Es posible que algún lector no haya visto nunca una mosca cojonera, sencillamente porque no ha visto bien de cerca un burro o caballo fuera de las desinsectadas y pulcras cuadras modernas. Es una gran familia con muchas especies que si tienen algo en común es lo molestas que resultan a los animales pues continuamente revolotean y pican en las zonas más sensibles –como su nombre indica- y desprotegidas del salvador rabo. (...)
... Por asimilación, en la empresa se da este nombre al empleado, a veces molesto, que siempre está poniendo pegas a todo y generalmente ve aspectos negativos donde los demás ven un camino de rosas.
Cualquiera que se desenvuelva en aspectos relacionados con los factores humanos en una gran empresa moderna estará familiarizado con CRM (corporate resource management), una vuelta de tuerca más a la gestión de recursos en cabina del mundo de la aviación que tantas cosas ha aportado al mundo empresarial. En las insufribles sesiones de “coaching” surgen por todos los lados conceptos como “actitud positiva”, “colaboración”, “liderazgo”, “trabajo en equipo” etc., y, de una manera velada y a veces clara, se desprecia al disidente, al que piensa distinto, al que ve problemas donde los demás solo ven oportunidades.
No recuerdo exactamente qué CEO de una gran compañía fichó a un “tocapelotas” de la competencia y lo puso de adjunto a la dirección con el argumento de que quería saber y anticiparse a los problemas que le pudieran surgir y para eso nada mejor que una mosca cojonera profesional.
Viendo cómo va evolucionando la invasión de Ucrania por parte de Putin cabe pensar que la mosca cojonera en el Kremlin es una especie hace tiempo extinguida. Estos líderes carismáticos y sobre todo temidos, suelen estar rodeados equivocadamente de fieles seguidores y sibuanas que no hacen otra cosa que aplaudir. Porque, ¿quién se atreve a llevarle la contraria al líder si puedes acabar siendo fusilado al amanecer? Este error de base es aún más grave si, como cabe esperar y a pesar de que Putin sepa mucho de esto, los servicios de inteligencia enemigos hayan conseguido colar a algún aplaudidor cerca que le anime.
Dionisio Lezo Castañar