... para presentarme a ellos como anterior coordinador provincial de la organización en 2007-2008 y solicitarles mi reafiliación, ya que por vía electrónica estaba impedido de tramitarla. En aquella reunión de final de la mañana, ya comprendí que Sadat Maraña y Juan Carlos Fernández estaban más preocupados por preparar las candidaturas municipales, y el primero en atender la llamada telefónica e instrucciones del empresario José Angel Crego, que por corresponder a mi colaboración desinteresada.
Esta extrañeza mía, respecto de la capacidad de estos responsables para enfrentarse al reto de coordinar en León esta organización política emergente y elaborar una propuesta solvente de listas municipales, la pude constatar en la asamblea celebrada en León el 27 de marzo 2015, a la que acudí como observador. Previamente, había recibido información del estado de desconcierto que tenían dos personas allegadas. En primer lugar, Santiago Iglesias, el afiliado más veterano e impulsor de la sección de Ponferrada, y en segundo lugar, Manuel Mitadiel, responsable de Civiqus en Villaquilambre, que había hecho un pacto para ir con Ciudadanos como candidato en Castilla y León. En efecto, en esa Asamblea se aprobó la propuesta de un reducido número de listas locales, que se limitaban a la postre a un diez por ciento de los municipios, y la candidatura autonómica, sin haberse reunido previamente a tal fin los afiliados de las localidades, por lo que el proceso se cerró en falso, en especial en las candidaturas de León y de Ponferrada.
Posteriormente, las elecciones primarias para la formación de candidaturas al Congreso y Senado en la provincia de León fueron de nuevo un pulso entre la directiva de la Agrupación y los afiliados críticos a ella, que se resuelve con Sadat en el primer puesto al Congreso y la candidatura de sus afines hasta que se viene abajo al denunciarse el engaño del candidato respecto de su curriculum académico. El candidato a encabezar la lista al Congreso, Enrique Bueno, partiría con esta desventaja inicial, pero con su elección el 20 D ha venido a amortiguar en parte los problemas no resueltos en el seno de C’s en la provincia de León.
Sin embargo, persisten las tensiones en el seno de la afiliación ante la falta de legitimidad del equipo coordinador provincial, fruto también de los conflictos internos que ya existían entre los afiliados provenientes de la organización leonesa de UPyD, y que se incrementa con la expulsión de concejales de Villaquilambre, con lo cual esta situación no favorece a la organización y también a la interrelación necesaria entre los concejales y los afiliados en la mayor parte de los municipios con representación de C’s, lo que a la postre ha de depreciar la labor e imagen pública de los elegidos.
Este diagnóstico poco positivo que mantengo aquí, respecto al funcionamiento interno de esta organización política en León, debería cambiar para bien si se acierta en la nueva coordinación, después que Maraña haya sido obligado a dimitir al comprobarse también su dependencia laboral y económica del mismo empresario Crego, quien a su vez se ve envuelto en una crisis en sus propios negocios y dimite como presidente de la organización empresarial CEL. Como se ve, dos vidas paralelas las de Maraña y Crego, que han fagocitado durante el último año a este partido, la del político que quería encumbrar hace un año al empresario a la alcaldía de León y la del empresario que daba “tanza al barbo”, como ocurriera anteriormente (y ocurre todavía) en otras organizaciones políticas leonesas, en que no falta empresario de prestigio que se aprecie que no aspire a mantener un valido en la política de escala provincial y local.