¿Cómo puede ser que un Gobierno democrático pueda estar contraviniendo la democracia?
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¿Cómo puede ser que se esté legislando por decreto desde el Gobierno modificando leyes y códigos a la medida?
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¿Cómo puede ser que el delito de sedición quiera anularse para adaptarse a las necesidades de los que han atentado y dado un golpe de estado, confirmando querer volver a hacerlo, y encima ligado a los presupuestos? (...)
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¿Cómo puede ser que se quiera modificar el delito de malversación también exigido por Esquerra Republicana, para que queden impunes sus delitos de malversación… los de los golpistas?
¿Cómo puede ser que la llamada ley del “solo sí es sí”, esté rebajando las penas a agresores grupales, violadores y demás delincuentes y el jefe de Gobierno diga ayer desde Bali que los tribunales “unifiquen la doctrina” –después de ocultar los informes desde el Gobierno–, y achacar a los jueces que aplican mal la ley, además de su ministra de Igualdad decirles “que son machistas” y que “hay jueces que están incumpliendo la ley”, es decir prevaricadores, es decir declaraciones delictivas por calumnias, habiendo despreciado los informes y avisos del CGPJ? Sobre todo, ¿cómo puede ser que el jefe de Gobierno admita esto? ¿Permite declaraciones delictivas por calumnias en su Gobierno y por tanto comparte dichas calumnias?
¿Por qué se unen PSOE y PNV para ocultar otro caso de prostitución de menores tutelados en el País Vasco y cubrir las espaldas de la consejera de Igualdad y Justicia?
¿Cómo puede ser que un gobierno esté amparando, cómplice, la desobediencia de la Generalidad a la Constitución y al cumplimiento de la sentencia para poder estudiar un 25 por ciento de español en Cataluña –sin entrar en la ridícula figura porcentual–, para poder estudiar en español en España, que es de no poder creer?
¿Cómo puede ser que el Gobierno no proteja en Cataluña a los padres e hijos que sufren tal injusticia?
¿Cómo puede ser que no diga nada cuando agreden a los estudiantes en Barcelona?
¿Cómo puede ser que se admita la rebelión diaria con declaraciones y acciones puramente delictivas de las instituciones en Cataluña y el jefe de Gobierno no diga nada?
¿Cómo puede ser que se dé la orden de que la Seguridad del Estado a través de los servicios de inteligencia, no investigue lo que ocurre en Cataluña y tampoco en el País Vasco?
¿Cómo puede ser que esta semana también en Baleares se deniegue por el Tribunal Superior de Justicia balear a una alumna el poder recibir el 25 por ciento de las asignaturas troncales en español? Y que el padre, Salvador Iglesias, primero que lleva a los tribunales la petición del 25 por ciento, no reciba una llamada inmediata del presidente del Gobierno para pedirle perdón ante tanta injusticia y locura.
¿Cómo puede ser que el inspector jefe de policía Ricardo Ferris, de Valencia, denuncie cosas tan graves y el jefe de Gobierno no diga nada y solo le destituye a través de su ministro?
¿Cómo puede ser que el jefe de Gobierno no denuncie a los responsables de las niñas abusadas en centros públicos y después haga muchas leyes en supuesta defensa de la mujer y tampoco denuncie a la madre que asesina a su hija?
¿Cómo puede ser que el Gobierno ampare regímenes tiránicos neocomunistas y populistas bolivarianos como Cuba, Venezuela y otros con gobernantes terroristas? Esto suena muy, muy raro… y muy mal.
¿Cómo puede ser que no se proteja y no se pida públicamente la excarcelación del español preso en Cuba?
¿Cómo puede ser que se excarcele a asesinos –sin cumplir las exigencias legales– y en connivencia con las instituciones vascas se les facilite tras el maquillaje necesario la cuasi libertad?
¿Cómo puede ser que se les agasaje públicamente mientras se insulta y desprecia a las víctimas del terrorismo y a sus familias?
¿Cómo puede ser que con tanto descaro se pretenda dominar el CGPJ y como consecuencia el TC para “hacer democráticas” leyes injustas y según la “hoja de ruta compartida” de quienes quieren la destrucción de España y el Gobierno –cuesta decirlo, pero los hechos continuados lo acreditan al no cambiar de socios en ningún momento–, y ser inspirador, colaborador y cómplice de ello?
¿Cómo puede ser que todo ello esté acordado, como ya se comprueba públicamente, por mucho que tengan pactos secretos con los filoterroristas, con los que han perpetrado un golpe sedicioso; con los que pretenden autodeterminación y amnistía; con los que son nacionalistas racistas y xenófobos; con los que ocupan cargos institucionales en Cataluña y el País Vasco que continuamente declaran ser nación, la independencia, la autodeterminación y el presidente del Gobierno no pararles los pies, admitiendo el continuo chantaje, y pretender hacer que es normal tanto ataque delictivo a España?
¿Cómo puede ser que no se haga ni caso a lo que exige el comisario europeo de Justicia de que a los jueces los elijan los jueces?
¿Cómo puede ser que el ataque a la justicia y a los jueces sea frontal y continuado desde el mismísimo Gobierno, cosa que jamás había ocurrido en 40 años de democracia?
¿Cómo puede ser que se perpetre dicho ataque desde el Gobierno cuando ello significa acabar con la división de poderes, con el estado de derecho y por tanto con la democracia?
¿Cómo puede ser que un presidente de Gobierno pueda actuar de esta manera tan inquietante e insensata, tan desleal con la Constitución, con el estado de derecho, con la división de poderes, con la propia democracia y con España?
