Y no se equivoca el Gobierno de España al elegir a su enemigo. Bien sabe que detrás de esta mujer está el más que probable término de su viaje hacia lo desconocido para casi todos menos para quienes lo integran y para sus ocultos mentores.
Las orejas del lobo son en este caso los millones de españoles -de Madrid y de no-Madrid- que se ven representados en la actitud personal y política de esta joven mujer, que enfrenta sin tapujos el desbarajuste social y político derivado de las acciones -en los límites de la legalidad y lejos de la legitimidad por escapar esta a su estricta voluntad- del actual Gobierno de coalición a los mandos del Estado.
Los brutales acoso e intento de derribo de Isabel Díaz Ayuso, no ya como ente político sino como ciudadana, que lleva a cabo la recién creada "Nueva España" -salida de las cenizas republicanas de la Guerra Civil- son la "performance" que posibilita el control del poder y del dinero.
Y sin negar la posibilidad de que esta impetuosa acometida resulte victoriosa, no es menos cierto que, en democracia, hasta en la nuestra, todo es posible. Incluso que el embite fracase y la señora Ayuso vuelva, una vez más, a poner a la "Nueva España" y a su Gobierno en su sitio.