Queridos amigos: El 28 de diciembre de 2021, día de los Santos Inocentes, el abultado Consejo de Ministros de España, aprobó la Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) 2021 que sustituye a la de 2017. He tenido la oportunidad de leerla casi en su totalidad y voy a referirme a lo que me llama la atención en sus referencias a Gran Bretaña, Ceuta y Melilla y Gibraltar. Es decir, el eje sobre el que España debe poner su máxima atención estratégica por ser vital para nuestra soberanía. La nuestra, no la comunitaria ni la de las ONGs, ni la del vecino de enfrente. (…)
… En el Capítulo 2 titulado “Una España segura y resiliente” (¿?) cuando dice que Gran Bretaña ha salido de la UE, añade que «dicha salida no impedirá fortalecer los vínculos entre dos países amigos y aliados». Sin embargo, continúa diciendo que «España no renuncia a la oportunidad que se abre en este nuevo escenario para solventar el anacronismo que representa la situación de Gibraltar». E inmediatamente me asaltó el subconsciente y me pregunté: ¿Cómo lo pensará solventar este gobierno?
En el Capítulo 4 se refiere a Ceuta y Melilla y en las Líneas de Acción se habla genéricamente del «Plan para el Estrecho de Gibraltar». Eso es todo sobre Gibraltar en la ESN española de 114 páginas. De modo que para este gobierno que se dice de España, Gibraltar, al margen de ser un anacronismo colonial, no parece ser una vergüenza que soportamos todos los españoles –aunque haya muchos que ni se enteren– porque sigue siendo una colonia militar extranjera en suelo español, un centro de lavado de dinero negro o un paraíso fiscal. O sea, un objetivo estratégico a alcanzar a través de la razón, del derecho internacional, del trabajo de la diplomacia española, del esfuerzo continuo de todo gobierno y de las resoluciones de la ONU. Sencillamente porque es un trozo de España a descolonizar.
Pues parece ser que no. Parece que para esa ESN no es cuestión prioritaria y urgente. Es como un pequeño grano que tuviéramos en el cogote que, cuidándolo con alguna crema no extienda sus raíces y podamos soportar sus molestias, aunque día sí y día también nos produzca fuertes jaquecas. Esta es la colosal, clara y valiente ESN española aprobada por el gobierno socialcomunista. Lo que viene a ser algo así como lo escrito en artículos anteriores: “¡vivan las caenas!”.
¿Qué no? El 30 de diciembre, dos días después de aprobada esta “Estrategia” por el gobierno de España, entraba en Gibraltar un submarino nuclear norteamericano, el “USS Albany” de la VI flota con base en Nápoles. Y con su gran Estrategia este gobierno estuvo calladito para no irritar a los del Brexit y a los USA. ¿Quiénes se atrevieron a protestar? Los de “Verdemar”, pero ni caso.
El último día del año 2021, en virtud de nuestra magna Estrategia de Seguridad, coincidieron en la colonia militar de Gibraltar cuatro buques de guerra, situación inédita desde hacía más de 45 años. Tres británicos y un norteamericano: el “HMS Echo”, el “HMS Scott”, el HMS Trent” y el “USS Albany”. ¿Casualidad? Yo no lo creo. Los anglosajones, británicos y norteamericanos, se toman muy en serio las estrategias de seguridad y no las confunden con ninguna redacción académica. Ese es el anacronismo de Gibraltar, bien aprovechado por dos países “parientes y amigos” que utilizan la colonia militar –a descolonizar según la ONU– cuando y como quieren. Lo demás son juegos florales.
Y en el plano de las negociaciones, son tan distantes por ahora las posiciones de la UE y de GB sobre Gibraltar, que hay comentaristas que están predicando ya el fracaso de las mismas antes de la Semana Santa de 2022. En cuyo caso, es posible que haya que seguir ampliando el plazo de las negociaciones trimestre tras trimestre. Y así hasta sabe Dios cuando.
