El Papa Francisco ha comunicado a los obispos católicos de toda la Iglesia, que ese día grande, fiesta de la Anunciación de Nuestra Señora, Rusia y Ucrania serán consagradas al Inmaculado Corazón de María. (…)
… Desde las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, en Cova de Iría a tres humildes niños pastores, hoy santos, los hermanos Francisco Marto y Jacinta, junto con su prima y cronista-testigo de los hechos, la venerable Sor Lucía, Rusia ha estado presente en las apariciones de Fátima de forma directa y controvertida. Las apariciones de Fátima tuvieron lugar el mismo año, unos meses antes del estallido violento de la Revolución Rusa en 1917, que extendió el odio y la persecución religiosa por toda Europa.
Una parte fundamental del famoso y manipulado Mensaje de Fátima, especialmente el “Secreto”, ha sido objeto de las más osadas y sectarias interpretaciones por apocalípticos y visionarios de diferentes tendencias incrédulas y creyentes. La Hermana Lucía, en una carta dirigida al Santo Padre el 12 de marzo de 1982 escribía: «La tercera parte del Secreto está relacionada con las palabras de Nuestra Señora: si no se tiene en cuenta la petición de Nuestra Señora de la consagración de Rusia, ésta extenderá sus errores por todo el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre sufrirá mucho y varias naciones serán aniquiladas (…)”».
Con el Mensaje de Fátima está muy relacionado el Papa, San Juan Pablo II, “el papa mártir de Fátima”. Según la interpretación de los pastorcitos, confirmada por Sor Lucía, la visión del obispo vestido de blanco que reza por todos los fieles es el Papa, quien camina penosamente hacia la Cruz entre los cadáveres martirizados de sacerdotes, religiosos y fieles; él mismo cae en tierra como muerto por los tiros de un arma de fuego. Precisamente el 13 de mayo de 1981 el papa San Juan Pablo II caía mortalmente herido en la Plaza de San Pedro por los disparos del turco Ali Agca, integrante del grupo terrorista “los lobos grises” (un magnicidio frustrado planificado en la antigua URSS). El Papa agonizante confesó: una mano materna desvío la trayectoria de la bala asesina. San Juan Pablo II es el papa de la Caída del Muro de Berlín, como se puede verificar en el Santuario de Fátima.
El máximo teólogo viviente, el Papa Emérito Benedicto XVI, comentando las palabras de Nuestra Señora «Mi inmaculado Corazón triunfará», escribe:
Esto significa que este Corazón abierto a Dios purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que las pistolas u otras armas de cualquier especie. El Fiat de María en la Anunciación, la palabra de su Corazón, cambió la historia del mundo, porque hizo posible la Encarnación del Verbo. El maligno Satanás con su poder en este mundo, no tiene la última palabra con armas y guerras.
Estas realidades quiere conmemorar el Papa Francisco en la consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María.
Fidel García Martínez