HISTORIA Y CULTURA

Legazpi, primer gobernador de Filipinas y fundador de Manila

Monumento de Miguel López de Legazpi en Cebú (Filipinas).

LA ESPAÑA INCONTESTABLE

LA CRÍTICA, 1 DICIEMBRE 2024

José Garrido Palacios | Domingo 01 de diciembre de 2024

Tras el descubrimiento del océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa en 1513, las expediciones españolas fueron frecuentes con el fin de explorar y conquistar sus islas y costas. Unos se dirigieron al norte y llegaron a Alaska, y otros se volcaron en el hemisferio sur y la zona intertropical. Uno de ellos fue Miguel López de Legazpi, artífice de la conquista de Filipinas y fundador de las ciudades de Cebú (1565) y Manila (1571). (...)



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Los primeros años


Desde su nacimiento en 1502 en Zumárraga, en el seno de una familia acomodada, siguió en parte los pasos de su padre, que sirvió de soldado a las órdenes del Gran Capitán en la campaña de Italia y contra los franceses en Guipúzcoa. Después trabajó en la alcaldía mayor de Areria.


Los padres de Miguel tuvieron seis hijos y él era el segundo, por lo que, al fallecimiento del padre en 1527, el primogénito heredó el puesto de la alcaldía y el mayorazgo familiar. Entre tanto, Miguel estudió Leyes y se preparó para ejercer el puesto de la escribanía de Areria, si bien él se inclinó por la milicia y el descubrimiento de tierras ignotas. Así, con 26 años se embarcó rumbo a las Indias.


En Ciudad de México se apoyó para su ocupación en el clérigo Juan Zumárraga –obispo y protector de los indígenas–, con el que Legazpi había coincidido en su cuna con motivo de unos juicios de brujería; y pronto consiguió el puesto de secretario en el Cabildo de la Ciudad de México, de alcalde, en la Casa de la Moneda y en el Tribunal de la Inquisición.


En la capital conoció a la joven Isabel –hermana de fray Julián Garcés, obispo de Tlaxcala–, con la que contrajo matrimonio en 1531. Tuvieron nueve hijos, cuatro de ellos varones. La hija mayor, Teresa, casó con Pedro de Salcedo, padres de los niños Felipe y Juan, quienes más adelante acompañaron a su abuelo en la campaña de Filipinas. Con su sólida formación jurídica y sus relaciones personales, enseguida ascendió en la escala social y económica del Nuevo Mundo.


Aun con todo, Legazpi deseaba participar del mundo militar y de su afición por el mar, anhelaba embarcarse en alguna expedición con el propósito de descubrir nuevas tierras. Un universo de lugares, personas y hechos de los que tanto hablaban otros compañeros en Nueva España.



Filipinas


Los primeros intentos españoles por conseguir una ruta marítima desde las islas occidentales del Pacífico hasta Nueva España se remontan al año 1522, cuando Gonzalo Gómez de Espinosa lo intentó desde las Molucas. Partió con la nao Trinidad y alcanzó latitudes muy septentrionales, mas tuvo que regresar a Tidore el mismo año. Luego hubo otros ensayos.



Rutas de Legazpi y Urdaneta. Elaboración propia. Fuente Mapa de Filipinas. Pedro Burillo Velarde (1734)


Con lo anterior y la firma del Tratado de Zaragoza en 1529 por España y Portugal, en el que las Molucas pasaban a manos de los portugueses a cambio de dinero, la Corona consideró pertinente impulsar nuestra presencia en las islas del «Lago Español». Así, Felipe II remitió en 1559 una carta al virrey de Nueva España, Luis de Velasco, en el sentido de que debía organizar una expedición desde la costa oriental del Pacífico a las islas del Poniente, con la salvedad de que no podían ir a las Molucas. Y la misma carta fue enviada a Andrés de Urdaneta, cosmógrafo, marino, navegante y agustino residente en la capital mexicana.