Por otro lado, con este gobierno socialcomunista liderado por Sánchez –un tipo que solo se quiere a sí mismo– hemos dilapidado una posición de ventaja en el pleito sobre Gibraltar cuando GB se marchó de la UE. Gracias a una señora que de diplomacia sabía lo que yo de cuidar ovejas. Sobre todo, cuando la UE dijo con toda lógica que Gibraltar no forma parte de GB y que tras el Brexit ningún acuerdo entre la UE y GB podrá aplicarse a Gibraltar sin acuerdo entre el Reino de España y el Reino Unido». Esto nos proporcionaba una ventajosa posición de fuerza ante GB. Pero se dilapidó gracias al famoso Acuerdo-Marco de la Nochevieja de 2020 cuando, la que dicen fue ministra de Exteriores, González Laya, se inventó lo de la “prosperidad compartida” además de intentar meter a Gibraltar en el espacio Schengen. Ineptitud y complejo de inferioridad. Y ahora el ministro Albares parece seguir con lo mismo.
Las negociaciones no parecen avanzar. Porque Bruselas exige un acuerdo con sus intereses, no como España. Así el control fronterizo en Gibraltar, los visados, la armonización fiscal, la aplicación de la legislación europea, la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE y otras medidas como el medio ambiente, los negocios opacos, etc., son los principales escollos para que lleguen a un acuerdo la UE y GB.
Por tanto, el NO acuerdo, puede hacerse realidad. La libertad de movimientos a través de la Verja de Gibraltar, impuestas las restricciones que exige la UE, no es lo mismo que el “movimiento fluido” a través de la misma que es lo que quieren los británicos para que mercancías y personas de la Commonwealth entren por Gibraltar y puedan llegar a Copenhague sin que nadie les moleste o pida explicaciones. Parece también que es lo que le gusta al gobierno socialcomunista español.
Por ello creo que este gobierno ha hecho hasta ahora en este asunto el “don Tancredo” y no ha sabido aprovechar la iniciativa que nos proporcionaba el Brexit, siendo un acomplejado ante los fuertes. ¿Qué se hubiera podido hacer?
En primer lugar, que, cuando se convoquen elecciones en el cantón andaluz, el gobierno elegido no se vea chantajeado por los “trabajadores transfronterizos” procurándoles trabajo en Andalucía. Y simultáneamente, exigir al gobierno de España (el que sea) que no siga haciendo el “don Tancredo” frente a GB y, mucho menos en relación con la mentira o el mito de la “prosperidad compartida”, apoyando a Bruselas en sus exigencias y haciendo siempre constar en la ONU que Gibraltar es un territorio a descolonizar. Todo eso de momento.
El 4 de enero de 2022, el periodista Luis Romero publicó en Noticias Gibraltar las tácticas dilatorias de los británicos en las negociaciones sobre el Brexit, basándose en el diario del negociador de la UE con GB, Michel Barnier, que las escribió desde junio de 2016 a diciembre de 2020. Para esas negociaciones formó un equipo de más de 100 funcionarios comunitarios. En ese diario, Barnier manifestaba en varias ocasiones estar harto de las formas de la parte británica con constantes idas y venidas sobre asuntos ya hablados y acordados, pero que eran de nuevo puestos sobre la mesa, una y otra vez, por sus interlocutores británicos. Sin contar con la constante dilación de las sesiones para no llegar a ninguna parte… Gibraltar aparece en ese diario en once ocasiones. En una de ellas los británicos estuvieron a punto de engañar a los negociadores de Bruselas tratando de incluir a Gibraltar en el conjunto del Brexit, a lo que lógicamente se oponía España.
¿Qué esperaba el señor Barnier de los británicos? ¿seriedad? ¿cumplimiento de la palabra dada? Esta gente ha sido desde que hay memoria unos ventajistas en todas las partes y en todos los terrenos. Siempre se han aprovechado de la debilidad del contrario, de hundir a quienes creen que pueden hacerles la competencia, o de aliarse con el mismísimo diablo para lograr sus objetivos. Esta es una realidad histórica. En general para ellos, GB está por encima de todo y de todos. Igualito a lo que nos caracteriza a los españoles.
Un abrazo a todos