... Creo que Meghan McCain ha acertado en compararla con “Joker” (el patético personaje cinematográfico de Joaquín Phoenix), por su risa histérica y sin sentido, cuando los periodistas le hacen preguntas incómodas. Algunos psiquiatras lo asocian a problemas de inseguridad y de ansiedad. Yo creo que también son secuelas permanentes de un pasado con excesiva afición a los porros y a las margaritas.
Biden, que según un alto cargo militar británico debería ser sometido a una corte marcial por ser Comandante en Jefe, tiene difícil librarse de un merecido “impeachment”, lo que podría implicar - y este es el problema- que “Ha-Ha-Ha” Harris accediera a la presidencia. Biden, sostiene Robert Gates (ex director de la CIA y ex secretario de Defensa con Bush y con Obama), ha estado equivocado en todas sus decisiones en política exterior durante los pasados cuarenta años, pero Harris es una ignorante absoluta, sin la mínima experiencia.
La primera vicepresidenta de la historia de los Estados Unidos ha resultado un bluff. Candidata en las primarias presidenciales, tuvo que retirarse por los resultados insignificantes que obtuvo. Por su condición de mujer de color (de madre hindú y padre jamaicano) fue la elegida por Biden para contentar al ala izquierdista y feminista del partido, presuntamente también con el apoyo de Obama. Pese a los incidentes durante las primarias en que la futura vicepresidenta acusara del pasado racista (caso del “busing” escolar) y del presente acosador (caso Tara Reade) al futuro presidente. Durante las recientes amenazas y agresiones machistas de los Talibanes Harris no ha verbalizado ninguna opinión crítica, que se sepa, en defensa de las mujeres afganas.
Estos días pasados, desde que estalló la crisis en Afganistán, Harris ha estado desaparecida, mientras el liderazgo de Biden se desmoronaba ante una opinión pública mundial atónita ante tamaña incompetencia y cobardía. Finalmente supimos que había viajado a Singapur y a Vietnam, desde donde declaró urbi et orbe acerca de los peligros inminentes del cambio climático (por cierto, inspirando a los Talibanes) y que, por tanto, como precaución, deberíamos hacer con antelación la compra de regalos para la Navidad.
Una encuesta reciente de la prestigiosa compañía Rasmussen indicaba que un 55 por ciento de los encuestados opina que Harris no está cualificada para asumir las funciones de presidenta (y casi al mismo tiempo Real Clear Politics revelaba que también un 55 por ciento desaprueba la gestión del presidente Biden).
El caos generado en Kabul no tiene precedentes en la historia de la política exterior estadounidense. La Casa Blanca y los Departamentos de Estado y de Defensa no se ponen de acuerdo siquiera en el número de tropas y ciudadanos americanos retenidos en Afganistán. Henry Kissinger ha declarado que la administración Biden ha perdido el foco estratégico. Preguntado en una rueda de prensa sobre estos problemas, Biden se permitió, medio soñoliento, hacer una broma.
Mientras escribía lo anterior, el caos se ha intensificado sangrientamente tras los atentados terroristas del jueves 26 de agosto, con la muerte de más de 60 personas (incluyendo 13 soldados americanos) y muchos más heridos. Son las primeras víctimas del nuevo régimen narco-terrorista Talibán, tras liberar de las prisiones a más de 6.000 terroristas de Al Qaeda y del Estado Islámico. La situación evidentemente no está para más chistes malos de Joke Biden ni para más risas tontas de Kamala “Ha-Ha-Ha” Harris.