Da lo mismo si se trata de avalancha o de actuaciones policiales o de la mala fortuna. El pavoroso resultado es la consecuencia de las políticas de los unos y los otros; de los que excitan con mundos imposibles; de los que trafican con los migrantes; de los Estados que juegan con la presión entre ellos utilizando a estas gentes; de los políticos que juegan con su ideología santificando o demonizando a estas gentes; de las organizaciones al servicio de los poderosos que quieren redefinir el mundo; de los miserables que se aprovechan de la precariedad vital y legal de estas gentes en su exclusivo beneficio económico...
Esa es nuestra sociedad y no parece haber solución a la vista. Lo que seguiremos viendo es cómo se siguen llenando las tierras y los mares de cadáveres, de sueños rotos para siempre.