Queridos amigos: Aquel 1 de septiembre de 2022, el conocido colaboracionista, Jesús Verdú, escribió sobre la permanente emergencia ambiental en la bahía de Algeciras y sus nocivos efectos que pueden causar a los casi 300.000 habitantes del arco de la bahía, a uno y otro lado de la Verja. Y yo añado que, sobre todo, en las aguas de la bahía. (…)
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Porque este individuo se conoce que aún no se ha enterado de que el general Franco murió hace ya 47 años, ¡47! Su obsesión con el general Franco es enfermiza. Se parece a todos los izquierdistas españoles dado el ejemplo que en este sentido dan el PSOE y los comunistas, junto con separatistas y etarras. Dijo que “la España democrática ha sido incapaz de actualizar su política exterior en lo relativo al mito de la costa seca, que surge con Franco, continuando con el rechazo a aguas bajo jurisdicción gibraltareña y soberanía británica, esto es, una posición contraria al derecho internacional del mar… en contradicción con los términos de acción territorial del Tratado de Utrecht”.
¡No se entera! Y por eso miente. La “costa seca” existe y está avalada por el Tribunal de La Haya que lo ha ratificado, al menos, en dos casos. Y en el Tratado de Utrecht no aparece en ninguno de sus artículos la cesión territorial de aguas alrededor del Peñón, salvo las de su puerto. Pide también Verdú casi con desesperación que exista colaboración institucional y estable en el ámbito de la seguridad marítima y protección medioambiental de la bahía de Algeciras. Lo pide con toda su cara de cemento. ¿Qué protección medioambiental existe cuando entran en Gibraltar submarinos nucleares a reparar? ¿Y si se produce alguna fuga de sus reactores? ¿Por qué los buques españoles no pueden acercarse al Peñón para auxiliar a veleros a la deriva? ¿Quién pone todos los obstáculos posibles? Verdú habla con la Royal Navy.
El vertido de combustible, aceites y lubricantes del buque semihundido “OS35” ya ha llegado a la playa de poniente de La Línea. Traspasó las barreras situadas alrededor del buque y las corrientes marinas han hecho el resto. “Lo que ha entrado es un vertido preocupante, pero no es una tragedia” (¡menos mal!), afirmó el alcalde Juan Franco. Se sentía muy optimista con los trabajos que se realizaban para vaciar de combustible el barco. Así y todo, el ayuntamiento de La Línea tuvo que poner en marcha unos equipos de limpieza del litoral. Además, ordenó a los servicios jurídicos del ayuntamiento que estudiaran las posibles acciones penales o civiles debido a la situación creada por el “OS35”.
Por su parte, el alcalde Picardo resaltó las positivas conversaciones mantenidas con el presidente de la Junta andaluza, Juanma Moreno, el presidente de la Diputación de Cádiz y alcalde de San Roque, Ruiz Boix y el alcalde de La Línea, Juan Franco. Todos colaborando, pero sin acercarse al buque siniestrado, no sea que les salga al encuentro las lanchas de la Royal Navy exigiendo que no “pisen” sus aguas. Aún así Juanma Moreno declaró que es necesario que se establezca un Protocolo de actuación para enfrentarse a casos como este “por encima de las disputas de territorialidad y de aguas”. Añadió que ha llegado “un poquito de residuos a la playa”, pero el ayuntamiento de La Línea dijo que era capaz de resolverlo por sí solo.
Este buen hombre quiere un Protocolo para actuar en caso de accidentes en la abarrotada bahía de Algeciras. ¿Incluiría también evitar los vertidos fecales de Gibraltar por Punta Europa? ¿O lo de los submarinos nucleares ¿O los transportes de munición que llegan a Gibraltar? ¿O los rellenos de miles de camiones que desde España amplían el espacio del Peñón a costa de la soberanía de nuestras aguas? ¿O de las peligrosas actuaciones de contrabandistas y narcos en la bahía? Son pequeñeces, evidentemente, pero ¿se lo exigiría a los militares de GB que son los que mandan allí para incluirlo en el Protocolo?