¿Cómo puede ser que no pida perdón por nada y no rectifique nada?
¿Cómo puede ser que haga una ley de Memoria Democrática bendecida por los filoterroristas que quiebra y contraviene el espíritu y el impagable logro de la Transición?
¿Cómo puede ser que no proclame este espíritu todos los días para fortalecer la reconciliación también, todos los días, y en lugar de ello promueva la división y el odio entre los españoles?
¿Cómo puede ser que no atienda consejos y recomendaciones de Europa, de la sociedad civil, de las personas más prestigiosos de su partido, de las personas e instituciones más preparadas?
¿Cómo puede ser que habiendo miles de motivos para cesar a varios ministros –esta misma semana por hechos gravísimos insultando y llamando prevaricadores una ministra a los jueces–, sin que el Jefe de Gobierno diga nada por temas de descontrol gubernamental, descontrol en la gestión, contradicciones de cualquier grado más graves o menos pero siempre reprobables en un gobierno normal, de contradicciones y serias disputas internas muy graves para el interés general de la Nación, habiendo tantos motivos también para dimitir voluntariamente si no se es cesado, y nada ocurra al estilo de la “democracia venezolana, cubana, norcoreana o China”? Es extremadamente raro… jamás ocurre esta situación en una democracia europea… hay un plan maquiavélico y muy definido que impide romper un Gobierno.
¿Cómo puede ser que no se escuche a destacados socialistas de ayer y de hoy, que han construido junto a tantos, la Transición, la Constitución, la reconciliación y la propia democracia?
Todo lo anterior es extremadamente raro y evidentemente no solo responde a un exacerbado afán de poder, que también, ya que son muchos años para poder comprobar todo un plan que se viene cumpliendo por hitos, paso a paso, a rajatabla, incumpliendo y atacando la Constitución, permitiendo que sus socios la conculquen, la vilipendien y la aborrezcan con su consentimiento, complicidad y apoyo.
Todos los pasos para querer cambiar la mentalidad y principios de la sociedad con leyes que atentan contra la mínima dignidad de las personas y ser él su impulsor; todos los pasos para imponer la mentira como ejercicio del poder; todos los pasos para adormecer a la sociedad en medio de la pandemia y en medio de esta crisis social y económica en la que estamos inmersos; todos los pasos para anular a todas, absolutamente todas las instituciones del Estado.
Todos los pasos como el de esta misma semana para cambiar el Código Penal, con la sedición y la malversación, y crear un camino, así acordado, de plena impunidad con todos los que quieren la independencia de España, por mucho que la Constitución no lo permita y por tanto en ataque frontal contra ella.
Todos los pasos para que por mucha alarma social que esto esté creando, con plena y continuada acción, sin escrúpulo alguno, acelerar en cualquier frente el ataque a la Nación para que una acción oculte y haga olvidar a la anterior –pero ya consolidado ese hecho anterior sin echarlo atrás ni revocarlo– y con todo ello lograr un ambiente irreversible para el cambio de régimen de hecho, con ataque frontal a la Corona que lo consume. Nada que, además, por otro lado, no hayan anunciado y repetido permanentemente desde el principio de la legislatura, el vicepresidente y ministros del Gobierno, así como sus socios desde el Parlamento todos los días, sin ser jamás inmediatamente desmentidos ni penados, y por tanto nunca anulados con carácter fulminante dichos objetivos, por su presidente, manteniendo dichos socios y apoyos, sin plantearse dejar de existir sin ellos, unidos todos en los mismos propósitos. Da igual que no fuera el programa ofrecido a los españoles en campaña y haber prometido no pactar jamás con los enemigos de España. Su Gobierno es otro, es el que ha escogido, sin saberlo los españoles ni sus votantes, es el Gobierno de la traición a los españoles y de la consecución a toda costa de los planes que exigen irrenunciablemente sus socios y que él cumple a rajatabla. La rebelión de este presidente del Gobierno y su alta traición a España está definitivamente desenmascarada.
Esto no va de cálculos de partidos ni de ideologías. Lo que tenemos delante es de extrema gravedad. Solo la presidenta de la Comunidad de Madrid lo ha denunciado con todas las pruebas, defendiendo así al conjunto de españoles de todas las tendencias, pues antes de nada está la preservación de nuestra concordia, de nuestra Constitución, de nuestro estado de derecho, de nuestra libertad y de nuestra democracia.
Llamamos desde la sociedad civil al Partido Socialista que supo construir todo esto y a toda la oposición que defiende la Constitución para volver unidos a la sensatez, de la mano, y terminar con esta alocada deriva, y que con todos los instrumentos democráticos respondan al clamor general y de enorme alarma social de los españoles, sin egoísmos y pensando solo en España. La extrema gravedad lo reclama. Después, reconstituido nuestro pacto ejemplar, que tantos frutos nos ha dado durante cuarenta años, que vuelva cada uno a posicionarse en sus legítimas aspiraciones, pero por favor, sin intereses perversos e ilegítimos en contra de nuestra convivencia y en contra de nuestra democracia.
¿Nos acordamos de los hitos del famoso “procés”, cumpliendo un programa durante unos años para finalmente proclamar la independencia en un golpe de estado? Esos hitos, los necesarios, en este caso para el desmembramiento y la expropiación de España a los españoles, en un sofisticado golpe de estado, los está dirigiendo este Gobierno en estos últimos cuatro años, de la mano de sus socios indultados, como maestros experimentados y acompañados en el plan maligno, por filoterroristas y resto de enemigos de España.