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Nuestra guerra híbrida

LLegada de inmigrantes a Ceuta. (Foto: https://www.20minutos.es/).

LA CRÍTICA, 7 MAYO 2022

Gonzalo Parente Rodríguez | Sábado 07 de mayo de 2022

España está sometida a unas inquietantes circunstancias que nos obligan a desplegar defensas en el entorno africano y que someten a nuestra nación a tener que prestar atención política y estratégica hacia el sur, con agresiones más que indirectas hacia los espacios de soberanía, sus aguas y sus espacios aéreos, bien sea en el archipiélago canario o las ciudades e islas de soberanía española en el norte de África. A la vez, España se ve obligada a la defensa de Europa en el norte y en el este. (...)



... Marruecos mientras tanto ejerce presión variable como la incursión de 5 mil niños en Ceuta, cuando las circunstancias le parecen oportunas, con mensajes mediáticos y acciones políticas en distintos momentos que sorprenden a nuestros políticos. Esto acaba de suceder con la apertura de las fronteras de Ceuta y Melilla, cambiando la fecha acordada sin explicación que dejó plantada a los gobiernos autonómicos. Por otro lado, son muchas e importantes las protestas de los líderes políticos canarios que ven como Marruecos invade sus aguas sin tener acuerdo alguno, utilizando las aguas saharauis para explotar los recursos submarinos, petróleo, minerales y gases que pone en peligro la economía política de las islas.

Hay que reconocer que Marruecos está en circunstancias prebélicas con Argelia con la ruptura de relaciones. Uno y otro país norteafricano se han puesto al amparo de dos grandes potencias, como son EE. UU. y Rusia. Si antes era Marruecos el que nos mandaba señales inquietantes, a pesar de los gestos de buena voluntad españoles, ahora también Argelia está señalando su disgusto con las decisiones españolas sobre el Sahara que favorecen a Marruecos, su adversario, y ha mandado señales a España de que sus terminales de gas se pueden encarecer. Así, nos dan por uno y otro lado, en el norte africano, pero también en el sur, y habrá que prestarle más atención.

Gonzalo Parente