Al monumental cabreo de los socialistas, que escuchando las palabras del ministro José Luis Ábalos y de la diputada Adriana Lastra, si no llegan a los delitos de injurias y de odio se quedan muy cerca, se suma esta resolución del Tribunal Superior de Justicia de Madrid negativa para sus intereses, pero que pone un poco de luz en todo este proceso kafkiano en el que se encuentra envuelta la política española desde hace unos pocos días.
Lo más importante, a nuestro parecer y fuera de los acontecimientos políticos, es la desfachatez y desvergüenza con la que se trata de tapar la porquería propia con la injuria al adversario, como si tal cosa y como si los que recibimos esa corriente de miseria a través de los medios de comunicación no mereciéramos siquiera un mínimo de respeto.