Decía en mi carta anterior que los británicos (al menos sus gobiernos, la Corona, sus intereses y su célebre filibusterismo) siguen pensando que viven en la época victoriana. Y que, en relación con Gibraltar, esa colonia militar que mantienen a costa de la integridad territorial española (con no poca satisfacción de los EEUU), no entienden otro lenguaje sino el de la firmeza con que pueda actuar cualquiera de los gobiernos de España sin que sea saboteada esa actuación por el gobierno siguiente para acabar con ese colonialismo. (...)
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Pues bien, para muestra basta un botón. El martes, 7 de junio, estaba prevista la visita de los Condes de Wessex a Gibraltar (príncipe Eduardo, cuarto hijo de la reina Isabel II y su mujer, Sofía). La anunciada visita promovió una queja formal de España que la calificó de “inoportuna” y Albares dijo que “este no es el modelo de relaciones que nosotros buscamos (con GB)”, trasladando a Londres su “malestar” cuando se están manteniendo negociaciones entre GB y la UE sobre el futuro de Gibraltar en el ámbito comunitario.
¿Cómo respondieron el gobernador de Gibraltar (representante de la Reina en el Peñón) y el alcalde Picardo ante la queja española? Que la visita de los Condes forma parte de la “soberanía británica” sobre Gibraltar. El gobernador, Sir David Steel, altivo e insoportable, dijo que los “españoles estarán irritados por esto, pero no estoy seguro si se trata de una irritación por bravuconería o es una irritación de verdad”.
¿Bravuconería? Así es como reaccionan estos tipos ante una modosa queja de la diplomacia española. Insisto en lo mismo. Esta gente no entiende más idioma que el de la firmeza, el realismo y el tesón en este asunto que es de descolonización. ¡De descolonización, amigos del centro central o moderado y progresistas de toda clase! Creo sinceramente que hemos de olvidarnos de dinero, de negocios, de turistas o de ser muy aliados y muy amiguitos cuando a ellos les conviene. Estamos hablando de la dignidad, de la soberanía española y del derecho de España a recuperar aquello que nos fue robado por la fuerza para restituir nuestra integridad territorial.
¿Irritados? ¿Bravuconería? Aquí los bravucones son ellos que, además, la exhiben ante el mundo entero para humillar a España. Además de proclamar su irreal soberanía sobre lo que no es suyo, se pasan por el arco del triunfo cualquier reacción diplomática española por modosita que sea y encima, nos insultan, Y más cuando la debilidad de este gobierno es manifiesta. ¿Compartir con estos individuos algo? El PSOE y el PP parecen buscarlo como sea. Y la pregunta es bien simple: ¿para qué? ¿Para seguir eternizando una situación colonial? Juzguen ustedes mismos queridos amigos. Y piensen hasta dónde podría llegarse con tanto buenismo, tanta estupidez y tan cándida postura.
Me reafirmo en la ceguera de ese partido de centro central o centro moderado o como quieran titularse llamado PP, cuyo máximo representante del Estado en el cantón autonómica andaluz es el aspirante a ocupar de nuevo el sillón presidencial en San Telmo y que se llama Juanma Moreno Bonilla, experto en protocolo.
En declaraciones a radio Área Campo de Gibraltar dijo que debe buscarse una fórmula que nos permita ser eficientes en la gestión de los espacios comunes… tener altura de miras (de tan manida ya no sé qué significa esta cantinela) y no dar patadas en la mesa (¿?), etc., etc. Es decir, componendas y apaños con Gibraltar y con GB. Respecto a las propuestas de VOX, añadió que “es un partido al que le tengo mucho respeto, pero creo que tiene un enorme desconocimiento de lo que es Andalucía (con 12 diputados en su parlamento, añado yo)”. Y acabó diciendo: “Echar el cierre es enviar a 11.000 familias al paro y romper unas negociaciones con el Reino Unido y con Gibraltar”.
Este hombre no dijo lo que dice VOX, y es que, resuelto el asunto del trabajo de esos 11.000 españoles en Gibraltar, había que cerrar la Verja. ¿Por qué omite lo que dice VOX? Y si piensa –como excelente conocedor de Andalucía– que lo primero que hay que hacer es dar trabajo a esos 11.000 o 10.000 españoles, ¿por qué no lo hizo en la legislatura anterior? ¿Por qué no se invirtió masivamente en la La Línea, San Roque y en todo el Campo de Gibraltar? NO. Lo importante es seguir compadreando y aguantando la prepotencia británica durante sabe Dios cuánto tiempo.
Eso sí. Mucho apoyo a Ucrania para que defienda su territorio y su Patria contra el invasor y casi nada o nada para tratar de recuperar lo que es nuestro. Lo dicho, PP y PSOE están por “compartir” con GB lo que sea a base de lo que resuelva un tercero, como la UE. A costa de lo que haga falta, incluso arrastrar nuestra dignidad como nación.
Para que los Condes de Wessex, que estarán en Gibraltar del 7 al 9 de junio, comprueben sobre el terreno que el Peñón es esencialmente una base naval de la Royal Navy en territorio español y exhiban allí soberanía británica, llegaron a la colonia militar dos buques de guerra para que todo el mundo compruebe que aquello es, antes que nada, un enclave militar británico usurpado a España y ampliado a costa de las aguas territoriales españolas.
