Estimado Enrique.
Hace apenas dos días recibí su libro y, aprovechando que estoy de reposo por una desgarradura muscular, ya lo leí con verdadero placer y curiosidad. Puedo afirmar que superó mis expectativas. Se trata de una pieza mesurada, objetiva, desprejuiciada, de la muy compleja historia de España en el siglo XIX, y no solamente de la vida del general Martínez Campos.
De lo mucho que he leído de la historia de ese período, que nos es común, le puedo asegurar que pocas obras manejan con tanto respeto y objetividad el tema de las guerras de Cuba y sus protagonistas.
Usted, además, ha sabido separar el vínculo familiar que lo une a una personalidad tan extraordinaria como la del general, destacando sus aciertos y desaciertos. En ello fue valiente y mesurado. No se respira en la obra alguna gota de apología, a pesar de qué pueda tener otras interpretaciones, sobre todo de los admiradores de Cánovas.
En 1997 escribí el libro "Los capitanes generales de España en Cuba. 1868-1878". Cuán útil me hubiese sido contactarlo entonces para beber de sus conocimientos.
Para mi satisfacción, hay plena coincidencia en el enfoque de las relaciones entre Cánovas y Martínez Campos en lo que planteo en mi libro y lo que usted, con muchos mejores argumentos que yo brinda en su obra.
Soy de la opinión de que un libro es bueno cuando después de su lectura me abre el apetito de escribir, y usted me ha dejado hambriento. Como me he quedado conectado con el tema, sacaré de inmediato tiempo para buscarle una copia digital de mi libro, agotado hace mucho tiempo, por ser pionero (no por bueno) en el tratamiento de ese tema en la historiografía cubana y le pasaré la mano al trabajo que le comenté del general para enviárselo.
Vinculado a la historia de las guerras de Cuba, trabajo desde hace algún tiempo, con el apoyo del Instituto de Historia y Cultura Militar de España, en la elaboración de un "Diccionario Biográfico de los generales de España en Cuba. 1868-1898" obra en la que he tenido que hacer una pausa para concluir mi doctorado. Tengo por concluir otro trabajo sobre "El soldado español en las guerras de Cuba", con la visión que sobre estos tuvieron los jefes cubanos que los combatieron. Me parece una mirada interesante. Tengo otros trabajos sobre estos temas que si le interesan se los envío. Tenga siempre presente que se trata de una mirada cubana, con el acceso a las fuentes de nuestros archivos.
Cuando trabajaba el libro de los capitanes generales, localicé en el Archivo Nacional de Cuba una libreta copiadora de la correspondencia cruzada entre Máximo Gómez y Martínez Campos; más de quince cartas. En otro documento, Gómez refiere a su intercambio de correspondencia con el general, después de la guerra.
Fui nombrado entonces Agregado Militar de Cuba en México y cuando regreso al archivo a consultar dicha correspondencia, ya no estaba. Manos inescrupulosas le dieron otro camino.
Tengo constancia documental de la correspondencia de Martínez de Campos con el general Gómez y con el general José Lacret Morlot. No dudo la haya tenido con Antonio Maceo y Calixto García. Como militar de pundonor, supo tratar siempre con respeto al adversario.
Para mí, y para la historia de nuestros dos países, sería de extraordinario valor hallar esa correspondencia. Quizás esté en los archivos de la familia que usted refiere resguarda su sobrino. Puede ser ese un trabajo suyo de extraordinaria valía.
Estimado Enrique, no le robo más tiempo. Mi eterno agradecimiento por obsequiarme su libro, desde ahora, una de las joyas de mi biblioteca.
Reciba el abrazo sincero, desde la mayor de las Antillas, de su servidor leal,
René González Barrios