación con Marruecos una salida al conflicto enquistado desde hace 40 años.
Alarma entre los generales
Los citados medios de inteligencia no descartan que en el caso de que la negociación se frustrase, algunos miles de jóvenes saharauis optasen por engrosar las filas de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), lo que ha causado alarma entre los generales argelinos que lo que menos desean en estos momentos es que el fenómeno yihadista, presente en la fronteriza Libia, se extienda dentro de las fronteras argelinas.
La creciente amenaza del Estado Islámico desde la fronteriza Libia, la posibilidad de que algunos miles de jóvenes saharauis del Tinduf se enrolen en la yihad y la presión de Rusia para que las partes implicadas negocien una salida al conflicto saharaui que pasa por mantener la marroquinidad del territorio, obligará a los generales argelinos a aceptar el nuevo escenario y acercar posiciones con Marruecos, concluyen las fuentes.