Parece que los españoles no somos los únicos expertos en picaresca. Nos imitan muy bien amigos y familiares de británicos con residencia en Gibraltar. Como el paso por la Verja se ha puesto un poquito más serio debido a que es frontera de la UE, hay británicos que intentan pasar por ella enseñando el pasaporte del amigo o familiar residente. Naturalmente son interceptados y se quedan con las ganas de salir de la jaula. Lo interesante es que la mayoría de los interceptados por la policía española son militares británicos, que tratan de eludir los controles Schengen, ¡listillos!
Hubo también una veintena de militares norteamericanos que, procedentes de Rota, iban a unas maniobras en Marruecos, pero carecían del sello de entrada en España en sus pasaportes. No se les permitió la entrada en Gibraltar. Incluso hay casos de militares norteamericanos retirados que llegan a Rota y sin cumplimentar su entrada en España pretenden entrar después en Gibraltar. Son rechazados en la Verja, A mí esta picaresca en los británicos no me extraña, Pero lo de los norteamericanos es incomprensible. ¡Qué interés de pasar a Gibraltar de forma ilegal! ¿Por quiénes nos toman unos y otros? Menos mal que la Policía se está tomando su trabajo en serio.
El 4 de septiembre, Verdemar-Ecologistas en Acción anunciaron que llevarán ante la UE el accidente del “OS35” varado a 200 metros de la costa este del Peñón. Antonio Muñoz, su portavoz, dijo que le vamos a preguntar a Europa qué piensa sobre este accidente marítimo. Y se preguntó: “¿Qué hubiera pasado si el choque es entre un submarino y un petrolero?” Para él “hubiera sido una bomba”.
Muñoz aseguró que, en esa bahía de Algeciras, cerca de Gibraltar, “los buques están cada vez más cerca unos de otros, donde se trasiegan seis millones de toneladas de fuel al año y… cada vez va a peor”. Lo que dijo Verdemar ya sucedió, cuando el submarino nuclear “HMS Ambush” colisionó con el casco de un buque que se dirigía al Estrecho, a poco menos de tres millas de la costa este del Peñón. Aquello pudo haber tenido como resultado que quedara hundido frente a la costa española un reactor nuclear. ¿Y qué? Para eso los británicos son muy suyos y los españoles muy de otros. Quizás por ello no debe extrañarle a nadie que se nos tome por “Corea del Norte”. O que en el Peñón se rechace la acusación de muchos de que Gibraltar es, de hecho, una gasolinera “low cost” en aguas españolas. Todo muy en serio y perfectamente controlado por los gobiernos de España. ¿A qué sí?
El día 5 nos enteramos de que continuaba el bombeo para extraer del “OS35” el combustible del tanque 1. De él habían extraído 41.000 litros de combustible y agua. Después se hará lo mismo con su tanque 2 en un proceso evidentemente lento.
El ex alcalde de Algeciras, Patricio González, en un artículo publicado en “Viva Campo de Gibraltar”, se preguntó que “¿Quién es el culpable de todo esto?”. Y aseguró que lo era la Autoridad Portuaria de Gibraltar, ¿Saben por qué? Porque el puerto de Gibraltar no tiene prácticos para los buques civiles. Y se preguntaba también que si en vez del “OS35” hubiera sido un petrolero ¿qué hubiera pasado? Un desastre total. Como también –el señor González lo indica– puede suceder con los submarinos nucleares, “que hacen sus entradas y salidas de aquella manera”. Todo esto es lo que Picardo llama “autosuficiencia” gibraltareña, una tremenda irresponsabilidad que, de hecho, aceptan los gobiernos de España.
Y mientras, los pescadores de La Línea están, como de costumbre, de suerte. Debido a la contaminación por la fuga de lubricante del buque siniestrado, tres de los cuatro caladeros en los que ellos pescan, los han cerrado. Lo hicieron a partir de la noche del 1 de septiembre, de modo que “el grupo de la flota pesquera de La Línea se encuentra afectada. Hablamos de 32 barcos y más de 100 puestos de trabajo directos. Es una situación muy preocupante” dijo el alcalde Juan Franco. Otros afectados han sido los clubes deportivos y los propietarios de chiringuitos en las playas, que van a dar fin a la temporada de verano antes de los previsto. “De nuevo La Línea es la peor parada” aseguró Franco. ¿Y qué esperaba este hombre de Gibraltar? ¿Prosperidad compartida? ¿Ayuda del gobierno andaluz o del español? Siéntese y espere.
