Queridos amigos: El 14 de enero viernes, se supo en Gibraltar que el martes y miércoles próximos visitarían la comarca y el Peñón una comisión de la UE para conocer los aspectos más significativos de la posible zona Schengen y de Frontex. Se suponía que la visita se centraría en el puerto y aeródromo de Gibraltar y en la Verja que son las instalaciones directamente relacionadas con Schengen y Frontex. (...)
... Era una visita pospuesta desde octubre pasado cuando empezaron las negociaciones que condiciona la quinta ronda de negociaciones prevista para el 25, 26 y 27 de este mes. Será interesante ver qué les enseñarán a estos representantes de la Unión Europea en su visita. Pero es casi seguro que no verán allí ningún submarino nuclear en el muelle Sur ni cazabombarderos en el aeródromo. Le mostrarán un puerto y aeropuerto comerciales de primer nivel. Al tiempo.
De momento Joe Bossano ya ha dicho que Gibraltar no pertenecerá a la Unión Aduanera Europea ni tendrá IVA, con lo cual se puede dar la paradoja de que el Peñón esté en el espacio Schengen sin cumplir los requisitos exigidos por la UE. Es de suponer que la Unión no se tragará ese sapo. Pero vaya usted a saber…
Este Sir Joe Bossano, concejal de Desarrollo Económico, ha advertido que las finanzas del Gobierno gibraltareño están “peor que en cualquier otro momento de sus 50 años en la alcaldía”. Añadió que muchos departamentos del servicio público no han ahorrado en 2021 lo que se les pidió. Es decir que Gibraltar, la tercera economía del mundo en renta per cápita, está casi en quiebra técnica.
Pero eso no significa que esa gente vaya a tirar la toalla. En absoluto. Por algo firmaron con España en la Nochevieja de 2020 un acuerdo de “prosperidad compartida” de risa, así como su deseo de permanecer en la zona Schengen para que los colaboracionistas y trabajadores españoles transfronterizos les saquen las castañas del fuego y puedan salir airosos de su desastrosa situación económica.
En este sentido, el embajador de España don Ramón Remacha, escribió en su blog una nota bastante esclarecedora de lo que suponen las negociaciones entre la UE y GB, así como las posturas que pretenden mantener España y GB sobre Gibraltar. Así en su primer proyecto o previsión de quien se dice que fue ministra de Exteriores del gobierno de España, González Laya, y los intereses de GB, se firmó un acuerdo-marco en aquella Nochevieja para que en 2021 se lograra el acuerdo UE/GB a base de mucha “prosperidad compartida” y otras quimeras. Esta “previsión” de momento ha fallado. Podía haber sido un excelente regalo de Reyes para Gibraltar por parte de España que la UE no ha admitido, al menos de momento.
Desde el buenismo hispano de los últimos 50 años –continúa el embajador Remacha– en los que Gibraltar los ha aprovechado al máximo, España ya no puede actuar por sí sola. Tiene que contar con la UE. Por otro lado, GB no permitirá que Gibraltar pierda su esencia británica para poder estar en la UE. Por tanto, es muy difícil que haya un acuerdo como el que desea Gibraltar. Se está mareando la perdiz. Pero el resultado no solo es incierto y problemático. Es muy complicado que lo haya.
Estoy bastante de acuerdo con el embajador Remacha. Y creo que es preferible que no hubiera acuerdo y España se olvidara de la “prosperidad compartida” y otros mitos y utilizara todas las armas que el derecho internacional pone a su alcance, así como las resoluciones de la ONU, para que GB empezara de nuevo a reconocer lo que no quiere reconocer y está escrito. ¡Desde 1969!
El 16 de enero el periódico La Razón en un reportaje sobre la ciudad de La Línea de la Concepción, decía que era una de las ciudades más pobres y defenestradas de España. Y ahora pretenden ser como Ceuta y Melilla.
