Semejante afirmación taxativa, (sobre todo de uno de estos sujetos, a quien no quiero nombrar), no merece que se les replique con el insulto ni con la descalificación, sino con la benévola recomendación de que estudien con interés y en fuentes solventes y desapasionadas nuestra historia, ya que es solamente su ignorancia de ella la que les induce a decir inexactitudes y, además a hacerlo con muy malos modales que, a la vez que incultura, revelan una pésima educación.
Por eso les voy a dar cuatro pequeños apuntes para que, basándose en ellos, se pongan a estudiar y mediante el estudio serio y riguroso puedan rectificar sus criterios sectarios, iletrados y falsos sobre la conquista de América
Primero y para empezar, yo les diría que cuando el descubridor del Nuevo Mundo, Cristóbal Colón, volvió con unos cuantos indios y se los ofreció como esclavos a los Reyes Católicos en Barcelona, (que entonces todavía no quería ser independiente) Don Fernando y Doña Isabel, al unísono, le dijeron claramente que “Estos indios son súbditos de los Reyes de Castilla y de Aragón, y los súbditos de dichos reinos no pueden ser esclavos, sino hombres libres. Que se les instruya en la fe católica y que sean devueltos a sus tierras, para que transmitan dicha fe a los demás naturales de las mismas”.
Segundo: Cuando el Padre las Casas escribió sobre el maltrato a los indios, el Emperador Carlos V, hizo promulgar las llamadas “Leyes de Indias”, en las que se prohibía cualquier vejación moral o corporal a los naturales de América, encargando a su hijo Felipe (luego Felipe II) que hiciera cumplir bajo penas severas cualquier vulneración de dichas leyes.
El hecho de que se incumplieran muchas veces, no impide que reconozcamos que la intención del rey de España era el respeto a los derechos, vidas e integridad física de aquellos indios. Hoy, en el mundo entero, a pesar de los Códigos y Leyes penales, se sigue matando, asesinando, robando y exterminando y nadie culpa de ello a los gobiernos que promulgan dichas leyes, ni tampoco se les hace responsables de su incumplimiento.
Tercero, Los teólogos-jurístas españoles, P. Vitoria y P. Suárez, fueron los que con sus escritos reflexivos y críticos, basados en el humanismo cristiano, crearon los fundamentos del Derecho Internacional, que no es en síntesis otra cosa que la defensa de los derechos humanos, extendiéndolos también a los indios de América, que no eran colonias, como se dice hoy, sino “otros reinos” en los que el rey gobernaba mediante Reales Audiencias, Virreinatos, Reales Chancillerias y otras instituciones administrativas, al igual que lo hacía en Valladolid, Sevilla o Galicia.
Cuarto: Los españoles que fueron a América, se fundieron con las razas autóctonas, tomaron a las indias por esposas y crearon un mestizaje del que los actuales hispanoamericanos se sienten y se sentían orgullosos, tanto que cuando las naciones Americanas se independizaron de España, fueron los hijos de los españoles, los criollos, quienes organizaron las guerras contra España y no los indios, que querían continuar siendo españoles en su inmensa mayoría. Además, fundamos en América más de veinticinco Universidades, para transmitir nuestra cultura y nuestra civilización a todos los habitantes de aquellas tierras, cosas todas ellas que otras potencias como Inglaterra y Francia tuvieron a menos hacer. Y no se las critica tan violentamente como nos criticamos a nosotros mismos, siendo los mayores propagandistas de la Leyenda negra que otros inventaron para desacreditarnos.
Y para terminar, solo otra reflexión: ¿Saben Vds. porqué las pirámides mexicanas de Teotihuacán tienen forma escalonada? Pues se lo explico:
Los aztecas llevaban a ellas a los prisioneros que hacían en sus guerras. En la parte superior los sacerdotes de sus dioses, les sacaban el corazón y luego los arrojaban por los escalones, para que llegasen abajo con los huesos rotos y fueran más fáciles de despedazar por el pueblo que los esperaba como alimento, los asaba en sus hogueras y se los comía.
Esto, naturalmente, lo eliminaron los “genocidas conquistadores” …
Así que, señores denostadores de nuestra Conquista de América y de la Hispanidad. Vuelvan a la escuela primaria, entérense bien de las cosas antes de presumir de intelectuales y, de paso, dejen de decir blasfemias y supriman sus malos modales, porque así, tal como hacen ahora, dan muy mala imagen de sí mismos y se autodescalifican para dar lecciones a nadie.