Felipe II, a propuesta del virrey, nombró en 1564 a Legazpi como jefe de la expedición con los títulos de “Almirante, General y Gobernador de todas las tierras que conquistase”; y a Urdaneta como piloto mayor. No obstante, este último manifestó que no se podía ir a Filipinas porque estaba dentro de la demarcación portuguesa. Esa situación creó desconcierto y las autoridades lo resolvieron con discreción. Los sucesores del virrey –fallecido poco antes–, firmaron un documento secreto y se lo entregaron a Legazpi en un sobre cerrado con la orden de que solo debía abrirlo cuando la expedición se encontrara a una distancia superior a 100 leguas de la costa de Nueva España.


El almirante Legazpi empeñó casi todo su patrimonio para comprar víveres y pertrechos imprescindibles en una larga expedición por las aguas del Pacífico; y el 21 de noviembre de 1564 partió rumbo al Poniente desde el puerto de Navidad (Jalisco) con un contingente de 380 hombres, dos naos, dos pataches y una fragata.


Al cabo de cuatro días de navegación, Legazpi reunió en la nao capitana San Pedro a los pilotos, capitanes, alguacil mayor, padres agustinos y oficiales de la Real Hacienda; y, en presencia del escribano Hernando de Riquel, abrió el sobre en el que se ordenaba seguir rumbo a las islas de San Lázaro (posteriormente llamadas Filipinas). En enero de 1565 la expedición alcanzó las islas Barbudos (Marshall) y avistaron las islas de los Ladrones (Marianas), al tiempo que tomaron posesión de la isla de Guam el 26 de ese mes. A la isla de Samar, ya en Filipinas, llegaron el 13 de febrero y a Leyte el 20 del mismo mes y año.



El Tornaviaje


En varias islas del Poniente había estado Ruy López de Villalobos en 1543 y las denominó islas «Filipinas» en honor al príncipe Felipe, futuro rey de España como Felipe II, que, con el paso del tiempo, se extendió a todo el archipiélago. Legazpi eligió la isla de Cebú para establecer un asentamiento permanente, construir un fuerte y fundar el 8 de mayo la villa de San Miguel. Una vez organizados, Legazpi cumplió con lo ordenado en las Instrucciones de la expedición acerca del envío de noticias, y para ello despachó a Nueva España una comisión gobernada por Felipe de Salcedo (su nieto), acompañado de Juan Pablo Carrión, experto en las aguas de las Molucas, y de Andrés de Urdaneta como piloto de la nao capitana San Pedro. Navegaron por latitudes muy boreales, frisando los 40º N, y se dejaron impulsar por la corriente marina Kuro-Shivo, que los llevó hasta California. Descendieron de latitud y atracaron en los puertos de Navidad el 1 de octubre de 1565 y de Acapulco una semana después; exactamente 130 días después de su salida de Cebú.


El descubrimiento de la ruta del Tornaviaje desde Cebú a Nueva España fue un éxito rotundo por las posibilidades que habría de comunicación entre el Nuevo Mundo y las posesiones españolas en el Pacífico. De hecho, esa acción impulsó el funcionamiento del Galeón de Manila o Nao de la China y, por ende, el comercio entre España, Asia y América hasta 1815.


Ahora rememoramos que el primer viaje desde las islas del Pacífico a Nueva España fue realizado por Alonso de Arellano, quien se separó de la expedición de Legazpi con el patache San Lucas debido a una tormenta poco antes de llegar a Cebú. Partió de la isla de Mindanao y siguió una arriesgada derrota rumbo al noreste que le llevó al puerto de Navidad dos meses antes que Urdaneta. Ese mérito, empero, no se le reconoció oficialmente a causa de no tener clara la ruta que siguió en su regreso a Nueva España, entre otros factores.



Conflictos


El primer conflicto de Legazpi tuvo lugar durante su estancia en Cebú en razón a la llegada de una flota dirigida por el capitán portugués Gonzalo Pereyra. Reclamaba ese territorio para su país y exigía su devolución inmediata, aunque no lo consiguió. El portugués se enfadó mucho e incluso amenazó con el regreso al mismo punto con una fuerza militar dispuesta a conquistarla. Nada ocurrió.


