..., en la necesidad de disponer de una autonomía estratégica indispensable para situarse como un actor global independiente y estar en condiciones de enfrentarse a los grandes retos que se aventuran en el panorama internacional.
Europa necesita establecer con urgencia una postura estratégica autónoma, además de contar con la colaboración de aliados como EEUU y Canadá a través de la OTAN, pero actuando como un único pilar de la Alianza. En ese ámbito se han de defender los intereses comunitarios europeos, alcanzando decisiones que comprometan a todos los países de la UE.
El fracaso del multilateralismo que acabamos de presenciar en el otro lado del Atlántico acaba de renovar el interés por la cooperación múltiple. Pero en Europa ya no basta eso, se requiere una integración política, de la forma que sea, para ponerse a la altura de las grandes potencias que se empeñan en dirigir el mundo, enfrentándose a los grandes retos que asoman en el horizonte histórico. Por eso, ante las grandes potencias, Europa tiene que presentar una fortaleza política, económica y de seguridad y defensa como corresponde a una población de casi quinientos millones de habitantes. Ese es el reto que tienen que asumir las naciones que componen Europa.