... El Partido Popular (PP) sumido en una reestructuración –más profunda que el simple cambio de logo retorciendo la gaviota hasta formar algo parecido a un corazón sin músculo cardíaco– que implica una aventurada huida hacia el centro, no para de buscarse enemigos imaginarios. Su deriva, impulsada por una ambiciosa fuerza centrípeta, puede acabar convirtiendo al partido, al contrario de lo que pretenden los que gustan de abarcar mucho, en un verdadero agujero negro con un centro excesivamente pequeño y denso y por ende enemistándose a diestro y siniestro. Abandonó a los electores de la derecha a los que no les quedó otro remedio que apuntarse al carro del recién llegado VOX, que vino a ocupar el espacio vacío.
Pues hete aquí que es contra este partido contra el que Pablo Casado desata sus iras cada vez que puede. Lo hizo ofendiendo a los simpatizantes y de manera indigna y personal a su líder en la moción de censura y lo ha vuelto a hacer ayer mismo con motivo de la abstención de VOX en la votación para acelerar la llegada de los fondos europeos. Comparar al partido de Abascal con Bildu, no se lo cree nadie y más parece una rabieta por haberle dado él mismo al partido verde un protagonismo que este no buscaba con la abstención. Si luchando contra un enemigo común lanzas los misiles contra tu aliado no por ello vas a ser más fuerte, será más débil el conjunto y es muy probable que no sea entendido por aquellos que en tus filas defienden las ideas que atacas y que tú defendías anteayer.
Cuidado con abofetear al que te puede salvar el pellejo más pronto que tarde o al que tal vez tengas que apoyar tú si sigues equivocando el enemigo. Y sobre todo debería tener cuidado Casado porque esos ataques, tal vez no sean entendidos por sus más fieles seguidores. Sirva de ejemplo que Ciudadanos empezó a cavar su tumba tras el cordón sanitario que quiso imponer a VOX tras las elecciones andaluzas. Aunque no se quiera reconocer, una cascada de afiliados se dio de baja del partido naranja en los días siguientes. Estaba claro que también entonces CS se había equivocado de enemigo.