El reportaje recogía comentarios de algunos taxistas de la ciudad. Decían que el Peñón a solo unos metros de distancia “es una mina”. Además, que “aquí hace falta algo, otra cosa. Yo creo –decía uno– que votaría SI”, refiriéndose al plebiscito popular que promueve el alcalde de La Línea para convertirla en “Ciudad Autónoma”.
En el periódico se decía que el alcalde Juan Franco llevaría al pleno del Ayuntamiento del 10 de febrero la razón de las alegaciones que se oponen a hacer de esa ciudad una ciudad autónoma. Se han presentado dos: una de la Junta de Andalucía y otra de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz.
El descontento en La Línea se debe a tres factores principales: paro, pobreza y narcotráfico. Además de contrabando, absentismo escolar, etc. Por otro lado, la situación de La Línea es peculiar: De ella salen diariamente (emigran diariamente) 10.000 trabajadores a un país extranjero para trabajar, cotizan en esa ciudad y cuando se jubilan las “pensiones son miserables”.
La situación en la ciudad ha llegado a ser dramática con una tasa de paro de más del 30% (con picos del 41% en 2021) y con uno de cada tres habitantes en riesgo de pobreza. Todo esto demuestra el abandono de La Línea por todas las administraciones, en especial la autonómica de ese feudo, controlada por los socialistas durante más de 40 años. Con más de 50.000 habitantes es una ciudad que ni siquiera tiene tren. Y con una renta per cápita que supera por poco los 8.500 € anuales. Muy lejos de los 65.000 €/año de los habitantes de Gibraltar, la tercera del mundo.
Según su alcalde, “necesitamos un tratamiento diferente porque nuestra situación es diferente. Solo estamos pidiendo autorización para hacer una consulta”. ¿En qué se basa para ello? En el artículo 144 de la Constitución: “Las Cortes Generales, mediante Ley Orgánica, podrán, por motivos de interés nacional, autorizar la constitución de una Comunidad Autónoma cuando su ámbito territorial no supere una provincia”. ¡Y ya está! ¡Viva la unidad nacional española!, pensarán algunos. ¿Pero se mantiene así? Cualquier día Cartagena o quien quiera hace lo mismo. Y volvemos a la Primera República.
La realidad es que la gente en La Línea está harta y llena de desesperados. Se puede comprender fácilmente. Desde 1982 los gobiernos del PSOE y el PP, aunque se diferencien políticamente, no han tratado el asunto de Gibraltar como una cuestión de Estado. Cada uno ha optado por su propia solución en función de su ideología. Esto ha repercutido en todo el Campo de Gibraltar y muy especialmente en La Línea. Ninguno de los dos ha hecho prácticamente nada para que la comarca se convirtiera en un emporio industrial, agrícola, ganadero o turístico de primer orden.
Si en lugar de despilfarrar tantos millones de pesetas y de euros después, en toda España, si en lugar de saquear las arcas del Estado (dinero de los españoles) a base de la tremenda corrupción del PSOE en Andalucía –la mayor de Europa– se hubiera invertido parte de ese despilfarro y corrupción en el Campo de Gibraltar, hoy la situación sería allí totalmente diferente. Estos últimos 40 años han sido años perdidos, allí como en otras partes de España.
Aun así, creo que el alcalde de La Línea se pasa en sus pretensiones políticas. El centro de gravedad de la mala situación de esa ciudad se encuentra en la desidia, malversación económica y escándalos de corrupción de los sucesivos gobiernos de España y del cantón autonómico andaluz. Es ahí, en Madrid y Sevilla donde debiera y deben estar las soluciones a los problemas del Campo de Gibraltar y por tanto de la descolonización del Peñón.
En 40 años no se ha actuado políticamente y de forma coordinada para que la colonia militar desaparezca de nuestro suelo. Ya lo he dicho en más de una ocasión: La culpa no reside en Londres, los principales culpables han vivido o viven en la Moncloa.
Un abrazo a todos