Enrique D. Martínez Campos

La base militar británica crece y crece . . .

Submarino británico en la base naval de Gibraltar. (Foto:https://www.algecirasalminuto.com/).

CARTA ABIERTA SOBRE GIBRALTAR (LVII)

LA CRÍTICA, 9 JULIO 2022

Enrique D. Martínez Campos | Sábado 09 de julio de 2022

En "Noticias Gibraltar" del 21 de mayo se recogió una información muy interesante: la potenciación de Gibraltar como base militar británica en territorio español. El comodoro Steve Dainton, jefe de las fuerzas británicas en el Peñón, reconoció que se va a construir un nuevo edificio para alojar militares en comisión de servicio que lleguen a Gibraltar y poder atender así a unos 2.500 de ellos al año. (...)



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De modo que se va a construir una nueva ala en el Centro de Formación de Buffadero con zonas para esos alojamientos, a los que Dainton calificó de “excepcionales”. Esta edificación se sumará a las otras repartidas por el Peñón, además de la base naval, el aeródromo de la RAF, la estación de Inteligencia y las instalaciones para albergar al Real Regimiento de Gibraltar, con unos 250 efectivos.

La ampliación del Centro de Formación es sólo una de las trece mejoras previstas de las instalaciones militares en Gibraltar, de acuerdo con el plan del ministerio de Defensa británico proyectado para atender las necesidades de la colonia militar de Gibraltar. Que, por cierto, se están realizando en pleno proceso de negociación entre Gran Bretaña y la Unión Europea.

¿Se dará cuenta este y todos los gobiernos de España del ridículo en el que quedan ante la opinión pública española e internacional cuando se empeñan en dialogar con GB con el propósito de “compartir” lo que sea sobre Gibraltar para… para qué? ¿Para que el valor militar del Peñón siga creciendo a costa de la estulticia de los políticos españoles y de humillarse y aguantar que nuestra integridad territorial siga amputada por una colonia militar en nuestro suelo?

Mientras tanto, los EE. UU. advierten a Londres para que GB no rompa unilateralmente el Protocolo sobre Irlanda del Norte. “Sería profundamente preocupante”, ha dicho el gobierno norteamericano, aunque al británico parece importarle un rábano la advertencia. El presidente Biden advirtió a Londres que de lo que se trata es evitar una “frontera dura” entre GB e Irlanda del Norte, Y, además, influir negativamente sobre las negociaciones de Gibraltar.

La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, amenazó con bloquear el acuerdo comercial con GB si el gobierno británico no respeta el Protocolo. Porque “los acuerdos del Viernes Santo son la base de la paz en Irlanda del Norte”, dijo Pelosi y “garantizar que no hay una frontera física entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte es absolutamente necesario para mantener este acuerdo histórico” que se firmó en 1998.

De modo que Gibraltar está pendiente de estas tensiones entre Londres y Bruselas, además de los EE. UU. La UE ya avisó que no se quedaría de brazos cruzados. ¿Entonces? ¿Por qué España (sus gobiernos) sigue empeñada en que terceros le saquen las castañas del fuego cuando debemos ser nosotros los que llevemos la iniciativa sobre una colonia militar extranjera en suelo español? Esto es, esencialmente, un problema de España, ¿o no? ¿O es que lo que hay es miedo, cobardía y creer en el cuento de la lechera y en el de la piratería británica? No es admisible ni comprensible, ni lógica, ni eficaz, ni tiene ningún futuro esperanzador la política gubernamental española. ¡Que el colonialismo acabó el siglo pasado! Parece una postura de buenistas e idiotas. Con una pérdida de tiempo importantísima que siempre beneficia más a GB que a España.

Al margen de que la señora Pelosi amenace a GB como le dé la gana, lo cierto es que en Gibraltar desde hace más o menos un mes, los soldados norteamericanos que entran y salen del Peñón –incluso vestidos con uniformes de campaña– siguen poniendo como excusa aquello de la “visita turística”, mientras que la embajada de los EE. UU. en Madrid no ha tomado medidas para evitar estas situaciones irregulares respecto del espacio Schengen. Que no. Que no engañan a nadie y hubo un desagradable incidente con un general de Brigada cuando estaba en Gibraltar el “USS Georgia”, como ya expliqué en carta anterior.

Los militares norteamericanos parece que pretenden atravesar la Verja hacia “Corea del Norte” sin dar explicaciones y sin cumplir con los requisitos que exige Schengen. Incluidos unos 10 o 12 que mantienen su servicio de Criptología y otro de Inteligencia Acústica Submarina en el Peñón, además de los que pasan la Verja para apoyar o reparar los buques de guerra norteamericanos que entran en Gibraltar.

A ver si la embajada de EE. UU. en Madrid hace su trabajo y, al más alto nivel, resuelve esta circunstancia de entrada y salida de militares norteamericanos a Gibraltar para evitar cualquier situación desagradable en la que, además, se pueda poner en entredicho el trabajo de nuestra Policía al exigir en la Verja que todos cumplan con sus obligaciones, incluidos los militares de EE. UU.

Por cierto, continuaron en este mes los ejercicios militares británicos por las calles de Gibraltar, que acabarían el 27 de mayo. ¿Ni así quieren darse cuenta algunos de que aquello es, ante todo, una colonia militar, incluidos los colaboracionistas españoles?