Porque la Junta de Andalucía tiene como interés primordial –algo lógico, pero ni eficaz ni efectivo– que, en estos casos de accidente en la bahía de Algeciras, lo primordial es que la seguridad de los ciudadanos está por delante de cualquier conflicto sobre relaciones internacionales o sobre aguas jurisdiccionales. Esto lo dijo el consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Sanz, abogando porque se desarrollaran Protocolos que prevean estas situaciones. ¿Protocolos? Vamos a ver, alma de cántaro. Si en aquella zona nadie sabe por parte española qué hay que hacer en casos como este o en otros mucho más graves, lo primero que hay que dejar claro es la responsabilidad de cada cual en aquellas aguas que la Royal Navy se ha apropiado sin ningún derecho. Es aquella la que manda allí. Y como esto lo saben los del ayuntamiento de Gibraltar, con prácticos o sin ellos, con peligro para los ciudadanos o sin peligro, serán ellos los que impongan su criterio a los de enfrente, que no lo tienen. Empezando por el gobierno de España. ¿Está claro o hay que aclarar algo más?
El llamado Consejo de Contingencia de Gibraltar se reunió de nuevo –de forma virtual– para analizar la situación del buque siniestrado. Allí estaban el gobernador señor Steel, el alcalde Picardo, su segundo José García y el llamado “ministro” del puerto, Daryanani. ¿Saben qué decisión adoptaron en la tarde del 4 de septiembre, entre otras? ¡Entérese, señor Sanz! Aprobar lo incluido en su Reglamento de Emergencias derivado de la Ley de Contingencias Civiles del año 2007, que otorga a la Policía de Gibraltar, al Servicio de Aduanas, a los agentes portuarios y a la Unidad de Protección Medioambiental de Gibraltar, “poderes ejecutivos” para ampliar la zona de exclusión alrededor del buque “OS35” hasta 500 metros. Antes, esa zona era de 200 metros. ¿Y…?
Es decir, en aguas españolas quien manda es Gibraltar con el respaldo de GB. ¿O no? Por tanto, nadie que no sea británico o gibraltareño podrá acercarse al buque siniestrado a menos de 500 metros. Porque lo han dicho ellos. Porque sí. Hasta conseguir que España reconozca por hechos consumados que esas aguas son aguas bajo soberanía británica. ¿Qué ha hecho la Junta andaluza o el gobierno de España? Cerrar la boca y los ojos, como los monos. Porque oírlo, lo han tenido que oír. Ya lo dije en carta anterior. Estos tíos se extenderán hasta las 12 millas alrededor del Peñón como advirtieron, incluso pegándole un buen bocado a las aguas del Mar de Alborán.
Con motivo de la elección celebrada el 5 de septiembre de la ministra de Exteriores británica, Liz Truss, como líder del partido conservador y, por tanto, su nombramiento al día siguiente como primera ministra de GB por la Reina Isabel II, el alcalde Picardo le envió su felicitación, al igual que a Boris Johnson, agradeciéndole el apoyo que ha prestado a Gibraltar durante su mandato.
Picardo dijo en su felicitación a Truss que “hemos colaborado estrechamente (como ministra de Exteriores de GB), sobre todo en las negociaciones entre el Reino Unido y la UE sobre Gibraltar… Espero seguir trabajando con usted estrechamente como Primera Ministra en el futuro”. Con estos cambios en el gobierno británico dese el 2020, no sé si algún día habrá o no acuerdo. Con Truss al frente del gobierno de SM, se supone que la negociación podría desbloquearse. Pero no creo que la situación se despeje con la llegada de esta señora al poder.
Un abrazo a todos.