Fidel García Martínez

Pablo Iglesias entre el mito y la realidad

Pablo Iglesias Posse, fundador del Partido Socialista Obrero Español. (Foto: https://elobrero.es/cultura/).

LA CRÍTICA, 21 FEBRERO 2022

Fidel García Martínez | Lunes 21 de febrero de 2022

Según investigaciones recientes sobre la personalidad del fundador del PSOE llevadas a cabo por Luis Martín en su reciente ensayo "Pablo Iglesias, muerte y memoria (1850-1925)", Pablo Iglesias no fue el político que la mitología socialista quiere presentar, basada en un acrítico culto a la personalidad de padre fundador del partido. (...)



... Luis Martín, que no es un activista derechista sino un investigador crítico, resalta su origen social muy humilde, su efímero paso por las aulas –lo que no impidió su deseo de cultivarse–, su afición a la lectura para defender sus derechos, combatir a sus adversarios político-ideológicos e imponer su modelo de sociedad.

Pablo Iglesias fue ejemplo de militante socialista, el del tipógrafo de finales del Siglo XIX, autodidacta y deseoso de saber. Las bases de su formación no fueron principalmente las marxistas, sino que las tomó del pensador francés Jules Guesde, su modelo de acción y pensamiento. Incluso aprendió el francés satisfactoriamente. Su deseo de cultura le llevó a leer a los autores españoles del Siglo de Oro y a algunos autores románticos, como prueba su interés por el teatro. No mostró interés por los autores de la Generación del 98 ni por Clarín –al contrario que Galdós, su favorito, con quien llegó a tener amistad–.

Nunca se consideró un intelectual convencional, conocía sus limitaciones en este campo y era pragmático. Como líder político ejerció un control total sobre el PSOE, hasta el punto que todas las decisiones más importantes las tomaba en su propio domicilio, acompañado por unos pocos dirigentes de su máxima confianza. En las Cortes destacó por su agresividad, propugnando el atentado personal contra Maura y Canalejas. Se enfrentó a Besteiro en la huelga general de 1917. No fue partidario del ingreso en la III Internacional, lo que provocó la escisión en el PSOE con la fundación del Partido Comunista Español (PCOE). Colaboró con la dictadura de Primo de Rivera para proteger la supervivencia de los movimientos obreros.

Un déficit muy grande y que aún perdura en el PSOE actual, es la incapacidad de analizar de forma solvente y objetiva la influencia del catolicismo en España. Pablo Iglesias fue profundamente anticlerical y expresó con frecuencia su voluntad de dar un cambio radicalmente laicista a la sociedad española. Para él como para muchos socialistas actuales, la Iglesia era tan solo una servidora de la burguesía. Pablo Iglesias, a pesar de esta animosidad, nunca fue partidario de que su partido se confundiera con los agresivos anticlericales burgueses y republicanos, como hizo su partido en la República. Para Pablo Iglesias la energía revolucionaria debería ir contra los patronos, no contra los sacerdotes. Solo creía necesario aplicar la supresión de subvenciones del Estado a la Iglesia Católica para que el clericalismo finalizara.

La cuestión femenina nunca fue de interés para Iglesias, todo lo contrario del PSOE actual, Su rechazo a la sociedad patriarcal no la veía en la ideología de género y el feminismo radical del PSOE actual, sino en la estructura social que dividía la sociedad en explotadores y explotados, según los tópicos del Manifiesto Comunista.

Un problema generalizado dentro de la ideología socialcomunista es el culto reverencial y acrítico a sus fundadores.

Fidel Garcia Martínez