Hoy se cumplen seis años desde el discurso del Rey de España, Felipe VI, que puso los puntos sobre las íes del golpe de Estado protagonizado por los independentistas catalanes, capitaneados por Carles Puigdemont. Sus palabras devolvieron la serenidad al pueblo español, que de nuevo ve alterado su espíritu con la actual situación política. En su mano está el que esos mismos golpistas puedan coger el timón de la gobernabilidad de España. Paradójica tesitura a la que es arrojado por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que nadie en España en su sano juicio puede comprender, (...)
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Sea cual sea su decisión, trascendental en todo caso y que habrá de estar necesariamente condicionada por sus propias convicciones y la legalidad constitucional, el Rey de España no estará solo. Más allá del devenir político de España a corto plazo, la decisión del Rey con toda seguridad responderá a la defensa de los intereses de España y de sus ciudadanos que pasan hoy, indefectiblemente, por la protección de la única institución española fuera del ámbito inestable de la política: la Monarquía de todos los españoles.