... Hubo el fin de siglo pasado un escritor norteamericano que publicó un libro muy famoso titulado El Fin de la Historia, cuando en 1989 se desintegró la URSS, lo que supuso la victoria de Occidente y el Liberalismo. Pues bien, 30 años después, la Humanidad está contemplando cómo el relato liberal se derrumba, debido a las nuevas tecnologías que constituyen su actual desafío. Tanto Bush como Obama habían anunciado que el liberalismo haría de este un mundo más próspero y pacífico… pero la llegada a escena de Trump y el Brexit han roto estas predicciones, dejando a los liberales en la cuerda floja. Hasta el punto de que esta situación puede ser el declive de la civilización occidental.
En cuanto al Trabajo Harari hace una comparación con la efectividad de las máquinas y los seres humanos, que si en principio las máquinas eran superiores en ejercicios físicos, en los cognitivos las superaba el hombre/mujer. Pero predice que con la Inteligencia Artificial (IA), dentro de unos años los ordenadores harán trabajos mejor que los seres humanos. Todo ello lo razona convenientemente, en forma muy atractiva, pero destacando el peligro de que las máquinas desbanquen a los seres humanos, si bien aporta la solución de que en el futuro de esta relación el hombre/mujer se dedique a la cooperación y mantenimiento de la maquinaria. Es decir cooperación en vez de competencia, cosa que prevé hacia la mitad de nuestro siglo.
Otro aspecto fundamental del relato liberal, es lo que se refiere a la Libertad humana, en su capacidad de actuar en función de sus sentimientos, deseos y opciones en los distintos momentos de la vida humana, como son los de la política, con elecciones libres, en la economía con la necesidad de obtener ganancias… Asume que hay un cierto ajuste entre los liberales y los conservadores.
Trata el tema del Brexit diciendo que una decisión tan importante no debiera haber sido votada en referéndum, pues afecta al futuro de un pueblo, dependiendo de opiniones poco formadas. Afirma que nos encontramos en un punto de convergencia entre los sentimientos biológicos y las decisiones informáticas, prediciendo que puede llegar un momento en que se fusione la biotecnología con la infotecnología, allá por los años cincuenta, cuando estos últimos tomen las decisiones, al llegar a la dictadura digital.
Finalmente trata el tema de la Igualdad, cuando la gente piense que la globalización nos hará iguales a todos. Pero afirma que si bien las naciones pueden asemejarse, no así los grupos humanos que están divididos en castas biológicas como hace 3.000 años. Así, reconoce que la globalización ha igualado a ciertos segmentos de la Humanidad, pero hay indicios de que existe una desigualdad creciente de grupos que monopolizan la globalización, hasta el punto de que el 1% más rico poseerá la mitad de la riqueza mundial.
Resulta también curioso al señalar como fenómeno de la globalización el mundo dividido en diferentes castas biológicas o especies, que unen a la Humanidad en el sentido horizontal, al borrarse la fronteras, pero que a su vez separa a las oligarquías dominantes de los países más poderosos. Así, señala al siglo XXI, con una civilización posindustrial, en base a la AI, la bioingeniería y las nano tecnologías que formarían grupos poderosos, dejando al resto como irrelevantes. De esta forma confirma que quien tiene los datos posee el futuro y señala la carrera que ya han empezado organizaciones como Google, Facebook, Baidu y Tencent. Los datos son así el tesoro para la Humanidad que se está formando.