La celebración del 25 de Diciembre, tiene orígenes tan antiguos como dispares. En los países nórdicos se honraba al dios del solsticio de invierno adornando un árbol de hoja perenne, lo que llevó al evangelizador san Bonifacio, en el siglo Vlll, a relacionar la hoja perenne con el amor de Dios y a cristianizar esta costumbre, por lo que, el Árbol de Navidad es tradición cristiana más antigua que el Belén, cuya costumbre la inició san Francisco de Asís en el siglo Xlll.
Así mismo, los romanos celebraban, el solsticio de invierno, con la fiesta del Natalis Solis Invicti, e igualmente el festival denominado, Saturnalia, que incluía el solsticio de invierno, por lo que, tal vez, fueron estas fiestas las que se cristianizaron, coincidiendo con la fecha del nacimiento de Cristo.
En efecto, como en el anuncio de la Encarnación a la Virgen María se le dice que, su parienta Isabel está de tres meses, el nacimiento de Jesús fue 6 meses después que el de Juan Evangelista y, lo cierto es, que a Zacarías, el padre de Juan, del grupo octavo, el de Abdías, le correspondía el segundo turno a finales de Septiembre, por lo que Juan habría nacido los últimos días de Junio y Jesús a finales de Diciembre.
Además, existe un texto sobre los solsticios, que afirma que la concepción de Jesús se produjo el 25 de Marzo, el mismo día de su pasión y muerte, de manera que su nacimiento se produciría 9 meses después: el 25 de Diciembre.
En León, el lugar central de la Navidad, es la Iglesia de su patrono, san Marcelo. San Marcelo tiene una historia tan curiosa como sorprendente, Centurión de la Legio Vll Gemina, sufrió un doble proceso, a tenor de las actas que se conservan. Primero, el 28 de Julio de 298, en España, ante Fortunato; y el segundo, el definitivo (piénsese que estamos en el siglo lll) en Tánger, ante Agricolano (el 30 de Octubre). Pues bien, Forunato le envió a Agricolano (su superior y el competente para juzgar a Marcelo), el siguiente escrito, referido al juicio contra el futuro san Marcelo, que Francisco Pérez González, traduce como sigue: “Manilio Fortunato a Agricolano, su señor, salud. En el felicísimo día en que todo el orbe celebramos solemnemente el cumpleaños de nuestros señores augustos césares, señor Aurelio Agricolano, Marcelo, centurión ordinario, como si se hubiese vuelto loco, se quitó espontáneamente el cinto militar y arrojó la espada y el bastón de centurión delante de las tropas de nuestros señores”. (Francisco Pérez González, Dos Mil Años de Santos, Ed. Palabra, S. A., 2001, p. 1333). Así, el centurión Marcelo después de esta acción se confesó cristiano y leída el acta de acusación, en Tánger, Marcelo la confirma y acepta, por lo que es decapitado ese mismo día. Sus restos se trasladaron a la actual Parroquia de San Marcelo en 1493 y fueron recibidos fervorosamente por el rey Fernando el Católico.
Pues bien, más original aún que el doble juicio en dos continentes de san Marcelo, una tradición de la Navidad de León -que posiblemente no existe en ningún otro lugar del mundo-, es el cantar del ramo (costumbre precristiana), compuesto por un triángulo de madera adornado con velas, hojas y dulces navideños. Es el símbolo de la Navidad de León y “el Ayuntamiento instala un ramo leonés de Navidad, de gran tamaño, en un templete ubicado en la plaza de San Marcelo, junto al Belén navideño, y todos los días de estas fiestas los escolares de los diferentes colegios de la ciudad (cada día uno) cantan villancicos frente al ramo.
“En León suele haber tres belenes: uno viviente (tipo pastorada, con animales y todo), otro es la recreación de toda una montaña con figuras móviles en miniatura (está muy logrado), y el último con sólo las tres figuras de la Virgen, San José, y el Niño, a tamaño real. También se instala un árbol de Navidad frente a la Catedral.” (http://leonocio.es/navidad-en-leon/).
Naturalmente, en todas las poblaciones de León existen costumbres y están programados actos, relacionados con la Navidad. En mi querida Astorga, hay uno que no me perdería. En la Sala Ergástula –cuyo antiguo destino todavía sobrecoge- del Museo Romano, se celebrará un Concierto de Navidad a la luz de las velas, en el que el tenor Luis Santana, interpretará, “Las más bellas canciones de Navidad.
Me parece necesario terminar con un recuerdo de José Luis Martín Descalzo, con el que tanto discutí algunas, pocas, cuestiones, sin llegar a ponernos de acuerdo, y que al hablar de la Navidad, su buena memoria le hacía revivir su infancia en Astorga y su navidad familiar, de nieve y villancicos y, sobre todo, el Belén.