Esos buques eran el “RFA Argus” y el “HMS Trent”, este último de los más modernos de la flota británica, de 90 metros de eslora. El “Argus” tiene 175 metros. Era su presencia ante los Wessex lo que contaba. Para decirle a todo el mundo –incluidos los EEUU– que a pesar de que aquello es un trozo de tierra española a descolonizar, allí se quedarán hasta que los débiles gobiernos de España sigan jugando, soportando y aguantando el compartir todo con estos desaprensivos.
En otro orden de cosas, se comprende que el Papa reciba a todo el mundo, sean quienes sean sus visitantes. Es lo cristiano y lo lógico. El 6 de junio recibió, por ejemplo, al alcalde Picardo y su familia en audiencia privada. Según el alcalde para él fue todo un honor. Le trasmitió también “los buenos deseos del pueblo de Gibraltar y saludos del obispo Carmel Zammit, en nombre de la iglesia católica en el Peñón”.
Este Papa ¿actúa, interviene, recomienda, influye o presiona en asuntos políticos internacionales? San Juan Pablo II sí lo hizo para que el comunismo desapareciera de su Patria natal, Polonia, y para que el muro cayera en Berlín. ¿Hará algo o influirá algo el Papa Francisco para que sus queridas Islas Malvinas sean descolonizadas? ¿O le da igual que sigan bajo dominio británico?
En alguna carta anterior dije que el tema de las Malvinas y el de Gibraltar se parecían, pero no en la actitud de un pueblo y otro –el argentino y el español– en cuanto a su fervor por recuperar lo que les pertenece, habida cuenta de que el argentino es bastante más nacionalista y expresa sus sentimientos con bastante más ardor que el español en este aspecto.
Por eso me hubiera gustado saber qué le dijo el Papa a Picardo si es que le surgió el tema Malvinas en la conversación. Y más a un representante de un pueblo que vive en otra colonia militar británica, Gibraltar, con quien al parecer se entendió muy bien. Quizás por ello es posible que el jefe de las Malvinas también visite al Papa visto el éxito de Picardo.
Mientras, el ministro español de Exteriores José Manuel Albares declaró al Gibraltar Chronicle el 6 de junio que sigue pensando en lo fantástico que va a ser eso de la “prosperidad compartida” para los 270.000 habitantes del Campo de Gibraltar.
La cuestión de la soberanía no se toca y la visita de los Condes de Wessex no es ningún obstáculo para que el cierre de las negociaciones llegue cuanto antes. ¿Se dará cuenta este hombre y el gobierno al que representa la satisfacción que supondrán estas declaraciones para GB?
Añadió que ya hay suficientes acuerdos en muchas áreas como para que pudieran ponerse en práctica cuanto antes. Y que, naturalmente, España (el gobierno multitudinario socialcomunista) desea que se llegue a un acuerdo lo antes posible. Muy bien señor Albares. Muy bien. Y mientras la colonia militar en suelo español sin descolonizar ahí seguirá porque… ¿no se atreve a plantar cara a GB? Aunque no es extraño que este gobierno no se atreva a eso y otras cosas porque…
Son tales los líos internos y externos en los que se está metiendo este caótico gobierno creando gravísimos problemas donde no los había con nefastas repercusiones para los españoles, que los frentes abiertos por la actitud y decisiones de un presidente que sólo vela por sus propios intereses, hacen que no haya manos suficientes para taponar las brechas por las que se escapan nuestro crédito, nuestro prestigio y la dignidad nacional.
Así tras la insólita y personal decisión de reconocer a Marruecos la soberanía sobre nuestra antigua provincia del Sahara –sin que se conozcan los beneficios que puede reportarle a España ese cambio total de rumbo en este asunto–, el 8 de junio la respuesta del gobierno argelino fue contundente: “rompía el Tratado de Amistad y Cooperación con nuestro país y congelaba todas las operaciones bancarias que supusieran cualquier transacción comercial entre uno y otro país. Y, por supuesto, queda en el aire el suministro argelino de gas y de su precio.
Este presidente ya ha demostrado con creces que miente siempre, que su forma de gobierno tiende a la autocracia y que es un inútil para dirigir el país. No debe saber que desde hace décadas Argelia y Marruecos se enfrentan por dominar el Magreb. Ni que Argelia defiende la autodeterminación del Sahara de la que, por cierto, España sigue figurando en la ONU como potencia administradora. En resumen, si teníamos –desde su independencia– un Marruecos que siempre nos ha hostigado y se ha aprovechado de nuestras debilidades y vulnerabilidades, ahora ha conseguido que también Argelia se revuelva contra nosotros. Este tío no tiene precio como gobernante.
No. Mejor que no. Que sigan las negociaciones entre la UE y GB sobre Gibraltar y a ver si este gobierno desaparece cuanto antes por desnortado, caótico y seguramente chantajeado. Y pueda llegar otro que logre reconducir una situación realmente desastrosa de las políticas internas en todos los ámbitos y en lo de la política exterior.
Esta última, convertida en política de país tercermundista del que muy pocos se fían.
Un abrazo a todos.