El 24 de mayo, parte de la prensa de Gibraltar se hizo eco de las palabras pronunciadas por Manuel Gavira, candidato a la Junta de VOX por Cádiz en las próximas elecciones del 19 de junio realizadas en la Línea de la Concepción, al lado de Gibraltar.

Esa prensa, alarmada, denunció que Gavira había dicho que VOX estaba dispuesto a cerrar la Verja después de resolver el problema de los 10.000 trabajadores transfronterizos españoles que la cruzan a diario para dar vida a Gibraltar. Y que al jubilarse reciben míseras pensiones.

Creo haber expresado a lo largo de todas estas cartas que, dada la cerrada y obcecada posición británica sobre el Peñón desoyendo las resoluciones de descolonización de la ONU, si sigue sin querer resolver con España este contencioso –como estuvo a punto de poder resolverse cuando gobernaba Margaret Thatcher–, la mejor solución que le puede quedar a nuestro país frente a los intereses británicos y a los de los ratoncillos que viven en la colonia militar así como a los de los colaboracionistas españoles, y a las ventajas que pueda suponer para los EE. UU. la presencia británica en el Peñón, es el cierre de la Verja a cal y canto por tiempo ilimitado. Para, además, demostrar que los españoles podemos tener la misma constancia, perseverancia y tesón que los británicos. Naturalmente, si es que las fuerzas políticas españolas obran con lealtad en este asunto de Estado, no de partido.

Esta es mi opinión, al margen de situaciones de diferente índole que pudieron darse en otras épocas. En la actual, el derecho internacional tiene que prevalecer y entiendo que está de nuestra parte. Siempre que nuestros gobiernos no se arrodillen a las primeras de cambio y se conviertan en veletas.

El día 25 el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, llegó a Madrid para entrevistarse con la ministra Margarita Robles. Wallace intentó aclarar que “Gibraltar no se utiliza (militarmente) contra España. Eso es un mito”, dijo. Y repitió en varias ocasiones lo de la manida frase de que “somos aliados”. Luego veremos lo del mito.

Hablaron de Rusia y Ucrania, de lo buenos que somos enviando a Ucrania armas y pertrechos, de que no dejamos de ser aliados (repetido en cuatro o cinco ocasiones más), etc. El señor Wallace insistió: “Estratégicamente, Gibraltar es importante para nosotros y para la UE”. Es decir, algo así como que somos nosotros, GB, quien tiene que mantener esa colonia militar por su excepcional situación geoestratégica porque vosotros, españoles, no seríais capaces de sacarle el jugo que le sacamos nosotros desde el punto de vista militar.

Por su parte, la señora Robles habló de “reforzar la vigencia de nuestros valores compartidos” y de la cumbre histórica de la OTAN que se celebrará en Madrid a finales de junio, ampliando la organización con las incorporaciones de Suecia y Finlandia y de la aprobación de un nuevo Concepto Estratégico (en este caso sería el octavo desde su creación en 1949), con una OTAN de 360 grados. Pero ni una puñetera palabra sobre la reivindicación de la soberanía española sobre Gibraltar.

Respecto de lo del mito del señor Wallace, veamos hasta qué punto es un mito, porque también aseguró que la capacidad militar de Gibraltar, hoy mismo, es menor que en los años ochenta y noventa del siglo pasado.

Primero, el documento británico sobre una Defensa Global, incluye a Gibraltar. Y en esta misma carta hemos visto las ampliaciones y mejoras de sus instalaciones en el Peñón.

Segundo, el aeródromo militar de Gibraltar, construido en territorio robado a España, es una instalación militar ilegal que va en contra de todos los preceptos del derecho internacional y ahí sigue, mejorando y ampliando sus instalaciones como vimos en cartas anteriores.

Tercero, el refuerzo a la Royal Navy en Gibraltar con nuevos patrulleros y otros buques con base en Gibraltar ¿es un mito?

Cuarto, la agresividad de esos patrulleros contra la Guardia Civil y de Aduanas de España en aguas territoriales que son españolas, ¿no son actos de abierta hostilidad contra España?

Quinto, es lógico entre fantásticos aliados y estupendos amiguitos, que los buques de la Marina española no puedan acercarse a Gibraltar en ningún caso, cuando el Tratado de Utrecht no reconoce a Gibraltar ni cinco centímetros de agua fuera de su puerto

Sexto, como aliados fraternales y amigos de toda la vida, ¿qué operaciones navales conjuntas hacen GB y España en Gibraltar? O si quieren en el triángulo de Gibraltar, Ceuta, Rota.

Séptimo, las entradas y salidas de submarinos nucleares británicos y norteamericanos para reparar o hacer escala en Gibraltar, a pesar de las protestas españolas, ¿son hechos achacables a aliados fraternos e indestructibles?

Octavo, las instalaciones de inteligencia británica y norteamericana situadas en Gibraltar, obtienen información relevante sobre el Estrecho. ¿La comparten con España?

En fin, no voy a continuar sobre el mito porque como muestra vale un botón. Pero convendría que el señor Wallace y la señora Robles no fueran tan políticamente correctos como para hacer el más espantoso ridículo. No se trata de que se tiren los trastos a la cabeza, sino de que hablen con franqueza y sinceridad si se dicen tan aliados y amigos y no simplemente compadres, mintiéndose mutuamente para mantener el buen rollito y que la gente se lo crea.

Un abrazo a todos.