Por otro lado, los víveres escaseaban en la isla de Cebú y la desazón de los hombres aumentaba. Era preciso descubrir nuevas islas para reponer el suministro de alimentos. Una de ellas fue la isla de Bohol, al sureste de Cebú, en la que se estableció amistad y cooperación con los nativos y se firmó en Tagbilaran un «pacto de sangre» con el jefe Datu Sikatura. No obstante, en otros lugares, la experiencia fue opuesta, con luchas continuas.


En ese ínterin, llegaron víveres, pertrechos y hombres de refuerzo enviados por el virrey de Nueva España, Gastón de Peralta, marqués de Falces. Fueron trasladados por los hermanos Felipe y Juan de Salcedo con la autorización de establecer encomiendas en Cebú. Allí encontraron la talla del Niño Jesús que Magallanes había regalado antaño a la esposa de Humabón, padre de Tupas y régulo de la isla de Cebú, y por ello Legazpi decidió cambiar el nombre de villa de San Miguel por el de Santísimo Nombre de Jesús.


El guipuzcoano continuó su misión. En1570 despachó al maestre de campo Martín de Goiti a la isla de Luzón para ocuparla y establecer contactos con los régulos indígenas de la bahía de Manila. Goiti iba acompañado de Juan de Salcedo, soldados y nativos de Cebú y Panay; todos embarcados en el navío San Miguel, armado con tres cañones. El enfrentamiento con los indígenas de la bahía de Manila fue muy duro, con numerosas bajas. Al final, el 24 de mayo de 1570, los españoles lograron entrar en el puerto de Cavite y en la ciudad de Manila (en tagalo Maynila, lugar de nilas, arbustos silvestres).


Lo primero que sorprendió a Legazpi fue la cantidad de esclavos chinos que los indígenas tenían a su disposición y decidió liberarlos. Estos informaron a sus jefes en China sobre lo ocurrido en Manila y, a modo de agradecimiento, enviaron diez champanes (barcos grandes y planos empleados en China) cargados con frutas, porcelanas, sedas y productos farmacéuticos.


Poco después llegó a Cavite un jefe musulmán que conocía a Legazpi de un encuentro en Panay, y con él iban diez jefes destacados de la zona de Manila. Ellos anunciaron al gobernador que Matanda, llamado Rajá el Viejo, quería la paz con los españoles, mientras que su sobrino Rajá Solimán el Mozo era partidario de la guerra. Con todo, Legazpi decidió tomar Manila y para ello organizó una flota que zarpó de Cavite. Cuando los nativos de Manila vieron acercarse los barcos, incendiaron sus poblados y huyeron. Legazpi detuvo la operación naval y envió a Martín de Goiti, Juan de Salcedo y otros capitanes a negociar con los naturales. Los españoles querían la paz. Los nativos aceptaron ser vasallos de la Corona y el 24 de junio de 1571 se celebró una solemne ceremonia de fundación de Manila con 50 vecinos casados. A la ciudad se la llamó “Cabeza de Nueva Castilla”.


Miguel López de Legazpi falleció de repente el 20 de agosto de 1572 en Manila debido a un ataque de apoplejía. Dos años después, Felipe II otorgó a la ciudad el título de «insigne y siempre leal» y en 1595 concedió un escudo a la primera ciudad de Hispanoasia. Intramuros de la ciudad de Manila se encuentra una escultura dedicada a Legazpi-Urdaneta como recuerdo de sus gestas.


Final


A modo de resumen, recordemos que el descubrimiento y posterior conquista en el siglo XVI del archipiélago de Filipinas, junto con el tornaviaje, determinaron los hitos más sobresalientes para la integración en el Imperio español de territorios del sureste asiático. También permitió la comunicación y el comercio de España con Asia y América; e igualmente, Manila se convirtió en el centro de gravedad de esas relaciones. El Galeón de Manila facilitó el intercambio de plata mexicana por seda, porcelanas, lozas y otros productos; y también el intercambio de culturas, religiones y costumbres, amén del mestizaje.


Jose Garrido Palacios

Teniente coronel del ET (R). Doctor en Filosofía y Letras

AEME

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